Tú y yo, invencibles

Si lo piensas bien, podría decirse que la vida es eso que ocurre entre el primer y el último latido.

Los pequeños gestos pueden ser revolucionarios. Es importante recordar que una montaña de arena se forma grano a grano.

La vida, al final, es eso.
Ver crecer las flores del jardín, ver crecer a los hijos, ver crecer aquello que se ama, ver cómo crece uno mismo.

Estaba más decepcionado que enfadado. Una diferencia relevante. Los enfados pueden esfumarse y olvidarse con facilidad. La decepción, en cambio termina siendo pegajosa como un caramelo al sol en pleno verano.

Dale a un hombre confianza en sí mismo y será irresistible.

Me prometí que jamás tendría que preparar el terreno para decir lo que me apeteciese. No dejaría que un hombre tuviese el control de mi vida ni tampoco de mi dinero. No pediría permiso a nadie para coger lo que me correspondía: mi libertad.

Estamos programados para desear todo lo que no tenemos

"Esta es su historia de amor y desamor, de cicatrices y decisiones, de perdón y esperanza. No ha sido perfecta, dista mucho de ello, pero cada instante vivido les pertenece."

Así que éramos como dos coches de choque en medio de la pista, da igual cuánto intentásemos evitarlo, siempre acabábamos colisionando.

El único amor que perdura en el tiempo es calmado, amable, casi silencioso.