Traducida al español con el título de Tres luces, compré esta novela en Dublin y la leí en el idioma original. Es corta, apenas 100 páginas, 100 páginas de puro disfrute con cada palabra, con cada descripción. Me ha conquistado la forma de escribir de esta autora, que consigue que no puedas despegar los ojos de las páginas enganchada a una historia aparentemente sencilla, pero en la que cada frase esconde verdades ocultas, no pronunciadas. Mientras leía no podía dejar de pensar en el “muestra, no lo cuentes” que tantas veces he escuchado en los talleres de escritura a los que he acudido. Keegan no puede hacerlo mejor a este respecto y a través de los ojos de una niña que es dejada sin previo aviso en casa de unos parientes que no conoce mientras su madre no da a luz a su nuevo hermanito, nos enseña que hay distintas formas de querer, que la vida puede ser diferente de la única que conoces, que a veces hay secretos donde dicen que no los hay o no debe haberlos, que esos secretos duelen, pero que también se curan cuando ya nadie creía que eso fuera posible. Una delicia de novella. No puedo más que recomendárosla. + Leer más |