Un hombre para un destino de Vi Keeland
—Me hizo mucho daño cuando comprendió que el futuro que pensaba que íbamos a compartir era distinto del que ella siempre había imaginado. Sin entrar en más detalles, me demostró que su amor era condicional. —Eso no existe. —Tienes razón —contestó—. Pero me costó comprenderlo. Yo creía que la amaba incondicionalmente. Cuando alguien a quien quieres no siente lo mismo que tú, tienes que aprender a dejar de amar a esa persona. La cabeza te dice que no debes sentir nada por ella, pero convencer al corazón no es tan sencillo. |