La escuela de canto

Elegí leer este título porque hace unos meses, había leído “Del color de la leche” de la misma autora y me había conmovido muchísimo.

Todo sucede en Inglaterra, en el año 1573. Ellyn es una niña que vive en una zona rural con su madre, su papá que ha quedado inválido, y su hermano mayor. al nacer una nueva bebé, la necesidad de comida y más ingresos aumenta, y así también el trabajo.

Los días de Ellyn consisten en trabajar de sol a sol, descalza, sucia, rodeada de excremento de los animales, soportando el maltrato de su hermano mayor y el destrato de su madre.

Haber nacido mujer es su castigo, así lo siente ella, y así se lo transmite su madre que trabaja sin descanso y sin la mínima esperanza de algo más.
No hay otra posibilidad de vida para Ellyn, ese es su mundo….hasta que descubre el canto y ella tomará una decisión de la cual no habrá marcha atrás.
Y prefiero no contar más, vale la pena que lo descubran.

En “La escuela de canto” la autora repite el recurso que utilizó entonces en “Del color de la leche”. Toda la historia es relatada por Ellyn, que es analfabeta, y tal como ella habla es como está escrito, sin puntos, en minúscula, con errores sintácticos….pero es lo que menos importa (por lo menos para mí). Tal como me sucedió anteriormente, esto le dio mucha más fuerza a su historia, y me permitió escuchar su voz.

Durante todo el libro ella le hablará a su pequeña hermana, la bebé Agnes, con quien la une un vínculo que conmueve. Ella quiere ser algo más, no solo por ella sino porque siente que debe abrirle el mundo a esta bebé.
Es un relato crudo, sin medias tintas, y a la vez lleno de ternura.

Me enamoré de Ellyn al instante, en las primeras páginas.
Palparemos su transformación, descubriendo la ansiedad por aprender, y que el mundo es mucho más grande (y también mucho más desigual) que su casa en el campo y sus vacas.

Una historia bellísima que les recomiendo.
Lo que Ellyn siente al escuchar ese canto por primera vez, puede aplicarse a cualquiera de nosotros cuando descubrimos que algo nos apasiona…y Nell Leyshon lo escribe hermoso.

La escuela de canto es uno de esos libros que te llaman la atención por su premisa y cuando te animas a probarlos te sorprenden... para bien, esta vez. Ambientada en la Inglaterra de 1573, es una obra escrita con un formidable talento para reflejar el habla de una niña criada en un entorno rural y analfabeta en todos los sentidos, que gracias a una valiente decisión vemos que ingresa en un lugar donde se va formando y el lector va comprobando que la propia escritura del libro va en consonancia con ese aprendizaje.

El libro de Nell Leyshon puede "chocar" una vez empieza a leerse por su forma de escribir y narrar, pero después cuando nos acostumbramos es satisfactorio comprobar cómo, sin darnos cuenta, va mejorando progresivamente. En forma y fondo, ya que la historia es interesante, con un permanente halo de suspense y una visión de las cosas de enorme aliento poético.

La escuela de canto es un libro único y peculiar, como si el lector se encontrase un manuscrito del siglo XVI escrito por una niña analfabeta que va dirigido a su hermana, un bebé que ha dejado atrás y le cuenta las vivencias que le ha ofrecido la vida una vez salió de casa. Ellyn descubre que el mundo es mucho más vasto de lo que jamás hubiera sospechado a través de ese lenguaje tan personal. Una novela curiosa, interesante y que ha merecido la pena descubrir.

El libro anterior de la autora que leí ( del color de la leche), me sorprendió mucho , un libro corto pero aún así impactante.
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En esta novela la autora da vida a un personaje, Ellyn, la cual escribe un diario a su hermana Agnes que acaba de nacer. Hay que tener en cuenta que la forma de narrar es curiosa y al principio me costó entrar.
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Ellyn vive trabajando de sol a sol en la granja de sus padres, hasta que descubre una escuela de canto, Ellyn tiene la voz que la escuela necesita pero no el sexo, es una chica… asique decide vestirse y pasar como si fuera un chico.
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Una novela muy dura y cruda donde la autora muestra como es la vida de una niña, que lucha por lo que quiere pero que será humillada, en un principio en la granja, y después en la escuela.
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Me han gustado los personajes, aún siendo tan cortita, están muy bien estructurados y el final me ha gustado pero me sorprendió mucho más el del libro anterior.
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Una historia cortita, para leer en un ratito , bien escrita, pero un poquito dura.

Escuela de canto nos presenta a Ellyn, una niña de menos de 10 años nacida en una pequeñísima granja, cuya familia es pobre de solemnidad, sin educación, en la que poco menos que viven como salvajes. Su familia la componen un padre parapléjico, una madre amargada harta de cargar con tanto trabajo, un hermano mayor que maltrata a la pequeña y una recién nacida por la que siente adoración nuestra protagonista.

Ellyn ha nacido con un don y hará todo lo posible para salir de esa pobreza gracias a ese don. El único problema: haber nacido mujer.

Está narrado en primera persona por la protagonista, a modo de diario dirigido a su hermanita, para que algún día pueda llegar a leerlo, escrito con las limitaciones que tiene por la falta de educación, ya que apenas sabe escribir.

Un libro lleno de ternura, de tintes poéticos, de descripciones que nos ambientan a la perfección, duro al mismo tiempo y lleno de una fuerza inspiradora, con un rayo de esperanza que nos transmite que todo se puede conseguir si tienes una mente fuerte y un propósito en esta vida.

Descubrí a Nell Leyshon con "Del color de la leche", una novela que se convirtió, no solo en mi mejor lectura de 2021 también, en uno de los libros de mi vida. Enfrentarme de nuevo a la autora me daba, cuanto menos, respeto, pero la primera página del libro me quitó miedos y dudas y lo leí casi del tirón. Hay tanta belleza en él que me fue casi imposible parar hasta terminarlo.
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Este libro nos traslada a la Inglaterra rural de 1573, a los días en los que Ellyn trabajaba de sol a sol en la granja familiar rodeada de excrementos de animales, miseria y violencia. Una vida vacía que cambia con el nacimiento de Agnes, su hermana. Por primera vez Ellyn tiene un propósito, luchar para mejorar la vida de la pequeña. La belleza de su voz puede ayudarla, pero lo que Ellyn no sabe es que ese es un don negado a las mujeres.
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Para las que hemos leído "Del color de la leche" esta novela no es ninguna sorpresa. Ambas comparten esa voz narrativa tan especial, pero no por ello resulta repetitiva o poco atractiva. Nell Leyshon ha vuelto a crear una novela única, me ha vuelto a conmover con una historia bellísima y me ha emanorado con una protagonista capaz de sobrepasar las páginas del libro. Ellyn nos hace partícipes de sus sentimientos más íntimos, de sus ansias por aprender y cambiar el orden establecido. Un orden que es hostil para ella, para su hermana y para todas las mujeres. Toda una lección de amor, de sororidad y de lucha feminista.
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Para mí ha sido un libro muy especial. Una historia dura, sin tapujos o medias tintas, pero llena de ternura. Volveré a leerla y sé que volverá a emocionarme.

Lo primero que llama la atención en este libro es la forma en que está escrito. Pero hay un motivo para que la narración sea tan extraña. Y es que quien cuenta la historia es una niña campesina, en 1573, analfabeta hasta ahora y que está empezando a leer y escribir. Ellyn se dirige a su hermana pequeña en una especie de diario y le va contando, a su manera, cómo es su vida en la granja, lo que siente, cómo descubre que tiene un don extraordinario y todo lo que sucede a partir de ahí. Ellyn es pequeña, tan solo una niña, pero es fuerte y decidida, y cuando ve que hay algo más fuera del círculo en el que vive, que el mundo es enorme, con mucho más por vivir, se lanza y va a por todas. Rompiendo con todo lo establecido. Por ella, y por su hermana.

A mí me ha emocionado mucho, es fácil empatizar con ella, indignarte con las injusticias que sufre, conmoverte ante su determinación y sus palabras. La conversación que tiene con la madre en un momento concreto me ha parecido brutal y muy esclarecedora para entender la actitud de esta hacia su hija. Es de esas historias que te enganchan y no puedes soltar, dejándote conmocionada al terminarla.

¿Cuál es el 'pero' entonces? Pues que me ha recordado demasiado al famoso libro de la misma autora "Del color de la leche". En los dos usa los mismos recursos, una narración similar y protagonistas parecidas. Quizá influyó que yo hubiera leído el otro libro hace poco, pero era inevitable compararlos entre los dos mientras leía, y el factor sorpresa e impactante que tuve con el primero se diluyó bastante en este.
Si os gustó "Del color de la leche" os gustará también este, porque la historia es preciosa. Sabed, eso sí, que no encontraréis algo diferente. Si eso no os molesta os lo recomiendo totalmente. Yo lo he disfrutado muchísimo y de hecho volveré a leerlo.

Soy de la opinión de que hay libros que disfrutas más o menos según el momento en el que llegan a tu vida y, lamentablemente, “La escuela de canto”, de Nell Leyshon, no ha llegado en el mejor momento a la mía.

Me animé a leerlo después de que me enamorase la forma de escribir y de transmitir de la autora en “Del color de la leche”, pero creo que el gran error es haberlo leído tan seguido, pues la premisa, la estructura, la protagonista, la ambientación y el aire de la novela me ha resultado repetitivo, he tenido todo el tiempo la sensación de que era más de lo mismo.

A pesar de las similitudes entre ambas novelas creo que esta es una historia muy disfrutable, está bien estructurada, capta la atención, despierta el interés, la trama tiene mucho sentido y tiene un muy bien mensaje de fondo, y como os estaréis imaginando, ahora viene un “pero”, y es que la originalidad del recurso de modificar la prosa para hacerla reflejo de la forma de hablar y del nivel cultural de la protagonista, en mi opinión, quedó más que satisfecho con su anterior novela (no he leído nada más de ella y no sé si es algo recurrente), pero al no contar ya con el factor sorpresa, ha sido algo que me ha resultado cargante, hasta el punto de resultarme incómodo y hacerle salir constantemente de la historia.

Como digo, leída de forma aislada puede resultar sorprendente y adictiva pues, a priori, es una buena novela con muy buenos ingredientes, pero es inevitable la comparación entre ambas y, para mi gusto, tristemente esta sale perdiendo.

Con esto no quiero decir en absoluto que sea una mala obra o que no la recomiende, es simplemente que, como digo al inicio, no era su momento y quizá el fallo ha sido mío por querer volver a leer a la autora tan seguido.

La literatura es aquella cadena que relaciona a las mujeres. Es una cadena de doble sentido, que viaja hacia el pasado y nos acerca el conocimiento y las vidas de las mujeres muertas y se expande hacia el futuro, extendiéndolos a todas las hijas que todavía no han nacido. Un ejercicio parecido es el que realiza la pequeña Ellyn para su hermana bebé Agnes, y el resultado es el libro que tenemos entre manos y del que os estoy hablando. La escuela de canto es la manera de Ellyn de mantenerse cerca de su hermana a pesar de la distancia, y de hacerla partícipe de todas aquellas cosas que las mujeres son capaces de hacer, incluso en la Inglaterra de 1573.

Ellyn, quien vive en la pequeña granja familiar junto a su madre, a su padre paralítico y a su hermano abusador, sabe el orden en el que cantan por las mañanas los pájaros. Ellys tiene brazos fuertes como las ramas y piernas capaces de caminar hasta los confines de la tierra. Y por ello decide ensanchar su mundo cuando, tras escuchar un cántico religioso en la iglesia, es capaz de reproducirlo. Y sus notas la hacen sentir algo, una sensación que no es capaz de explicar. Solo sabe que el deseo de poder seguir cantando la somete. Por ello, decide cambiarse el nombre a John Pitcer, cortase el pelo, vestirse con la ropa de su hermano y presentar su talento en la escuela de canto. Solo negando su género es capaz de vivir su talento.

Nell Leyshon crea un personaje redondo que atrapa a la lectura en su mundo desde las primeras líneas. Ellyn comienza su narración con un lenguaje tosco y reducido, sin apenas vocabulario y sin nociones sobre la puntuación ni las mayúsculas. Pero, a medida que avanza la historia y la educación de la joven, también sus horizontes se amplían y su lenguaje se adapta a la norma. El personaje evoluciona, la niña reflexiona sobre su situación como mujer en una sociedad patriarcal y sobre las desigualdades económicas. Os dejo uno de aquellos pensamientos para finalizar: Ellyn se pregunta qué hubiera sido capaz de hacer una mujer en siete días si Dios, siendo un hombre, fue capaz de crear el mundo.

“ahora sé lo grande que es el mundo y sé lo que hay en el mundo
y tú sabes lo que hay dentro de mí
una semilla y cuando tienes una semilla dentro no hay nada que puedas hacer para impedir que crezca” ~ La escuela de canto de Nell Leyshon.

Las veces que @xoquinbalu me ha recomendado este libro no se cuentan con los dedos de las manos ni de los pies. Por fin me he animado a leerlo y no sin recelos porque me cuesta horrores poner la vista sobre un texto en el que no existen signos de puntuación ni mayúsculas.

Sin embargo, la forma de escribir de esta autora hace que superadas las primeras páginas estés ya tan inmersa en la historia que la gramática salte por los aires. ¡Lo que me ha gustado esta historia! ¡No os lo imagináis!
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La joven Ellyn vive en una granja perdida con sus padres, su hermano Tomas y la pequeña Agnes recien nacida. Estamos en 1570 en Inglaterra, un mundo oscuro y sucio. Un día de mercado en el pueblo, Ellyn entra en una iglesia donde descubre la música; en concreto el canto, que la atraviesa como una daga luminosa y planta en su interior la semilla de la música.

“tengo una sensación
tengo una sensación como si el verano el otoño el invierno llegaran a la vez
tengo una sensación como si nada nunca fuera a ser igual”
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El canto era una actividad vetada a las mujeres pero que ella, disfrazada de muchacho y gracias a sus dotes, se cuela en una escuela de canto dispuesta a darlo todo, porque no puede parar esa semilla que ha germinado en su interior.

“dentro de mí hay una sensación nueva
dentro de mí hay algo que está cambiando”
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Allí, aprende a leer y a escribir, a apreciar el arte, y descubre un mundo más allá de sus quehaceres diarios. Es la propia Ellyn quien narra su historia como legado a su hermana Agnes.

Una belleza de libro, de evolución del personaje. Una maravilla con tanto trasfondo. Un dato más: me la he leído en un día pero es que no podía dejar de leerla y de sentir tal cúmulo de sensaciones. Un libro que cuando lo terminas sabes que algo ha cambiado. Lo recomiendo, tanto como lectura como para regalar; es de esos libros que no fallan. Si lo habéis leído u os animáis a hacerlo, contadme, me encantaría hablar de este librito.

He aquí otro precioso libro sostenido en una voz femenina infantil. La ternura y la inocencia que se desprende de su relato en primera persona consiguen atraparte desde el inicio. El estilo, con frases cortas y secciones breves, hacen que la narración fluya a un ritmo trepidante, algo que atenúa en cierto modo la gravedad de algunas de las situaciones relatadas.

Ellyn crece en un entorno empobrecido del que consigue zafarse solamente porque oculta su condición de niña. El tránsito a ese nuevo mundo está descrito con una profundidad y una sencillez sorprendentes; el hecho de que se dirija a menudo a uno de los personajes que deja atrás aporta a este relato una sensibilidad aún mayor.

Esta novela es un canto a la igualdad que se posa sobre las injusticias sociales y de género para dar voz a las niñas y mujeres que tratarán de dejar un mundo mejor a las que vienen detrás. El carácter y la determinación de Ellyn, su ansia por aprender, por conocer el mundo y por mejorar sus condiciones de vida, su carácter reflexivo y su lenguaje representan lo mejor de este libro.