Y entonces Nina entendió, quizás por primera vez, que dejar que los demás te quieran y te cuiden forma parte de amarlos y cuidarlos.
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Y entonces Nina entendió, quizás por primera vez, que dejar que los demás te quieran y te cuiden forma parte de amarlos y cuidarlos.
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De repente sintió que una paz se apoderaba de ella, como si al verbalizar su ira por fin la hubiera conseguido liberar de dentro de su cuerpo, donde la había mantenido encerrada hasta ahora. Sintió como si sus tendones por fin estuvieran relajándose, devolviendo la suavidad a algunas zonas de su interior que habían estado endurecidas durante años.
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Sintió que se acercaba otra oleada de desolación, lista para hundirla. Ya había experimentado unas cuantas desde que había perdido a sus padres. Casey había aprendido que lo mejor que podía hacer era mentalizarse del dolor que estaba a punto de invadirla. Dejar que la tristeza y la pena la empaparan, la asfixiaran. Mantenerse firme, sabiendo que no podía hacer otra cosas que sentir el dolor hasta que pasara la ola.
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A Nina la habían programado toda su vida para aceptarlo todo. Aceptar que su padre los había abandonado. Aceptar que su madre se había ido. Aceptar que tenía que cuidar de sus hermanos. Aceptar que todo el mundo la deseaba. Aceptar, aceptar, aceptar. Durante mucho tiempo, Nina había creído que aquella era su gran virtud; era capaz de soportarlo todo, de resistirlo todo, de aceptarlo todo y seguir adelante.
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Los niños que crecen con dinero no tienen ni idea de que existe. Pero los niños que crecen sin, enseguida entienden que el dinero lo mueve todo.
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-Empiezo a sentir que no puedo vivir sin ti -le dijo Mick. Juno lo miró fijamente. Sabía que los hombres decían aquel tipo de cosas a las mujeres solo para conseguir lo que deseaban. Pero ¿y si ella también lo deseaba? Nadie le había advertido sobre aquello. Solo le habían dicho que apartara la mano de los hombres hasta que estuviera casada. Nadie le había explicado qué hacer en caso de sentir que te ibas a morir si su mano no seguía subiendo por tu pierna. |
Cuando una está sola no tiene el lujo de escoger lo que le apetece hacer, no tiene el lujo de decidir si es incapaz de hacer algo. No hay lugar para la aversión y la debilidad. Tienes que encargarte de todo.
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Su rostro,que antaño era firme y suave, ahora tenía arrugas en la frente y alrededor de los ojos y la boca. Pero su atractivo no se había desvanecido, sino que había echado raíces.
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Yo también te quiero. Te he querido desde... No lo sé. Desde mucho antes de lo que debería.
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(…) solo había sido un incendio en una larga sucesión de incendios que habían asolado la región de Malibú desde el principio de los tiempos. Había traído destrucción. Pero también renovación, renaciendo de sus cenizas. Es el ciclo del fuego. |
¿Cuántos años tiene Evelyn cuando se casa por primera vez?