—Soy… soy una solterona. —Pronunció la palabra como si fuera un talismán. Todo el mundo sabía que los caballeros atractivos no les hacían caso a las solteronas. Pero, al parecer, nadie se había molestado en decírselo a Cam Rohan. Una sonrisa taimada acentuó los hoyuelos de Cam. —Eso no la mantendrá a salvo de mí. (…) |