Solo encontrarás la felicidad verdadera dentro de ti, no en los demás; no importa cuánto los quieras. Hazte feliz a ti misma y el resto ya vendrá.
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Solo encontrarás la felicidad verdadera dentro de ti, no en los demás; no importa cuánto los quieras. Hazte feliz a ti misma y el resto ya vendrá.
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El amor no era un vestido bonito, una nota o unas palabras sentidas. El amor era estar al lado de la otra persona contra viento y marea, compartir experiencias y cuidarse durante los peores y los mejores momentos. El amor significaba convertirse en un compañero de por vida, igual que yo lo habría sido para Reed si me hubiera dejado. Pensé en mi madre biológica. El amor verdadero también es saber perdonar.
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La había cagado una vez más. Y parecía que sucedía con frecuencia cuando se trataba de Charlotte Darling. Hacía o decía algo que la molestaba porque estaba enfadado con ella y, luego, horas más tarde, me arrepentía y me odiaba a mí mismo por cómo había actuado. Por lo general, Charlotte se lo tomaba bien. Habíamos establecido una especie de rutina. Me ponía celoso al verla con otro hombre o me sentía frustrado porque no podía empujarla contra una pared y demostrarle lo que en realidad tenía ganas de hacerle. Entonces, la trataba mal, y ella se enfadaba. Al cabo de un rato, se calmaba, pero su actitud mostraba que no estaba contenta, y a mí me reconcomía la culpa. Me disculpaba y volvíamos a ser amigos. Y así una y otra vez. |
—Me hizo mucho daño cuando comprendió que el futuro que pensaba que íbamos a compartir era distinto del que ella siempre había imaginado. Sin entrar en más detalles, me demostró que su amor era condicional. —Eso no existe. —Tienes razón —contestó—. Pero me costó comprenderlo. Yo creía que la amaba incondicionalmente. Cuando alguien a quien quieres no siente lo mismo que tú, tienes que aprender a dejar de amar a esa persona. La cabeza te dice que no debes sentir nada por ella, pero convencer al corazón no es tan sencillo. |
No se me daba bien expresar empatía, aunque me identificaba con la situación de Charlotte. No es que pierdas a tu pareja, es que te das cuenta de que nunca la has tenido.
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Me debatía entre el deseo tremendamente egoísta de ceder frente a mi necesidad de Charlotte y la elección inteligente, que era dejarla ir.
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No solo era una cara bonita con un cuerpo de vértigo. Era una mujer que quería conocer lo que había dentro de mí, mi alma, y no podía permitirlo.
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Dios, ¿había algo más sexy que un hombre guapo que desea ser amado por una mujer?
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Odiaba que me importase, odiaba sentirme atraído hacia ella. Odiaba que me hiciera sentir más vivo de lo que jamás me había sentido en mucho tiempo. Pero, sobre todo, odiaba el hecho de que probablemente a Charlotte le iría mejor con el mujeriego de mi primo que conmigo. Me dolía admitirlo, pero era la verdad. Jared sería capaz de darle el montón de críos y la vida que se merecía algún día.
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—Todo sucede por un motivo, Charlotte. Tómate esto como una pausa para revaluar tu vida y lo que quieres hacer. Es lo que yo hice. Solo encontrarás la felicidad verdadera dentro de ti, no en los demás; no importa cuánto los quieras. Hazte feliz a ti misma y el resto ya vendrá. Te lo prometo.
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¿Cuántas novelas hay en la serie Harry Potter?