La escuela de canto

Lo primero que llama la atención en este libro es la forma en que está escrito. Pero hay un motivo para que la narración sea tan extraña. Y es que quien cuenta la historia es una niña campesina, en 1573, analfabeta hasta ahora y que está empezando a leer y escribir. Ellyn se dirige a su hermana pequeña en una especie de diario y le va contando, a su manera, cómo es su vida en la granja, lo que siente, cómo descubre que tiene un don extraordinario y todo lo que sucede a partir de ahí. Ellyn es pequeña, tan solo una niña, pero es fuerte y decidida, y cuando ve que hay algo más fuera del círculo en el que vive, que el mundo es enorme, con mucho más por vivir, se lanza y va a por todas. Rompiendo con todo lo establecido. Por ella, y por su hermana.

A mí me ha emocionado mucho, es fácil empatizar con ella, indignarte con las injusticias que sufre, conmoverte ante su determinación y sus palabras. La conversación que tiene con la madre en un momento concreto me ha parecido brutal y muy esclarecedora para entender la actitud de esta hacia su hija. Es de esas historias que te enganchan y no puedes soltar, dejándote conmocionada al terminarla.

¿Cuál es el 'pero' entonces? Pues que me ha recordado demasiado al famoso libro de la misma autora "Del color de la leche". En los dos usa los mismos recursos, una narración similar y protagonistas parecidas. Quizá influyó que yo hubiera leído el otro libro hace poco, pero era inevitable compararlos entre los dos mientras leía, y el factor sorpresa e impactante que tuve con el primero se diluyó bastante en este.
Si os gustó "Del color de la leche" os gustará también este, porque la historia es preciosa. Sabed, eso sí, que no encontraréis algo diferente. Si eso no os molesta os lo recomiendo totalmente. Yo lo he disfrutado muchísimo y de hecho volveré a leerlo.