El mal no necesitaba de paisajes neblinosos o páramos azotados por el viento para vivir. No; el mal también podía vivir y echar raíces bajo el sol más brillante de verano.
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El mal no necesitaba de paisajes neblinosos o páramos azotados por el viento para vivir. No; el mal también podía vivir y echar raíces bajo el sol más brillante de verano.
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Está bien si te sientes triste, tienes derecho a sentirte así.
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Puede que no recordara los golpes, pero recordaba el miedo.
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Lo invisible, lo que está bajo tierra, es tan importante como lo que asoma. Vaya que sí.
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Los peores demonios no son los que están dentro de ellas, sino fuera.
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Comprendí entonces que mi hermano nunca entendería el verdadero poder de las historias: el poder para cambiar nuestro modo de entender el mundo.
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Tú me salvaste. Y a cambio de eso me pediste el mundo entero.
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Arreglarse era importante, a pesar del calor, a pesar de las malas cosechas y de la falta de futuro. No quería convertirme en una de esas chicas dejadas con las que ningún muchacho querría pasear del brazo por el centro de San Dionisio.
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Por muy bien que te portes y por mucho que te esfuerces, no hay salvación posible para tu alma, hermanita. Dios nunca mira en tu dirección.
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Aquella no era una cadena de las que te atan, dejándote marcas en la piel. No . Era el tipo de cadena segura e irrompible con la que te atreverías a adentrarte en la oscuridad más absoluta. (página 112)**** |
¿Quién es el autor/la autora de Episodios Nacionales?