Carmen

Este libro llegó a mí desde la biblioteca, por supuesto, por la portada, me hechizaron esos ojos enmarcados por una puntilla de tela preciosa. Tenía una vaga idea de qué trataba, pero en la primera ilustración ya me volví loca, este libro tenía que saborearlo.
Me han gustado más las ilustraciones que el texto en sí, cada una de ella me hacía parar un buen rato para ver todos los detalles, esas arañas que me han encantado, esos ojos llenos de vida. El tema, nada nuevo bajo el sol, pero claro, a toro pasado, que no se puede olvidar que fue escrito en 1852, es una versión de la vida de una mujer, que quiere ser libre, pero escrito en primera persona desde el punto de vista uno de los hombres que se enamoran de ella, ya podéis imaginar que no queda bien parada. Y esa época y siendo de raza gitana, personalmente el personaje de Carmen me parece único, pero no así el machista que nos lo cuenta, José, que me ha parecido bobo, por no decir algo más fuerte, de principio a fin.
Al acabar la parte de la novela, se adjunta una carta a la que, si soy sincera, no le encuentro mucho sentido.
La historia no me llegado, y no solamente porque en las primeras páginas me confunda el gazpacho con una ensalada de tomate ¡si mi tío abuelo de Jaén levantara la cabeza!, también porque la forma de contarlo me ha parecido poco intenso, como quien pasaba por allí, sin ganas.
Si recomiendo esta lectura es por la edición, que es espectacular, con todas las páginas negras escritas en blanco, exceptuando las biografías del final, que es lo que peor se lee, pero esa parte me la he saltado. Se acaba en un día fácilmente, pero eso si no volvéis una y otra vez a ver las maravillas dibujadas por Lacombe, como yo.

Novela breve, ambientada en la España del siglo XIX.
Carmen es un gitana y femme fatal y laperdición de todo hombre que se enamore de ella.
Una historia entretenida y narrada con una prosa sencilla y amena. El último capítulo no tiene nada que agregarle a la novela, solo es una demostración de lo que el autor conocía sobre los gitanos. Es lo único negativo que encontré en esta lectura.

Carmen es una joya, en ilustraciones , en edición. ... en todo.
Edelvives crea otra maravilla de manos de Bejamin Lacombe, con efecto y tacto seda en la portada en granate y negro , con hilo y relieve de la mantilla en forma de telaraña el impacto es alucinante.

Tanto como su interior, maravillosas ilustraciones un tanto góticas, combinadas perfectamente con el texto que hace las delicias de lectores de novelas gráficas.

Para mi es una maravilla , ahora que empiezo a leer géneros distintos o que había empezado , ampliar mi biblioteca personal con estas obras de arte me apasiona.

Otra vez Lacombe me sorprende, si ya me gusta su pasión por la ilustración asiática, con esta me encanta!
Es uno de loa mejores ilustradores actuales.

La novela es apasionante. Un título clásico sobre la España del siglo XIX, con la mirada de un francés, llama la atención los detalles de las costumbres y del personaje principal.

“Sabes, hijo mío, que creo que te quiero un poco? Pero esto no puede durar. Perro y lobo no hacen buenas migas a la larga” ~ Carmen de Prosper Mérimée.

Carmen narra la historia de un arqueólogo francés que en sus investigaciones por España conoce a un joven que se ha enamorado hasta las trancas de Carmen. Ese sería el resumen sesgado del argumento porque quizá esa sería la visión del autor y de sus lectores en la época en la que se escribió. Mi visión es que dicho joven, más que enamorarse, se encapricha con Carmen, y lo que se supone que es amor es obsesión pura y dura. Como no se debe juzgar un libro desde la óptica del lector, sino respetando la óptica existente en la época en la que fue escrita, no puedo sino decir que ¡chapeau! por Carmen y por sus ansias de ser una mujer libre.

La verdad es que la historia me ha encantado, aunque el argumento básico no sea nada del otro mundo, pero he disfrutado de la narración y del trasfondo. Eso sí, el libro incluye un capítulo final que me ha resultado perturbador, bastante perturbador para ser sincera.

Leer teatro es una cosa, y leer opera es otra, claro que al final la cuestión es leer, pero una cosa es imaginar a los actores y otra a los cantantes, aunque no creo que la ópera sea un género literario en sí, en mi imaginación leer uno u otro, es distinto.
Yendo al grano, leer Carmen es divertido, no por la trama que no tiene nada de cómica y si todo de drama, sino porque me imagine las escenas cantadas, la(s) sopranos, el maquillaje recargado, la escenografía, las coreografías y la utilería; disfrute como una asistente, mas que como una lectora. Claro que la historia no es lo que se diga novedad, pero los personajes y situaciones son de lo más interesantes, mas si como yo imaginas una obra más que una historia.

"Carmen" de Prosper Mérimée, publicado por editorial Edaf.

Don José Lizarrabengoa, cabo de dragones del regimiento de Almansa asentado en Sevilla, conduce junto a sus compañeros a una muchacha cigarrera a la cárcel, Carmen. Rendido a sus encantos la deja escapar, y ahí sin saberlo es donde cambia su vida, cambia su futuro prometedor por el bandolerismo y el contrabando.
A él no le gusta esta vida, sabe que está mal e intenta cambiar a Carmen, pero ella es un espíritu libre y no cambia por nada ni por nadie.
Toda la historia está envuelta en una atmósfera de celos y termina de la peor manera posible.

Durante un viaje por el sur de España, el narrador (un arqueólogo francés) conoce a José Lizarrabengoa, un ex militar de origen navarro (de Elizondo, en Baztán). José le cuenta una historia terrible: sus amores con Carmen, una gitana que se cruzó por su camino, por la cual dejo el Ejército y se convirtió en bandido. Esta historia inspiró a Bizet su inmortal ópera Carmen.
Me ha gustado mucho esta novela y he aprendido cosas sobre los gitanos que lo conocía. Aunque esa última parte donde expone sus conocimientos sobre los gitanos me pareció un poco mal agregado.

Estaba yo investigando biografías de Eugenia de Montijo que había encontrado en una librería de viejo y que me había llevado a casa, como si fueran tesoros, en uno de aquellos veranos interminables de la adolescencia cuando descubrí a Prosper Mérimée y a su Carmen.
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María Manuela Kirkpatrick, condesa de Montijo, camarera mayor de Isabel II y madre de Francisca y Eugenia, futuras duquesa de Alba y emperatriz de Francia, respectivamente, le contó a Merimée, en una de sus visitas a nuestro país, la historia de "aquel valentón de Málaga que había matado a su querida". de este relato de salón y de la insaciable curiosidad que el pueblo gitano despertaba en el autor, que le llevó a estudiar con detalle sus orígenes y costumbres, nació Carmen, una novela corta escrita en 184 y publicada dos años más tarde que, a su vez, serviría de inspiración para la ópera homónima de Bizet.
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En esta edición de lujo, ilustrada por Benjamin Lacombe, asistimos una vez más a la narración de la degradación de un hombre honrado a causa del amor brujo de una gitana es el tema central de la obra, pero la figura de su protagonista va mucho más allá. Carmen arrolla. Es pura vida. Y por eso, también es muerte. A través de su mirada descubrimos la vida de los gitanos del siglo XIX y cómo ellos veían a los inocentes y cándidos españolitos de a pie. Sensual y sexual, perversa en ocasiones, ardiente hasta en un infierno de hielo, Carmen es la sombra que todo lo envuelve, la eterna mantilla, un cielo negro, sin una sola estrella. Es el eterno tormento que roba el aliento, pero sin el que se vuelve imposible respirar.
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Esta belleza de libro está forrado en tela estampada y BORDADA. Sí, como lo escuchan. Y además de tener una edición íntegra y comentada del texto, trae una de las cartas que escribió Merimée desde España contando su experiencia en ese país.

Carmen es la historia de un hombre llamado José, proveniente de Navarra, que destinado a Córdoba con su regimiento, cae bajo los embrujos de la gitana/femme fatal Carmen. José abandonará todo por Carmen, incluyendo su vida honesta, su familia y su trabajo, convirtiéndose en contrabandista y salteador de caminos. al mismo tiempo, su obsesión con Carmen va aumentando progresivamente, y la vida libertina y licenciosa que ella lleva lo vuelve loco de celos, llevando a un final que no puede no ser trágico. Luego Merimée incluye una semblanza de los gitanos españoles que es puro racismo lombrosiano. La historia está bien, pero creo que esta edición vale más que nada por las ilustraciones que lo convierten en una obra de arte.

De yapa, no dejen de ver la ópera de Bizet, que es una joyita con momentos icónicos como la habanera "L'amour" entonada por Carmen, y que muestra a Carmen como un personaje mucho más tridimensional e interesante.

Todos conocemos a la Carmen de Bizet incluso si no sabemos que es ella. L'amour est un oiseau rebelle (o La Habanera) es parte de nuestra vida y hemos oído esa musiquita en películas y anuncios, pero Carmen es mucho más que música de promos; Carmen es “una belleza extraña y salvaje, una cara que sorprendía al principio, pero que no se podía olvidar”... O así la describe, al menos, Prosper Merimée en la historia de la que se valió Bizet para su Carmen operística.

Merimée escribe Carmen en 1845; es una novela corta en tres partes que toma como punto de partida el viaje a España de un arqueólogo francés, donde conocerá a Don José, oriundo del Baztán, a la hermosa y sensual gitana Carmen (sevillana hasta la médula) y la trágica historia de los amores de ambos. Una historia que merece ser oída, sí, pero también leída.