Quienes se marchan de Omelas

Este cuentecito de apenas 15 páginas si llega, es mi primer contacto con la autora y ha sido inquietante.
La conocí por recomendación de Rosa Montero y últimamente, sale a mi paso continuamente. Estoy convencida de que los libros no los buscas, te buscan. Mi siguiente libro de Úrsula será "Los desposeídos".
Pensaba que era simplemente autora de ciencia ficción, y es un género que confieso que menospreciada, con las excepciones de los grandes exponentes Farenheit 451, Un mundo feliz, 1984, El cuento de la criada... pero como digo me están saliendo al paso libros de los que la crítica cataloga como Obras Maestras con mayúsculas tales como La estirpe de Lilith, La parábola del sembrador, Terramar... que tras una utopía o distopía, se esconde una gran crítica social, una carga existencialista e incluso política y te induce a reflexionar hacia donde nos dirigimos si continuamos como hasta ahora o qué queremos hacer de nuestro futuro.
En este cuentecito nos plantea muchos interrogantes inquietantes: ¿Qué estamos dispuestos a tolerar para disfrutar de nuestro bienestar? ¿Cómo se puede vivir mirando para otro lado cuando más de medio mundo está sufriendo? ¿qué postura tomamos ante tales dilemas éticos?...
Lo dicho, una joya y una puerta de entrada al género y a esta autora, que por supuesto voy a cruzar...

Ya saben lo mucho que me gusta Ursula K. le Guin, una autora que siempre me sorprende y me maravilla. Hoy quiero hablarles de un libro que me hace especial ilusión porque es la versión ilustrada de uno de mis relatos favoritos de la escritora: Quienes se marchan de Omelas. Gracias a Nørdica Libros ahora se puede encontrar la historia en librerías acompañada por el increíble arte de la ilustradora madrileña Eva Vázquez y la cuidada traducción de Maite Fernández Estañán.

«El problema es que tenemos la mala costumbre, alentada por gente pedante y rebuscada, de considerar la felicidad como algo bastante estúpido. Solo el dolor es intelectual, solo la maldad es interesante».

Publicado originalmente en 1973 y ganador del premio Hugo al mejor relato corto, Quienes se marchan de Omelas es un cuento descriptivo y sin trama en el que la autora de Terramar se encarga de presentarnos Omelas. Una utópica ciudad en la que todos sus habitantes son felices. Pero, tal y como le describe le Guin, esa felicidad no hace que sus moradores sean simples. Es una urbe que no cuenta con reyes ni esclavos. Un lugar en el que hay religión pero no sacerdotes. Un sitio que no necesita soldados ni ejército. Y no por ello no cuenta con las adelantos tecnológicos necesarios para vivir vidas cómodas y confortables.

Sin embargo, toda esa felicidad y bienestar que observamos en el festival de verano de Omelas viene con un precio. Un coste atroz que todos sus habitantes conocen y aceptan. Uno que es mejor que descubran por ustedes mismos. A le Guin solo le hacen falta unas pocas páginas para presentarnos un lugar que parece ideal pero que está cimentado sobre el sufrimiento. Es un relato que nos hace cuestionarnos hasta qué punto seríamos nosotros partícipes de vivir en esa utopía conociendo su verdadero coste.

«Todos saben que está allí, todos los que viven en Omelas. Algunos han ido a verla, otros se contentan solo con saber que está. Todos saben que debe estar allí. Algunos entienden por qué, otros no».

Es increíble como un cuento tan corto es capaz de despertar tantas reflexiones y generar tanto debate. Con el paso de los años, incluso otras autoras han dado respuestas al texto de le Guin con sus propias historias, como es el caso de multipremida N. K. Jemisin y su relato Los que se quedan y luchan que se puede encontrar en la colección La ciudad que nació grandiosa y otros relatos que publicó el sello Nova en 2018 (Mi reseña).

Las ilustraciones de Eva Vázquez son el complemento perfecto para la narración de le Guin. La artista se encarga de entregarnos su propia y personal versión de esa ciudad de la felicidad y su festival. Con sus luces y desfiles. Pero también retrata sin dudar el horror que esconde toda esa prosperidad. La razón por la que algunas personas se marchan de ese «paraíso» sin mirar atrás.

«El lugar al que se dirigen es para la mayoría de nosotros un lugar aún menos imaginable que la ciudad feliz».

Si aún no han leído Quienes se marchan de Omelas, de Ursula K. le Guin, esta edición ilustrada por Eva Vázquez es la oportunidad perfecta para hacerlo. Si ya lo conocen es la ocasión para releerlo y descubrir el imaginario tan especial creado por Vázquez para esta historia tan impactante e importante. Es un cuento de solo cuarenta y cuatro páginas que deberían leer sin dudar. Uno lleno de reflexiones y crítica social, que les dejará el corazón un poco roto y pensando cuál sería su actitud ante una situación similar. Una cuestión que de algún modo todos estamos viviendo ya con el capitalismo. Igual que con El día antes de la revolución, ilustrada por Arnal Ballester, espero que Nørdica Libros nos siga trayendo más relatos de le Guin en esas ediciones de especiales que son verdaderas joyas.

¿Han leído Quienes se marchan de Omelas? ¿Les llama la atención?


Enlace: https://inthenevernever.blog..

"Quienes se marchan de Omelas" de #ursulakleguin en edición ilustrada de @nordica_libros ( Ilustraciones de @evavazquezdibujos

De esta conocidísima autora se ha dicho, entre muchas otras cosas, " que es más que una escritora de fantasía y ciencia ficción. Ella es una filósofa, una exploradora de los paisajes de la mente."

Se nos presenta un festival de verano en la ciudad utópica de Omelas.

Sí, es de esos festivales que solemos encontrarnos en nuestras vacaciones en la costa . Pero ésto no es Benidorm, ni S.Sebastian, ni Ibiza

¡ Esto es Omelas!

Todo aquí parece perfecto y reluciente pero a un tiempo nada queda claro a ojos del narrador, de nuestro guía en esta ciudad.

Parecen felices, correctos, todo funciona pero ¿ Cómo?

" Igual que se las apañaban sin monarquía ni esclavitud, tampoco tenían bolsa, publicidad, servicios secretos ni bombas atómicas. Pero repito que no eran gentes simples, ni dulces pastorcillos ni buenos salvajes o insulsos idealistas."

Omelas parece vivir en la felicidad constante pero ¿ Y si esta felicidad se soportará sobre el dolor y la vejación de una persona? ¿ Aunque fuera una sola? ¿Y si encima se trata de un niño?

¿ Tendrá alguien el valor de perder todo lo que tiene, toda su vida por cambiar esta situación?

Os digo claramente que

¡ NADIE SALE INDEMNE DE OMELAS!

Una lectura de la que no os puedo contar mucho más sólo que me tuvo muchos días pensando y reflexionando y que regresa una y mil veces a mi cabeza sin que yo sea capaz de dar solución a las miles de preguntas que me plantea

Sólo os puedo decir "Leer para saber"

Y que indiferentes no os va a dejar.

Palabrita de #lectobelen

Relato muy cortito que se lee muy rápido. Es muy interesante y en sus pocas páginas te hacen pensar y reflexionar bastante.
Esta bien la felicidad de muchos a expensas del sufrimiento de unos? Puedes ser feliz siendo consciente de esto?
Muy recomendable!

En mayo del año pasado se editó este relato corto (ganador del premio Hugo) de la gran maestra de la ciencia ficción Úrsula K. le Guin, de la que ya he leído varias obras y nunca me ha defraudado. En mi última visita a la biblioteca vi que lo tenían en la zona de novedades y decidí cogerlo porque me apetecía volver a ella y, además, disfrutar de la preciosa edición ilustrada de Nórdica.

Omelas se nos presenta como un lugar utópico donde todo es bello: sus gentes, sus calles, sus paisajes, sus fiestas…Además es un mundo que vive en paz y armonía, donde no hay sufrimiento y todo el mundo (o casi) es feliz. El libro nos presenta un día concreto en el que se celebra una fiesta, con comida y bebida a tutiplén, fuegos artificiales, calles decoradas, desfile de caballos...Pero claro, si todo fuese tan maravilloso, no habría lugar a escribir sobre un lugar así. Lo que sucede en Omelas es que, para que todo el mundo sea feliz, un solo niño tiene que sufrir lo que el resto no padece.

Ese niño, que se encuentra encerrado en una celda cuya puerta solamente se abre para meter comida y bebida, se cansó ya de pedir auxilio y ahora solo puede proferir ligeros chillidos que nadie escucha. Su estado es de pura dejadez, padece de raquitismo y vive rodeado de sus propios desechos. Pero lo que de verdad asombra es que todos los ciudadanos de Omelas son conscientes de este hecho, incluso se lleva a los más jóvenes a que lo vean con sus propios ojos, quizás para que sean conscientes de su fortuna por no ser aquel niño. Muchos sienten rabia o tristeza al verle, pero no son tantos los que deciden huir de esa realidad ficticia creada en Omelas.

Aunque en apariencia pueda tratarse de una historia sencilla, deja un poso amargo y reflexivo en el lector. ¿Es justo que muchos sean felices a costa de la infelicidad de una sola persona? ¿Hasta qué punto puedes obviar la existencia de un hecho o una persona para vivir feliz? ¿Y a dónde van todos aquellos que deciden renunciar a la felicidad?

Un relato muy breve pero con el que la autora te hace sentir mucho. Publicado originalmente en 1973, fue el ganador del premio Hugo al mejor relato corto y estuvo también nominado al Locus.

Es una especie de cuento en el que Úrsula nos describe la ciudad utópica de Omelas. Cómo es, cómo son sus gentes, la felicidad que impera en cada lugar. Sin embargo, ese bienestar y esa prosperidad que impera en Omelas, tienen un precio. Un coste atroz que todo el mundo conoce y acepta. ¿Queréis saber cuál es? Tendréis que leer este relato para descubrirlo.

El año pasado tuve una mala experiencia con la autora, pues me leí “Los desposeídos” como primera lectura y la verdad es que se me hizo de lo más tedioso y aburrido. Sin embargo, este relato lo he disfrutado mucho y me ha dejado tan buen sabor de boca que ya estoy pensando en el próximo título que lea de ella.

En definitiva, Leguin se vale de muy pocas páginas para presentarnos un ideal de ciudad perfecta pero que está cimentado sobre el sufrimiento. ¿Hasta qué punto seríamos capaces de vivir una vida plena, en una utopía perfecta, sabiendo el coste que esto conlleva?

«Quienes se marchan de Omelas» es un relato corto que fue nominado al Premio Locus y ganó el Premio Hugo en 1974. Y con razón. Es una historia muy corta, pero con un trasfondo muy intenso.
Nos situamos en un futuro utópico donde la sociedad de la ciudad de Omelas ha alcanzado la felicidad más pura y plena que se puede soñar. Sin embargo, como todo en esta vida, tiene un precio. Lo que Ursula plantea aquí es una pregunta muy sencilla, con una respuesta muy compleja: ¿Estarías dispuesto a pagar este precio?

La ciencia-ficción es el género (más allá del ensayo) que más me hace hace reflexionar sobre la psique humana, sobre nuestro futuro como especie. Me encanta ponerme en estas tesituras y esta autora lo consigue como nadie, haciendo gala de una elegancia y una sutileza que pocos han alcanzado.

Poco más puedo decir de este relato sin desvelar algo que pueda arruinar la experiencia. Solo me queda recomendároslo a todos, ya seáis o no lectores de ciencia-ficción, y animaros a haceros la misma pregunta que los habitantes de Omelas. Y, por supuesto, a que comentéis la respuesta conmigo 😉. Disfrutaréis muchísimo además las ilustraciones preciosas que tiene esta edición tan cuidada 🥰.

No sé si “Quienes se marchan de Omelas”, de Ursula K. le Guin, será el único libro que lea para este #mayoscifi pero de lo que estoy segura es de que será de los mejores (si no el mejor).

Se trata de un relato muy corto en el que se nos muestra una utopía sobre la felicidad, la de los habitantes de Omelas; pero esta no es una felicidad simple, inocente, blanca… se trata de una felicidad utópica con tintes bastante distópicos, una felicidad que tiene un precio, que necesita un sacrificio.

No puedo explayarme sobre la trama como me gustaría porque es fácil caer en el destripe siendo un relato tan sumamente corto, pero sí puedo hablar sobre mis sensaciones leyendo la obra y estrenándome con la autora. La prosa de Ursula me ha parecido de una belleza y una poesía fuera de lo común, con un estilo lírico y casi filosófico que te lleva a través de la historia como en una danza en la que ejecuta cada paso de forma intachable. La cadencia de cada párrafo, cada palabra que utiliza, cada recurso… todo encaja en un engranaje perfecto.

Y ¿qué decir de la historia? Sorprendente, sobrecogedora… Ursula atrapa al lector en un mar en calma para después, cuando este está confiado y cree que nada puede alterar esta calma, sorprenderle con un olas embravecidas que ponen su experiencia lectora patas arriba.

Es probable que os estéis preguntando cómo es posible sentir todo esto en un libro que apenas se tardan diez minutos en leer, y es precisamente eso lo que más me ha fascinado de mi primera experiencia con le Guin: su genialidad, su capacidad de decir tanto con tan poco, su forma de trasladarte hasta donde quiere y hacerte sentir lo que se le antoja. Simplemente magistral.

Creo que no podría haber elegido mejor título para romper la barrera que me separa de la ciencia ficción, puede ser que para que un género nos empiece a gustar solo hay que elegir el camino correcto, y el que lleva a Omelas ha sido justo el que yo necesitaba.

Para terminar, quiero destacar el maravilloso trabajo de la ilustradora @evavazquezdibujos . Las imágenes que acompañan el texto son el complemento perfecto, hermosas, evocadoras… una edición para enmarcar.

Un relato muy corto, unas 20 páginas sin contar las de las ilustraciones, de una ciudad utópica que esconde un secreto nada ideal. Se lee en un rato, en menos de media hora está listo. Las ilustraciones son bonitas y la edición del libro una pasada.
Quizás me hubiera gustado que fuera un poco más largo para poder hacerme una idea mejor de lo que la autora, Ursula K. le Guin, nos está contando. Aunque bien es cierto que la idea general es bastante clara.

Como una lectura tan pequeñita, apenas 38 páginas incluidas las ilustraciones, nos dan para tanto horror.
Desde luego que revolvió mi conciencia y me quedé un rato pensando y pensando en que hubiera hecho yo en esa situación y aún lo sigo haciendo y aun sigo sin saber que responder.
O si lo sé no sé si es la correcta, aunque mi corazón me dicta lo que yo creo sería lo
correcto.
Que dilema.
Desde luego creo que debería ser una lectura obligatoria en muchos sitios.
Es una reflexión de la humanidad bestial.
Totalmente imperdible. Y necesaria.