Sí, claro, quizás tu vecino había actuado en un par de películas, pero Malibú era un lugar como cualquier otro para vivir. Era un lugar donde la gente se lavaba los dientes, quemaba la cena y hacía recados, solo que con el Pacífico de fondo. Alguien debería decirles, pensó Nina, que el paraíso no existe.
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