Mi cuerpo está lleno de cicatrices y todas están ahí por un motivo u otro, no lamento ninguna porque cuentan cómo he llegado a ser quien soy.
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Mi cuerpo está lleno de cicatrices y todas están ahí por un motivo u otro, no lamento ninguna porque cuentan cómo he llegado a ser quien soy.
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Del amor al odio hay solo un paso, en los dos sentidos. Nos pasamos la vida yendo y viniendo de uno a otro.
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Se que pertenecemos a mundos diferentes, que no tenemos nada en común y que es prácticamente imposible que esto funcione. Sobre todo cuando dentro de nada nos separarán cientos y cientos de kilómetros. Pero quiero intentarlo, y no solo los días que nos quedan aquí, quiero seguir intentándolo después. Aunque todo el universo apueste contra nosotros.
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—Bien. ¡Pues quiero mi cuento! No necesito un palacio, pero una casa pequeñita con grandes ventanas por donde entre mucha luz para que pueda escribir estaría bien. Tampoco necesito un príncipe azul, prefiero al lobo fiero, engreído y gruñón. Pero lo que sí necesito, por encima de todo, es un final feliz. ¡Quiero que me des mi final feliz! —exclamó con tono vehemente.
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Porque con ella consigo olvidarme de todo. Con ella todo parece mejor: esta casa, este barrio, yo... Consigue que piense en el mañana, en las cosas que podría hacer y en las que podría darle. Y porque cuando la hago reír me siento el puto amo del mundo.
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Solo si tú quieres, princesa. Tú mandas y yo obedezco.
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—¿Es cierto que estabas enamorada de mí en el instituto? —preguntó Caleb de repente, con una risita. Savannah se cubrió la cara con la mano. —Como una idiota —confesó, hundiendo la cabeza en el espacio entre su hombro y su cuello—. Pero nunca me miraste.—Tuviste suerte de que no lo hiciera, era un capullo. —La tomó de la barbilla y la miró a los ojos—. Ahora toda mi atención es tuya, cada uno de mis pensamientos es tuyo. Mi corazón es tuyo. |
Quiero ser el hombre que ella necesita y estoy dispuesto a arriesgarlo todo por un futuro que merece la pena. Porque ella es la única chica con la que imagino ese futuro. Nací para quererla y, si no es ella, no será ninguna otra.
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Estoy cansado de ver cómo los estereotipos nos definen de forma injusta. |
Los libros que aparecen en esos libros (románticos) no son reales y ponen el listón muy alto para los que sí lo somos. |
Manolito ...