No puedo evitar ser como soy, pero sí puedo evitar hacer las cosas que hacía antes. Igual que vosotras, yo tengo mis propios demonios intentando salir y atrasarlo todo.
|
No puedo evitar ser como soy, pero sí puedo evitar hacer las cosas que hacía antes. Igual que vosotras, yo tengo mis propios demonios intentando salir y atrasarlo todo.
|
El dolor se cuela hasta por las rendijas más pequeñas, y se instala ahí. Anida en las grietas oscuras. Crece, crece y crece como un animal hambriento que se alimenta de todo lo demás, devorándolo. Hasta que solo queda él; el dolor.
|
El destino es un camino de ida y vuelta, eso es lo que nadie te explica nunca.
|
Y yo le creí porque siempre le creía, incluso cuando sabía que estaba mintiendo como ahora. Esas veces, también le creía.
|
—¿Qué es lo último de mamá que recuerdas? —quise saber de repente—. Yo recuerdo cuánto amaba sus libros y diarios.
|
Arreglarse era importante, a pesar del calor, a pesar de las malas cosechas y de la falta de futuro. No quería convertirme en una de esas chicas dejadas con las que ningún muchacho querría pasear del brazo por el centro de San Dionisio.
|
Por muy bien que te portes y por mucho que te esfuerces, no hay salvación posible para tu alma, hermanita. Dios nunca mira en tu dirección.
|
Aquella no era una cadena de las que te atan, dejándote marcas en la piel. No . Era el tipo de cadena segura e irrompible con la que te atreverías a adentrarte en la oscuridad más absoluta. (página 112)**** |
Lo invisible, lo que está bajo tierra, es tan importante como lo que asoma.
|
—¿Sabías que hay mujeres escritoras? —le pregunté con una peligrosa chispa de esperanza—. Algunas tienen que usar un pseudónimo o el nombre de sus maridos para poder publicar, pero la gente lee sus historias igualmente. Ganan dinero escribiendo. |
¿Quién es el autor/la autora de Episodios Nacionales?