Lo bello y lo triste

Sírveme un poco de té – susurró.
Él levantó la taza y se la tendió.
-De tu boca.

Otoko comprendía que en ese fugaz impulso homicida se ocultaba su antiguo amor por Oki. Por ese entonces, Keiko aún no lo había conocido. No se había interpuesto aún entre los dos

Y hasta el hecho de haberse prendado de su discípula Keiko, tanto menor que ella y de su mismo sexo, ¿no era acaso otra forma de amarse a sí misma?

Esperar a Oki es lo mismo que esperar al pasado... El tiempo y los ríos no corren para atrás.

Las corrientes del tiempo nunca son iguales para dos personas, ni siquiera cuando son amantes...

"La Literatura no hace sino registrar los encuentros con la BELLEZA"...

¿Pero acaso eso no había sido la ardiente pasión de una muchacha muy joven, un sentimiento de frenética intensidad que nada tenía que ver con la voluntad?

-¡El hombre es la medicina que da vida a la mujer! Todas las mujeres tienen que consumirla.
—¿Aun cuando se trate de un veneno?
—Aun así. Tú ya probaste el veneno y aún no lo admites, ¿no? Pero yo sé que puedes encontrar un buen antídoto. A veces se necesita un veneno para contrarrestar otro veneno. Quizás el remedio sea amargo, pero tienes que cerrar los ojos y tragarlo. Es posible que experimentes náuseas y creas que no te va a pasar por la garganta.

Pero hasta la modelo para un desnudo solo tiene necesidad de posar. Y eso no basta para un novelista.

El tiempo cósmico es igual para todos, pero el tiempo humano difiere con cada persona. El tiempo corre de la misma manera para todos los seres humanos; pero todo ser humano flota de distinta manera en el tiempo.