La hija del relojero

Nunca había leído nada de Kate Morton, y tampoco recuerdo nunca haberme interesado por sus libros realmente, hasta que vi la opción de leer este en una lectura conjunta y me animé. Y lo cierto es que me alegro de haberlo hecho porque ha sido una grata sorpresa y he disfrutado mucho de la historia, al menos en la mayor parte del libro, porque reconozco que algunas partes, sobre todo al principio, se me hicieron algo más pesadas por su densidad. Es un libro muy extenso, con muchos personajes y mucha historia, así que entiendo que no pueda tener en todo momento el mismo ritmo, pero lógicamente, eso ha hecho que no pueda ponerle una mayor puntuación. Lo que si me anima es a leer más libros de la autora, al menos si tienen un estilo parecido.

En esta historia conocemos a Elodie, una archivista de Londres que realizando un trabajo encuentra dos objetos que no parecen relacionarse entre sí, pero que realmente si lo hacen. Una foto de una preciosa mujer en tono sepia, y un cuaderno de bocetos de dibujos. En dicho cuaderno aparece una casa, y a Elodie le recuerda a una que aparecía en un cuento que le contó su difunta madre cuando era pequeña. Elodie comienza a obsesionarse con ambos objetos y no para de investigar hasta que descubre qué son, a quién pertenecen y cómo se relacionan. Y la conexión de ambos, además de la unión con una historia del pasado, es lo que más he disfrutado del libro. Aunque tengo que reconocer que hay cierto objeto o ciertos momentos en la historia que, aún no teniendo mucho que ver, me han recordado un poco a Titanic.

'La hija del relojero' se divide en varios momentos en el tiempo. Por un lado tenemos la historia del presente, con Elodie y el descubrimiento de los objetos y cómo va investigando sobre ellos. Y por otro, conocemos el pasado en distintos momentos de la época, y con varios personajes como protagonistas. Pero la historia que más importancia tiene es la de Birdie Bell, que estuvo presente en el asesinato que se cometió en el verano de 1862 en la casa de Birchwood Manor, propiedad del artista Edward Radcliffe, cuya vida después de ese suceso fue un auténtico misterio y no acabó demasiado bien. Las teorias sobre lo ocurrido son muchas, y las especulaciones también, pero solo Birdie conoció la verdad, y es un personaje que guarda muchas sorpresas. Y que a mi, personalmente, me ha encantado y se ha convertido en mi favorito, y el que le da a la historia ese toque especial que tanto me gusta.

La pluma de la autora me ha gustado mucho. Como he dicho, hay partes algo más densas, pero cuando la historia es realmente interesante la lectura fluye sola, sobre todo al final. A medida que vamos avanzando en lo ocurrido, vamos descubriendo secretos y conociendo personajes, y vamos viendo la conexión entre todos ellos, entre el presente y el pasado, no podemos dejar de leer. En el libro se intercalan capítulos en los diferentes momentos en los que se cuenta la historia, y entre todos ellos hay algunos, cuyo título está en números romanos, que se nos relata en primera persona. Y como ya he dicho alguna vez, me encanta cuando los libros están escritos así porque puedo sentirme parte de la historia. Los demás están en tercera, por lo que es muy fácil conocer a todos los personajes aunque a veces sean tantos que puedas liarte un poco con ellos.

En resumen, 'La hija del relojero' es un libro que nos cuenta una historia plural, con varios personajes y en diferentes momentos en el tiempo, donde todo gira en torno a un asesinato que se cometió en 1862 y unos objetos descubiertos muchos años atrás, que no parecen tener relación alguna entre ellos, pero cuyas apariencias, engañan. Es un libro denso, pero que a medida que vamos avanzando en la historia y descubriendos secretos la lectura va fluyendo cada vez más y llega un punto en el que no puedes parar de leer. Es un libro con un gran misterio en el que muchas cosas no son cómo parecen y cuyo desenlace, al menos yo, no me esperaba. Os lo recomiendo si os gustan los libros con una historia interesante, con muchos personajes y muchos secretos que descubrir.

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La novela está narrada por varias voces en diferentes momentos del tiempo, alternando la narración en primera y tercera persona. Algo a tener en cuenta es que no estamos ante una novela lineal, sino que a lo largo de la historia se van produciendo saltos temporales entre presente y pasado. Esto, al comienzo de la lectura, puede resultar un tanto caótico, ya que en muy poco tiempo se presentan multitud de personajes en diferentes líneas temporales, lo que puede dificultar la lectura. En mi caso, la primera mitad del libro fue una lectura lenta porque tenía que recordar constantemente de quién se hablaba y en qué punto del tiempo se hallaba ese personaje. En ningún caso se trata de una lectura ligera, puesto que para entenderlo todo correctamente hay que leerlo con bastante calma y tiempo. En cuanto a la segunda mitad del libro, me resultó más amena y ágil de leer, pues ya resultaba más sencillo seguir el ritmo de la narración.
He de reconocer que trabajar en una historia con tantos personajes, tiempos, tramas, subtramas, tiene que ser muy difícil, y aún así la autora ha sabido enlazar todos esos elementos para crear una historia muy compleja que no deja ningún cabo suelto. Sí que es cierto que el final, aunque me ha gustado, me ha parecido un tanto forzado y poco natural. Hay un detalle que no ha terminado de convencerme.

En cuanto a los personajes, considero que es el punto fuerte del libro, porque la autora se ha implicado mucho en ellos y ha dotado a todos de una personalidad compleja y profunda. Conocemos los detalles de sus vidas, sus miedos, el pasado que les acecha, sus sueños, sus amores, todo. de esa manera, la autora consigue hacer que el lector se encariñe de los personajes y se meta de lleno en la historia. También hay personajes secundarios, que en realidad no son tan secundarios, porque en ciertos momentos juegan un papel fundamental en las decisiones, y en general, en la vida de los protagonistas, como Joe el Pálido, uno de mis personajes favoritos.

Por otra parte, el estilo narrativo de la autora es pausado, deteniéndose bastante en los detalles y en las descripciones, tanto de lugares como de personas, y las relaciones existentes entre ellas. En general me ha gustado bastante cómo escribe, aunque si he de ser sincera no estoy acostumbrada a este tipo de estructuras tan complejas y creo que por ello me ha costado bastante seguir la historia al principio.

En conclusión, La Hija del Relojero es una novela que he disfrutado, sobretodo gracias al ambiente y los personajes creados por la autora, Kate Morton, de quien espero volver a leer algo en un futuro. Recomiendo este libro especialmente para aquellas personas a quienes les gustan los libros de misterio que juegan con el pasado y el presente.
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Elodie trabaja como archivista y descubre el cuaderno de bocetos por casualidad, aunque algo la llama poderosamente la atención: Cree reconocer el paisaje que alguien retrató en él tiempo atrás. Pero también hay algo más, una foto; una misteriosa mujer que sin duda es la respuesta a todas las incógnitas.

La trama se desarrolla con saltos en el tiempo entre varias épocas, pasando de su protagonista principal a todos los personajes que de algún modo cobran especial importancia en su búsqueda. Como nexo, una casa: Birchwood Manor. Tiene tal importancia que casi es un personaje más en la novela.

Pero Elodie no es del todo feliz. Pronto se casará y por el modo en que siempre pospone los preparativos, intuimos que teme estar tomando las decisiones equivocadas y por ello se centra más en su trabajo y en su inquietante descubrimiento. A medida que Elodie va descubriendo detalles sobre aquella fotografía, diferentes personajes del pasado se unen a la narración. Así conoceremos a Edward Radcliffe y su amor imposible por una misteriosa joven que usaba el nombre de Lily Millington para ocultar su verdadera identidad. El destino quiso que ésta historia esté rodeada de desdicha y terribles secretos, en los que se incluyen un asesinato y el robo de una preciada piedra , el Azul.

Como en toda gran historia, también hay detalles que no puedo revelaros para mantener ese mismo suspense que sentí yo al leer la novela. ¿Quién mató a la prometida de Edward? ¿Qué fue de aquella piedra preciosa?

El arte es un elemento muy importante en ésta novela, lo tenemos por todas partes. La madre de Elodie era una famosa concertista y todo el mundo la admira tanto que apenas se dan cuenta de que para Elodie era más que una musa. Edward era pintor. Hay alusiones literarias por doquier, también a la joyería. Todo esto confiere al libro de un aura propia muy inspiradora.

Junto a ellos conoceremos a otros maravillosos personajes como la joven Ada, internada a traición en Birchwood Manor y obligada a pasar por todo un infierno de camino a la madurez. La orfandad y la soledad cobran especial importancia en algunos capítulos cargados de un tono mucho más melancólico, aunque en su mayoría correspondan a los personajes más magnéticos de toda la novela.

Mi mayor pega es que el arranque se me hizo algo pesado, me costó entrar en la historia y al ser un libro algo gordo, me preocupaba. Después sí que notas cómo la historia y sus personajes te atrapan, una vez te has decidido a darle una oportunidad. El ritmo es por lo general lento y cuenta con muchas descripciones, bien detalladas, precisas, pero que contribuyen a dar esa sensación de lentitud. Aún así una vez me acostumbré y comencé conocer los misterios que nos revela la trama, sí que lo disfruté y me enganché. Hay que dedicarle atención y familiarizarse con los saltos temporales, pero creo que una vez superada la introducción y entrados en la historia de Lily, el libro gana mucha fuerza. Algo me dice que la autora tiene novelas más potentes que ésta pero no por ello es prescindible, porque en mi caso, me ha servido para ver que sí que quiero leer más veces a Kate Morton.

De la portada no tengo nada que decir, es simplemente preciosa y contribuye mucho a crear ese ambiente místico o artístico del que os hablaba, hace que sientas que vas a leer una novela realmente especial y no dudo que los más fanáticos de la autora lo conseguirán con creces.

Intrigas familiares, misterios sin resolver y efectivos saltos en el tiempo para conectar a todos sus personajes. "La hija del relojero" es un complejo engranaje que pese a su cauto arranque consigue hacerse disfrutar y deja un poso de satisfacción.
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Toda la historia –mejor dicho, todas las historias de “La hija del relojero” giran en torno a Birchwood Manor, una casa de campo en Berkshire. Pasando continuamente del presente al pasado, Kate Morton nos va a contar las vidas de determinadas personas que, de una manera o de otra –incluso sin saberlo, como es el caso de Elodie-, van a estar relacionadas con esa mansión. Así, tenemos en la actualidad a Elodie Winslow, una archivista que está a punto de casarse con su novio Alastair. Entre los enseres de un importante personaje victoriano, descubre una cartera de cuero y, dentro de ella, un cuaderno de bocetos en el que se ve una casa de varios tejados junto a un río y la fotografía de una bellísima joven. No sabe bien por qué, Elodie se siente irremediablemente atraída por ambos e intentará averiguar quién fue la joven de la foto, quién el artista que dibujó los bocetos y dónde está la casa dibujada.

Tenemos también la historia de Edward Radcliffe, un pintor victoriano de mucho talento perteneciente a una nueva corriente pictórica. Un pintor que dejó de pintar pronto tras acaecerle una terrible desgracia y que murió joven. Quizás por eso no es demasiado conocido

Pero también tenemos las historias de Julie, de Ada, de Leonard… y la de Lily o la de Birdie. Esta última, desde el pasado y hasta el presente nos va a contar su propia historia en primera persona

“La hija del relojero” es una novela de compleja estructura, con diferentes historias entretejidas que alterna tiempos y narradores

He de reconocer que la empecé con miedo. Había leído algunos comentarios que me dieron un cierto respeto : como he dicho al principio, me encanta Kate Morton y me daba miedo que me decepcionase esta nueva novela pero, afortunadamente, nada más lejos de la realidad. “La hija del relojero” me ha gustado mucho. Cierto que no estará entre mis novelas preferidas de la autora ("El último adiós" y "El jardín olvidado") pero sí está al nivel de las demás.

Son unas cuantas historias entrelazadas y, por tanto, diversos protagonistas. Quizás por ello pueda costar un poco hacerse con ellas. No ha sido mi caso, la verdad, pero entiendo que al principio pueda suponer una cierta confusión. Como digo, no en mi caso porque entiendo que cada una de las protagonistas de las diferentes historias está lo suficientemente definida como para ser diferenciable de las demás y yo no he mezclado unas con otras.

A mí me han gustado todas las historias y todos los personajes. Sí que es cierto que hay veces que dudas el porqué determinadas historias han sido introducidas en la novela porque parecen, de primeras, bastante prescindibles. Y no digo yo que no se pudiera prescindir de alguna de ellas, o al menos resumirlas; pero a mí me han gustado como están. Todas las historias me han gustado más o menos en la misma medida y, aunque el nexo de unión con la trama principal pueda parecer tenue, en mi opinión lo que las une es la casa, que es el pegamento que estructura toda esta novela. Además, aunque sea de refilón, cada personaje es una pieza importante del complejo puzle que monta Kate Morton y cada una tiene su razón de ser. Aporta algo a la resolución del misterio, por poco que sea.

“La hija del relojero” es muy Kate Morton. Reconozco que es algo más compleja que sus demás novelas pero su estilo se reconoce rápidamente. Sus personajes femeninos, la casa como escenario, los secretos, las intrigas familiares, el misterio, el aura que lo envuelve todo… Desde el principio sabemos qué algo terrible sucedió en la casa, una muerte, un robo, una desaparición. Poco a poco, a través de las historias de personajes que se relacionaron con la casa –incluso en épocas muy diferentes a través de los dos últimos siglos- iremos averiguando qué fue exactamente lo que pasó.

La narración me ha parecido preciosa. No es una novela para leer con prisas pero eso no significa que tenga un ritmo lento, simplemente que tiene muchos detalles que es necesario degustar con calma. A mí me enganchó desde el primer momento con las historias de Elodie y Birdie. Me desconcertó un poco cuando introdujo una tercera trama –y luego una cuarta…- pero me gustaron tanto las nuevas historias que enseguida me engancharon como las primeras. La prosa de Kate Morton es precisa y elegante, muy evocadora. Mantiene siempre un cierto aura de misterio y una sensación como de otra época que a mí me encanta.

En la novela tenemos dos narradores. Una que narra su propia historia en primera persona y que no os voy a decir quién es y un narrador omnisciente quién nos contará las demás historias desde fuera, tanto en el presente como en el pasado


Conclusión final

Me ha convencido “La hija del relojero”. Una novela compleja, con diferentes tramas que acaban finalmente encajando con la precisión de un reloj suizo. Una historia preciosa y unos personajes que me han llegado.
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Kate Morton en el "Jardín olvidado" me dejó maravillada.

"La hija del relojero" no me ha gustado. Demasiados personajes, un ida y vuelta en el tiempo, todo parece demasiado enredado. Yo no soy de abandonar los libros, pero lo he terminado.
Esa misma desprolijidad, para mí, en la forma de narrar, me ha hecho detenerme en pasajes del libro sumamente líricos y bellos, mágicos, y es eso lo que rescato porque pertenece al mundo Kate Morton y su narrativa fiel.

Edward convence a todos sus amigos para ir a pasar un mes a Birchwood Manor para dedicarse a escribir, pintar. Según el esa casa tiene algo especial, pero solo a una persona le cuenta el verdadero motivo por el que quiere ir allí.
Muchos años después, Elodie encuentra una caja en la que hay varias cosas, entre ellas un bolso con una fotografía y un cuaderno. Todo esto se le hace muy familiar e investigará por su cuenta.
Intercalando pasado y presente se va conociendo lo que pasó, pero la verdad no se sabrá hasta prácticamente el final.
Hacia mucho que no leía nada de Kate Morton y volver a leer uno de sus libros ha sido una delicia.
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Una enrevesada historia de un grupo de jóvenes artistas que llegan en el verano de 1862 a Birchwood Manor, una casa de campo, a dejarse llevar por su inspiración. Sin embargo, el verano termina con el asesinato de una mujer, la desaparición de otra, el extravío de una joya de valor incalculable, y un misterio que tardaría 150 años después en resolverse por una archivista de Londres que descubre una cartera de cuero con un cuaderno de bocetos en el que está dibujada Birchwood Manor junto con la fotografía de una mujer.
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Yo, que me he leído todos los libros de Kate Morton (“La casa de Riverton”, “El último adiós”, “El cumpleaños secreto”, etc.), la lectura de “La hija del relojero” la he encontrado especialmente enmarañada de seguir. Si todos sus libros presentan saltos en el tiempo, en el cual la historia principal transcurre en el siglo anterior, y la salida a la luz de esa historia en el tiempo actual, en este los saltos en el tiempo son excesivos; personajes sin peso en la historia que lo único que hacen es complicarla; narrada por varias voces que en ocasiones no sabes identificar; y un descubrimiento de lo que pasó en aquel verano un tanto desagradable.
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Aquellos que seáis fans de Kate Morton, no me hagáis caso y leedla… “para gustos, los colores” …

En este libro se intercambian las idas y venidas en la historia y como somos la consecuencia de los hechos del pasado, no sólo nuestros, sino también de nuestros antecesores, entrelazándose y combinando los matices de una casa muy antigua, sus historias y esos fantasmas que quedan en todo lo que tocamos y sentimos.
Me encantó.

Este es el primer libro que llega a mis manos de Kate Morton y ya tengo varios anotados en mi lista de deseos.
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Los primeros capítulos me provocaban dejar de leer porque no conseguía introducirme en la historia, pero quise darle una oportunidad y le puse empeño.
De ahí en adelante… sin descanso ⏳.
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La historia o, mejor dicho, las historias empiezan a entremezclarse y es tan bonito leer cuándo todo está tan perfectamente encajado. Y el final… no digo nada 💭.
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Es una historia que me ha gustado. Me ha parecido muy interesante.
La trama es buena y, encontramos en ella, saltos en el tiempo entre varias épocas.
Sin embargo, es una novela que me pareció complicada. Tiene muchos personajes, el ritmo es lento al principio y la trama importante tarda en llegar. Estuve a punto de abandonar su lectura.
Pero, a pesar de todo me gustó, Kate Morton tiene una forma de narrar que me gusta mucho y tengo muchas ganas de seguir leyendo sus libros.