Nada conseguiría que se sintiera mejor ante el desastroso traspié que acababa de dar su vida.
Nunca había esperado poder disfrutar de un matrimonio como el de sus padres, poca gente lo conseguía. Pero, al menos, tenía la esperanza de casarse con una mujer sensata y respetable que llevaría su casa de forma eficiente y criaría correctamente a sus hijos.
En su lugar, iba a casarse con una ninfa del bosque. Con una mujer con una mente original.
No querría ni imaginar las consecuencias que eso tendría para las propiedades, arrendatarios y sirvientes de la familia. Por no hablar de su descendencia. ¡Santo Dios!, Pandora no sabría cómo actuaba una madre.