Quienes se marchan de Omelas

Relato muy cortito que se lee muy rápido. Es muy interesante y en sus pocas páginas te hacen pensar y reflexionar bastante.
Esta bien la felicidad de muchos a expensas del sufrimiento de unos? Puedes ser feliz siendo consciente de esto?
Muy recomendable!

Este cuentecito de apenas 15 páginas si llega, es mi primer contacto con la autora y ha sido inquietante.
La conocí por recomendación de Rosa Montero y últimamente, sale a mi paso continuamente. Estoy convencida de que los libros no los buscas, te buscan. Mi siguiente libro de Úrsula será "Los desposeídos".
Pensaba que era simplemente autora de ciencia ficción, y es un género que confieso que menospreciada, con las excepciones de los grandes exponentes Farenheit 451, Un mundo feliz, 1984, El cuento de la criada... pero como digo me están saliendo al paso libros de los que la crítica cataloga como Obras Maestras con mayúsculas tales como La estirpe de Lilith, La parábola del sembrador, Terramar... que tras una utopía o distopía, se esconde una gran crítica social, una carga existencialista e incluso política y te induce a reflexionar hacia donde nos dirigimos si continuamos como hasta ahora o qué queremos hacer de nuestro futuro.
En este cuentecito nos plantea muchos interrogantes inquietantes: ¿Qué estamos dispuestos a tolerar para disfrutar de nuestro bienestar? ¿Cómo se puede vivir mirando para otro lado cuando más de medio mundo está sufriendo? ¿qué postura tomamos ante tales dilemas éticos?...
Lo dicho, una joya y una puerta de entrada al género y a esta autora, que por supuesto voy a cruzar...

"Quienes se marchan de Omelas" de #ursulakleguin en edición ilustrada de @nordica_libros ( Ilustraciones de @evavazquezdibujos

De esta conocidísima autora se ha dicho, entre muchas otras cosas, " que es más que una escritora de fantasía y ciencia ficción. Ella es una filósofa, una exploradora de los paisajes de la mente."

Se nos presenta un festival de verano en la ciudad utópica de Omelas.

Sí, es de esos festivales que solemos encontrarnos en nuestras vacaciones en la costa . Pero ésto no es Benidorm, ni S.Sebastian, ni Ibiza

¡ Esto es Omelas!

Todo aquí parece perfecto y reluciente pero a un tiempo nada queda claro a ojos del narrador, de nuestro guía en esta ciudad.

Parecen felices, correctos, todo funciona pero ¿ Cómo?

" Igual que se las apañaban sin monarquía ni esclavitud, tampoco tenían bolsa, publicidad, servicios secretos ni bombas atómicas. Pero repito que no eran gentes simples, ni dulces pastorcillos ni buenos salvajes o insulsos idealistas."

Omelas parece vivir en la felicidad constante pero ¿ Y si esta felicidad se soportará sobre el dolor y la vejación de una persona? ¿ Aunque fuera una sola? ¿Y si encima se trata de un niño?

¿ Tendrá alguien el valor de perder todo lo que tiene, toda su vida por cambiar esta situación?

Os digo claramente que

¡ NADIE SALE INDEMNE DE OMELAS!

Una lectura de la que no os puedo contar mucho más sólo que me tuvo muchos días pensando y reflexionando y que regresa una y mil veces a mi cabeza sin que yo sea capaz de dar solución a las miles de preguntas que me plantea

Sólo os puedo decir "Leer para saber"

Y que indiferentes no os va a dejar.

Palabrita de #lectobelen

Como una lectura tan pequeñita, apenas 38 páginas incluidas las ilustraciones, nos dan para tanto horror.
Desde luego que revolvió mi conciencia y me quedé un rato pensando y pensando en que hubiera hecho yo en esa situación y aún lo sigo haciendo y aun sigo sin saber que responder.
O si lo sé no sé si es la correcta, aunque mi corazón me dicta lo que yo creo sería lo
correcto.
Que dilema.
Desde luego creo que debería ser una lectura obligatoria en muchos sitios.
Es una reflexión de la humanidad bestial.
Totalmente imperdible. Y necesaria.

Había escuchado por todos lados que Ursula K. Leguin era un baluarte de peso en la ciencia ficción clásica, y decidí adentrarme en su obra con este pequeño relato escrito en 1973, Quienes se marchan de Omelas, lo que ha sido una forma maravillosa de zambullirme en su estilo y en sus temas narrativos.

El texto en sí no dice nada, en un mundo cualquiera, que podría ser el nuestro, se enclava un bucólico y utópico pueblo de índole rural, Omelas, que está de celebración local. Sin más. El texto nos describe el ambiente festivo y nos lo contrapone con el lado más oscuro del lugar donde subyace una habitación cerrada o cárcel donde hay un niño.

Y me reitero, pero es que no hay más. Una primera lectura de este relato nos puede dejar perplejos, al menos en mi caso; ignorante de mí, no entendí la simplicidad del texto ni que realmente no me contasen nada significativo. Es cuando se deja reposar lo leído, cuando se comienza a pensar en lo narrado, es entonces cuando empiezas a extrapolar conclusiones y comparaciones, cuando te das cuenta que la autora a través de escasas diez páginas ha sabido ahondar en la psique y condición humana a través de un mundo distópico lleno de magistrales metáforas y alegorías.

Un texto cargado de significado y profundidad que nos hará revolver el estómago reflejando comportamientos sociales que ahondan en las más profundas miserias humanas, comportamientos en los que vernos reflejados, el egoísmo, la doble moral, el concepto de chivo expiatorio o incluso la propia psique de cada uno de nosotros, puede ser el marco en el que encuadrar a Omelas y a sus gentes.

Un relato del que no puedo decir mucho más dada su brevedad, sin desvelaros lo que por uno mismo se debe descubrir, se lee en diez minutos pero se desgrana durante días en nuestras cabezas. Una de mis mejores últimas lecturas que me encantaría comentar y que me contaseis si vosotros también sois de los que se marchan de Omelas.

En Omelas, un pueblo o ciudad no se sabe muy bien donde, empieza el Festival de Verano y se nos cuenta que allí, la gente vive feliz, en paz y harmonia, a cambio eso sí, de aceptar convivir con una aberración.
Mi primer contacto con Ursula fue con Lavinia y no fue bien. Leí solo unas páginas y lo dejé estar. Lo tuve clarísimo: no me estaba gustando.
Con este libro, mi opinión es completamente distinta. Había oído maravillas de este relato y son ciertas.
La autora interactúa con el lector, describe cómo se vive y cómo se imagina ella Omelas, poniendo en duda su visión y dando pie a la libre imaginación, añadiendo misterio e involucrándote desde la primera página. Las ilustraciones de Eva Vázquez son preciosas y transmiten a la perfección esa sensación de ídilica tranquilidad, perezosa y cálida.
Una historia muy cortita de la que es mejor no saber nada, con un mensaje potente que cuestiona el complejo de rebaño de ovejas que sufrimos como sociedad y la facilidad que tenemos por ignorar lo que pueda empañar nuestra placidez.

🌿
No es la primera vez que leo a Ursula K. le Guin y aún así me ha sorprendido. Tampoco es la primera vez que leo uno de sus cuentos y aún así he quedado perpleja ante la magia que hace con el formato corto. Llegué al punto final y no me lo podía creer. Pasaron las horas, e incluso los días, y me seguía encontrando en estado de shock. ¿Cómo dejar de pensar en esta maravilla de cuento? ¿Cómo dejar de darle vueltas al debate moral que plantea?

«No era gente simple, aunque fueran felices. Sin embargo, hoy en día, no hablamos mucho de la felicidad. Las sonrisas se han vuelto arcaicas.»

Omelas, un mundo perfecto en el que todo es felicidad, ¿puede ser real?
Omelas, ¿el mundo en el que todos querríamos vivir?
Omelas, un lugar idílico del que, aunque pueda sorprender, huyen algunos de sus habitantes.
Un momento, detrás de tanta felicidad y perfección habrá algo, ¿no? ¿Es todo tan bonito como parece? ¿Cuál es la moneda de cambio, el precio a pagar?

«El problema es que tenemos la mala costumbre, alentada por ente pedante y rebuscada, de considerar la felicidad como algo bastante estúpido. Solo el dolor es intelectual, solo la maldad es interesante. Esa es la traición del artista: la negación de admitir la banalidad del mal y el terrible aburrimiento del dolor. Si no puedes vencerlos, únete a ellos. Si te duele, lo repites. Pero elogiar la desesperación es condenar el placer, abrazar la violencia es dejar escapar todo lo demás. »

Un relato muy breve lleno de contenido y mucho más complejo de lo que en un principio se puede pensar. Ursula, con una brevedad apabullante, remueve, inquieta y cala hondo. A pesar de su extensión, no le falta ni le sobra ni una sola palabra, es totalmente redondo. Siempre me fascina como consigue que reflexione y debata conmigo misma, enfrentando mis sentimientos y llegando a chocar con mi forma de pensar. Siempre me fascina como consigue que sus mundos imaginarios sean tan reales que den miedo e incluso pueden ser comparables a nuestra actualidad.

*Maravillosas ilustraciones de @evavazquezdibujos
Enlace: https://www.instagram.com/re..

Muy buen relato de la autora de ciencia-ficción Ursula K. le Guin. Se lee en un suspiro pero su interesantísima reflexión moral y social permanece e incita al debate. Lo mejor es leerlo sin saber de qué trata, porque así el impacto será mayor. Muy recomendada su lectura.

En mayo del año pasado se editó este relato corto (ganador del premio Hugo) de la gran maestra de la ciencia ficción Úrsula K. le Guin, de la que ya he leído varias obras y nunca me ha defraudado. En mi última visita a la biblioteca vi que lo tenían en la zona de novedades y decidí cogerlo porque me apetecía volver a ella y, además, disfrutar de la preciosa edición ilustrada de Nórdica.

Omelas se nos presenta como un lugar utópico donde todo es bello: sus gentes, sus calles, sus paisajes, sus fiestas…Además es un mundo que vive en paz y armonía, donde no hay sufrimiento y todo el mundo (o casi) es feliz. El libro nos presenta un día concreto en el que se celebra una fiesta, con comida y bebida a tutiplén, fuegos artificiales, calles decoradas, desfile de caballos...Pero claro, si todo fuese tan maravilloso, no habría lugar a escribir sobre un lugar así. Lo que sucede en Omelas es que, para que todo el mundo sea feliz, un solo niño tiene que sufrir lo que el resto no padece.

Ese niño, que se encuentra encerrado en una celda cuya puerta solamente se abre para meter comida y bebida, se cansó ya de pedir auxilio y ahora solo puede proferir ligeros chillidos que nadie escucha. Su estado es de pura dejadez, padece de raquitismo y vive rodeado de sus propios desechos. Pero lo que de verdad asombra es que todos los ciudadanos de Omelas son conscientes de este hecho, incluso se lleva a los más jóvenes a que lo vean con sus propios ojos, quizás para que sean conscientes de su fortuna por no ser aquel niño. Muchos sienten rabia o tristeza al verle, pero no son tantos los que deciden huir de esa realidad ficticia creada en Omelas.

Aunque en apariencia pueda tratarse de una historia sencilla, deja un poso amargo y reflexivo en el lector. ¿Es justo que muchos sean felices a costa de la infelicidad de una sola persona? ¿Hasta qué punto puedes obviar la existencia de un hecho o una persona para vivir feliz? ¿Y a dónde van todos aquellos que deciden renunciar a la felicidad?

Imagínese la ciudad perfecta. Una ciudad en la que todo es felicidad, perfección, donde no existe la guerra, ni parece existir la enfermedad. Ahora imaginen a esa bella ciudad junto al río en medio de un atardecer precioso la noche de la festividad anual. Aquella velada en la que todo es una redundancia de alegría, gozo y la felicidad parece ser el único habitante de las calles. Pero toda esta felicidad tiene un precio, y todos los habitantes de la ciudad lo conocen, hay unos dispuestos a vivir con ella, otros que no y terminan por marcharse de Omelas.

Quienes se marchas de Omelas es un cuento con una narración ágil, entretenida y elegante que parece una crónica de viaje y a la vez un ejercicio de narración especulativa. A mí, en lo personal me parece bellísimo que un cuento logre tanto en tan poco espacio.

Ursula logra crear de manera espléndida un lugar fuera de todo lo conocido, no referenciable ni rastreable en un mapa y dotarlo por completo de una personalidad. de esta forma la ciudad se convierte en el personaje principal que cautiva con su presencia, no con su ubicación ni con lo que conozcamos previamente de él, sino con lo que iremos descubriendo conforme desenrollemos el relato.

Conforme descubrimos las calles de Omelas y nos sumergimos en la vida cotidiana de sus habitantes todo nos comienza a parecer demasiado perfecto para ser real, hasta que llega un punto en el que el “Muy rico y todo, pero…” es ineludible y de repente la ciudad llena de belleza y felicidad se torna macabra.

De Ursula siempre me han gustado los pasajes que me gusta llamar “contemplativos”. Aquellos en los que hay que detenerse para saborear cada palabra, para sentirlos y disfrutarlos con todo el lujo de detalles. Quienes se marchas de Omelas tiene pasajes de estos, así que estén preparados para descubrirse mirando lontanza mientras meditan sobre lo que acaban de leer.

Quienes se marchas de Omelas es una historia de contrastes y encrucijadas que deja sobre la mesa el tema de cuál es el precio que estaremos dispuestos a pagar en pro de la tan anhelada felicidad que se supone que debemos buscar como el fin último de nuestra existencia. Sin embargo, también nos encontraremos con que en medio de todo esto, de un lugar que para nosotros puede resultar idílico, hay individuos dispuestos a renunciar a este privilegio, a su “felicidad” si con esto pueden subsanar un poco el horro y la infamia sobre la que se cimientan sus perfectas vidas.

No es común encontrarse por estos días con una edición como esta de Nórdica Libros, quienes han con una edición elegante, sobria y con unas muy buenas ilustraciones nos han dado uno de los relatos más famosos de la dama creadora de mundos sin ningún otro adorno, dejando que la contundencia de el mismo hable por sí solo.