La chica de al lado

⚠️ Aviso importante a navegantes y lectores: Está historia no es para todos los públicos, por lo que si eres sensible con el nivel de perturbación, NO la leas.

🏔Ambientación. No hace falta más allá de una casa, si nos ponemos generosxs, un vecindario para construir ese aura en el que las paredes resuenan a cada paso que das. Cuando un autor consigue que cierres los ojos y puedas visualizar cada escena que describen, a mi se me ponen los pelos de punta, porque soy una fanática de las ambientaciones. Os aseguro que en este, lo consigue.

😶 La narración corre a cargo de David, en su etapa de madurez, lo cual perturba bastante. ¿Quién es David? Pues diría que es un personaje que se maneja entre la luz y la sombra, que habrá quien lo considere personaje principal y yo lo considero secundario.

🎦 David, es un personaje que me ha creado una dualidad personal desde el principio, porque se balancea en una cuerda entre la ternura que da un crio de 10 años descubriéndose, y el odio al pensar que está participando de todo ese “juego”.

👧🏽 Meg, la protagonista indiscutible de esta cruel historia. He sufrido por ella (menos de lo que debiera) pero su fuerza, esa garra, esa personalidad potente, ese gesto que yo imaginaba de levantar la barbilla desafiante… Me han conquistado.

👧🏼 Susan, me ha tenido despistada toda la lectura, porque me daba unas vibras rarísimas, pero el autor al final del libro cierra su personaje con todas las explicaciones para poder entenderla.

👩🏽‍🦳 Los Chandler. Gentuza. Por un lado la madre con unos complejos de inferioridad preocupantes y pues lxs hijxs, no le han salido mucho mejor. Me gustaría ahondar pero quizá sería spoilear, así que me limito a decir que esta gente cuanto más lejos mejor.

🪓 Me ha sobrado todo lo que sucede al punto final, incluido el epílogo. No entiendo a qué viene, tengo la sensación de que era relleno sin sentido. Diría que además, las expectativas me han jugado una mala pasada, ya que esperaba algo que fuera demasiado, y me he quedado un poco tibia, por lo que he dudado con la puntuación mucho.

📰 Para los curiosos, este libro se basa en el historia real del asesinato de Sylvia Likens en 1965, aún hoy el caso, ocurrido en Indeanápolis, es considerado como el más grave jamás ocurrido en el estado.

Estados Unidos, mediados del siglo XX. Dos hermanas, Meg y Susan, son trasladadas a la casa de una primos lejanos cuando sus padres mueren en un accidente. Su tía, Ruth, es una mujer que ronda los cuarenta años y está progresivamente entrando en un estado de locura total. Toda su furia la descargará en las chicas, y no lo hará sola, sino que contará con la ayuda de muchos chicos del barrio.

La chica de al lado es una novela basada en un caso real, que ocurrió en dicho país norteamericano en 1949, en Indianápolis. Es entonces que una de las cosas que hace Ketchum es cambiar los nombres de los personajes, así como también sus edades. También modifica algunos otros hechos, pero en lo que refiere a las cuestiones más importantes del caso real se mantiene bastante fiel. Gran parte de la historia permanece muy similar, pero al mismo tiempo, el trabajo que hace el autor a nivel literario es para destacar. La chica de al lado podría ser una novela sobre tortura y nada más. Pero no hay dudas de que no lo es, y eso claramente se valora y mucho.

En la portada hay escrita una frase que considera al libro como “una de las lecturas más inquietantes en la historia de la literatura de terror”. Este género no es el que leo más habitualmente, pero sí he leído algunos textos y puedo afirmar con certeza que este es sin lugar a dudas el más impactante. Está escrito con una crudeza pocas veces vista, que convierte a La chica de al lado en una novela muy dura. Uno no se olvida de ella fácilmente y, de hecho, sigue rondando la cabeza del lector días después de haberla terminado. No hay muchos libros que logren esto. Claro está que hay un cuestión muy importante que también alienta a que esto suceda, y es que estamos hablando de un hecho real. Es decir, sabemos que pasó. Pero, de igual manera, y teniendo en cuenta la parte más literaria de la historia, la novela no es solamente una versión en prosa de algo que realmente ocurrió. Es un libro muy bien logrado en términos narrativos, que consigue que el lector se interese en lo que está leyendo y, a pesar de contar con hechos espantosos que son difíciles de digerir, uno siente la necesidad de continuar con la lectura.

El primer tercio de la novela, aproximadamente, nos introduce en el barrio en donde ocurren los hechos más importantes de la historia. Todo lo conocemos a través de los ojos de David, el narrador en primera persona, que nos va contando, años después, cómo es que sucedieron las cosas y cómo él indefectiblemente se vio involucrado. En ese sentido, Ketchum logra construir una voz muy potente. La narración de David es muy verosímil, porque su accionar no lo muestra, en todo momento, necesariamente como un héroe. Es decir: él vio lo que pasaba, vio lo que le hacían a Meg y a Susan, pero en muchas ocasiones no reaccionó. O, quizás, no pudo. Y eso tiene sentido, porque estamos hablando de chicos de unos doce o trece años. Ningún chico de esa edad se va a rebelar contra un adulto (en este caso, Ruth, la tía) al cual se lo ve claramente desequilibrado. Es obvio y entendible que tendría miedo a las represalias y a las consecuencias de sus actos. Podríamos pensar que tranquilamente, por el hecho de contradecir a Ruth, David recibiría toda su furia. Porque de hecho, nadie se lo contó: él vio con sus propios ojos lo que esta mujer le hace a Meg y a su hermana.

Con el correr de las páginas, el lector va viendo cómo Ruth cae más y más en un estado de locura irreversible. Pero no es una locura cualquiera: es un trastorno que daña a los demás. No es un trastorno pasivo, sino que influye directamente en las personas que la rodean. No solo en el sentido de las torturas a las que somete a las dos chicas, sino que simultáneamente va alentando a que todos los demás chicos del barrio participen de ellas. Primero hace partícipes a sus hijos, y luego consigue que los amigos de éstos también se sumen al juego. Es por eso que la narración, en este punto, se va volviendo mucho más explícita, mucho más concreta en cuanto a lo que le hacen a Meg y Susan, pero más específicamente a la primera de ellas.

Sin embargo, y aquí tiene que ver con el trabajo literario que hace el autor, hay partes en las que el narrador decide no contar lo que pasa. Decide no dar detalles de las acciones que se suceden, y basta con decir “esto no lo voy a contar” para que la página quede en blanco. No es necesario que nos expliciten todo lo que va ocurriendo, porque sería pasarse de violento. Uno como lector sabe las cosas que pasan en ese sótano, y tampoco es indispensable que lo conozcamos al pie de la letra porque si alguna cuestión no se explica también podemos imaginarla. Eso es lo que hace Ketchum en términos literarios: maneja la narración. No hace de esta historia un mero reconto de hechos o una crónica periodística. Por el contrario, hace de esta historia una novela, con la cual uno puede apreciar su destreza narrativa, y la forma en que logra darle una voz al narrador; detrás de esa cadena de situaciones tan espantosas y tan horribles, hay alguien que cuenta.

Probablemente, una de las cuestiones que más me impactó de esta novela no solo tiene que ver con las torturas a las que someten a las dos hermanas. Por supuesto que eso es, en gran parte, sobre lo que versa La chica de al lado, pero hay otro aspecto que hizo que el impacto fuera mayor: que estos métodos de tortura fueran propinados, la mayor parte del tiempo, por chicos. Chicos de la edad de la víctima. En determinados momentos Ruth no hace nada porque atraviesa momentos de tanta locura que se encuentra ida, sin reacción. Es realmente terrible la crueldad con la que los chicos accionan, y uno a veces no puede creer lo que lee. No puede entender cómo se puede actuar con tanta maldad, con tanto odio hacia el otro. Con tanto desprecio porque sí. Y, como si fuera poco, ni siquiera nos queda el alivio de que lo que estamos leyendo sea ficción.

La chica de al lado es un libro que impresiona, que choca, pero que también da muchísima tristeza. Jack Ketchum escribe muy bien, y consigue que su novela no sea solamente una descripción de los hechos que sucedieron, en la realidad, en ese sótano de Indianápolis en los 50. Es, además de esto, una historia en donde el narrador adquiere una voz propia: hay alguien detrás de todo esto. Esta cuestión es sin lugar a dudas para valorar, porque más allá de basarse en un hecho real, el autor también consigue despegarse un poco de eso y dotar a su libro de aspectos literariamente muy destacables.

Un día de verano llegan al barrio dos niñas, Meg y Susan. Sus padres han muerto y ambas hermanas son acogidas por Ruth Chandler.

Aunque no parece tener ningún motivo para ello, desde el principio Ruth siente bastante desprecio hacia Meg. Y en la segunda mitad del libro este desprecio pasa a convertirse en autentico odio, y la chica de 14 años comienza a sufrir vejaciones y maltrato por parte de la mujer y de sus hijos.
La situación va cada vez a peor, y la violencia y crueldad hacia Meg aumentan escalofriantemente hasta convertirse en autentica tortura. Una tortura llevada a cabo no solo por la familia Chandler, sino también por otros niños del barrio que son invitados a mirar y participar, sin que nadie haga nada por acabar con esta terrible situación.

Por eso, cuando terminé la novela no sabía qué era peor, qué daba más miedo, que una mujer adulta, una madre, permita y aliente a unos niños a torturar a alguien, o que tantos niños acepten con esa facilidad el permiso que les da un adulto para dar rienda suelta a su crueldad, violencia y sadismo contra una niña indefensa.

La chica de al lado es una dura, estremecedora y dolorosamente cruel historia de tortura y abuso infantil, de esas que te dejan mal cuerpo y te hacen sentir impotencia. Pero también un libro que no podía parar de leer, que me ha gustado mucho y que está entre mis mejores lecturas de este año.
Enlace: https://cuatrodeseis.blogspo..

Qué hace que un libro te de miedo?

Desde hace años soy lectora de libros de terror y tengo que avisar que quitando en algún momento con el resplandor… y no precisamente miedo, es más ansiedad, ningún otro libro me ha producido miedo real, HASTA QUE LEÍ ESTE 👀 y es que las criaturas fantasiosas diabólicas o las monjas poseídas más bien me dan hasta risa; lo que me produce miedo sin duda son las acciones reales, algo que me podría pasar a mí o a cualquier mujer…

Descubrí esta novela en un blog de terror, hablaba de ella como el libro que cambió el género, y es que está reeditada y su lanzamiento fue en 1989. Basada por supuesto en un CASO REAL de asesinato en EEUU… os pongo en situación:

Un barrio cualquiera americano en los años 50, con sus casas con calles anchas, su césped cortado… un sitio ideal para crecer, no creéis? Hasta que Meg y Susan pierden a sus padres en un accidente y el Estado las manda a vivir con su tía y sus primos (esa gente maja y terrorífica de la portada)….Atrapadas en esa casa sufren la evolución psicótica de su tutora y cómo esta locura se va propagando en los adolescentes del barrio.

Esta novela me ha producido miedo, asco, pesadillas… y es que el libro está contado por uno de esos vecinos adolescentes del barrio obsesionado con una de las hermanas. No le falta ningún detalle descriptivo, es muy sádico (mucho), incluso se nota su excitación a medida que la historia avanza, y lo peor(para mí) sin duda es ir leyendo sabiendo que la situación va ir a peor.

Me ha costado mucho acabarlo, se me revolvían las tripas y tenía un nudo en la garganta… toda la situación era excesiva y me hacía preguntarme por qué lo estaba leyendo?

En esta ocasión no lo voy a valorar… y es que no sé que nota ponerle! Me ha dado un miedo atroz entonces ha cumplido su función? Es un 5 estrellas? Pero la historia me parece tremenda, no he disfrutado nada… entonces es un 0?

Si os animáis u os planteáis leerlo, hacerlo sabiendo que tiene muchas situaciones delicadas, violencia infantil y un largo etc… siempre bajo vuestra responsabilidad.

No puedo ponerle puntuación porque me ha removido tanto que me ha dolido leerlo, pero al mismo tiempo me ha gustado muchísimo.
Está muy bien escrito y te engancha desde el principio.

No es para todo el mundo, no es un libro fácil, no es un libro para disfrutar, no es un libro que comprarías y lo tendrías en tu estantería. Pero en algún momento deberíais leerlo.

Si crees en los cuentos de hadas, este libro no es para ti.
Si sueñas con ir a Disneyland, este libro no es para ti.
Si de pequeña querías un pony, si en carnaval te disfrazas de Rapunzel, si tu autora favorita es Megan Maxwell, este libro, no es para ti.
No digáis que no os lo estoy advirtiendo. Luego no quiero lloros ni “uy, es que es demasiado fuerte para mí”.
-Lo que me ha gustado: Este libro es una bestialidad. Es la primera vez que tengo que parar de leer porque lo que estaba leyendo me estaba cortando la respiración. Horrible, inhumano, con una crueldad que no logras entender. Un libro que no creo que vaya a olvidar nunca. Doloroso. Estremecedor. Y lo peor, basado en hechos reales, en la historia de Sylvia Marie Likens, en Indianápolis, Estados Unidos.
-Lo que no me ha gustado: Los últimos dos capítulos sobran, y la traducción es un pelín regulera.
-Lo recomiendo: Por supuesto, pero como ya os he comentado, no es un libro para todo el mundo. Abstenerse almas sensibles.

Esta historia se basa parcialmente en hechos reales acontecidos en Nueva Jersey en 1965, no os cuento más porque considero que hablaros del caso real os estropearía toda la experiencia de leer esta historia escalofriante y para eso ya hay un buen epílogo del autor.

Esta vez he decidido hacer la reseña de una forma distinta a la mía habitual ya que llevo unos días tratando de hablaros de este libro de la forma más objetiva posible sin destriparos nada, pero es muy complicado. 

Todavía estoy tratando de asimilar todo lo que he leído en este libro, es una historia terrible, de horror, pasividad social, deshumanización, crueldad y locura. 

Nos encontramos un estilo muy personal del autor en el que nos presenta actos atroces de una manera explícita pero sin dar detalles escabrosos. Tu propia mente trata de imaginar de la forma más asimilable para ti posible todo lo que acontece ya que es demasiado duro para creer que eso sucede en la vida real y muchas veces no somos conscientes de ello pero no por eso deja de ser verdadero y terrible.

Nos trae personajes muy reales que te dejan de hielo tanto por su forma de pensar y actuar como por su actitud pasiva ante el conocimiento de dichos actos, a veces el hecho de no hacer nada también puede resultar horrible. Y nos deja ver cómo a veces los niños pueden ser seres muy manipulables y ante la inocencia que se supone que debieran tener también pueden ser crueles e inconscientes si además se ven respaldados o ignorados por personas adultas.

Es una obra en la que se va creando un clímax, te va llevando a ese punto, creando esa tensión y horror de manera progresiva, creo que eso ayuda a que puedas decidir si quieres continuar leyendo, puedes llegar hasta el punto que tu quieras. Pero así suceden las cosas en verdad, la crueldad siempre va en aumento y eso nos lo muestra muy bien el autor en esta historia.

No creo que todo el mundo esté sensiblemente preparado para leer este libro, pero realmente merece la pena intentarlo si crees que puedes soportarlo, necesitarás hablar con alguien al terminarlo.

“No sé qué tienen las cicatrices que fascinan tanto a los chicos, pero lo hacen, la vida es así, y yo no podía evitarlo. Aún no podía dejarlo. Aunque sabía que ella no quería que lo hiciera, aunque nos acabábamos de conocer.” ~ La chica de al lado de Jack Ketchum.

En primer lugar he de dejar claro que no puedo recomendar este libro en general. No todo el mundo es capaz de leer los hechos que en él se relatan porque están basados en la realidad.

David es un crío de 12 años que vive en un pueblo donde disfruta de su paso de la niñez a la adolescencia cuando conoce a Meg, una chica un poco mayor que viene a vivir, junto con su hermana Susan, a la cada de al lado. Allí vive Ruth con sus cuatro hijos amigos de David.

El chaval se siente atraído por la chiquilla quien poco a poco se va adentrando en la pesadilla que supone vivir en esa casa bajo el mando de Ruth una sociopata que le hace la vida imposible y, para más inri, implica en ese mundo de sadismo y malos tratos a los chavales. David es espectador en primera persona de estos hechos y así nos los va relatando.

El libro es impecable. La forma de narrarlo y el hecho de que se cuente desde el punto de vista de David cuando este es adulto hace que la historia tenga un toque aún mas duro por cuanto ves a un niño contemplando los hechos y absorto por ellos.

El libro te hace reflexionar sobre el comportamiento humano. ¿Somos malos o nos hacemos? ¿Es la maldad inherente al ser humano? ¿Nos absorbe o simplemente la aceptamos para ser aceptados? de verdad que el libro y su historia, real os recuerdo, da para pensar y reflexionar mucho sobre el tema porque parece increíble que nadie sea capaz de plantar cara y decir no.

Si tuviera que definir este libro con solo una palabra no podría hacerlo, me vienen muchas a la cabeza. Si cogieras toda la bajeza, depravación, locura y desprecio humano, podrías hacerte solo una ligera idea de todo por lo que pasa la protagonista de esta historia.

No es un libro que recomendaría a todo el mundo, es muy jodido de leer, es de esas narraciones que se te quedan dentro, muy dentro y te desgarran sin piedad. Que te muestra lo podrida que puede estar una persona y que te da tan fuerte que terminas llorando (yo lo hice).

El escritor, Jack Ketchum, ha inspirado su novela en un crimen real que pasó en el estado de Indiana (EEUU) en 1965, el de la joven Sylvia Lickens.
En este libro Sylvia se convierte en Meg una joven de 14 años que junto a su hermana pequeña, no le queda más remedio que ir junto a su tía Ruth, ya que sus padres acaban de morir.
Al principio todo bien pero Ruth, que ya es madre de 3 hijos varones, empieza a pagar sus frustraciones con ella.
Comienzan los castigos, los azotes, las palizas, las torturas y la instigación que ejerce para que sus hijos también lo hagan.
De esto también participan otros niños del vecindario y David, el vecino de al lado y el narrador de la historia, que no participa pero presencia muchas de las cosas que allí pasan.

Se me ha quedado mal cuerpo después de esta lectura y más sabiendo que todo esto pasó de verdad. Que el terror no tiene que venir de nada desconocido o sobrenatural, que la peor bestia puede disfrazarse en el rostro de cualquier ser humano.

Trepidante. Te hace pensar qué puede más, si el morbo o el sentido del deber. Lo que refleja éste libro es la baja calidad humana, los miedos y la ira que se pueden ejecutar sobre otra persona. Cuándo un adulto maneja a su antojo sus frustraciones y a la vez inculca a los niños ávidos ellos de experimentar lo prohibido.
Es una lectura que no te dejará indiferente.