La casa del padre

Este libro me ha destrozado. Me ha destrozado porque la autora es tan directa que duele leerla.
Como mujer, me ha destrozado porque me ha hecho sentir reflejada en muchas cosas, en los miedos que me han acompañado toda la vida o en las hostias que te da la realidad de ser mujer. Karmele te lanza reflexiones que, aunque te las conoces bien porque también son las tuyas y posiblemente las hayas leído muchas veces antes, te caen como puñaladas.

"No nos han violado más porque hemos sido unas estrategas... No nos han hecho más cosas porque nos han educado en el miedo y el miedo nos ha protegido. Porque nos hemos defendido con el miedo."

Pero lo grande de la casa del padre no es precisamente que yo me pueda sentir identificada como mujer, si no que la autora también da voz al otro lado, al del hombre. Y lo hace realmente bien. Porque este libro trata la “problemática” de los roles de género desde los dos puntos de vista y además lo hace dando la voz narrativa a ambos lados de una forma tan clara que puedes empatizar y ponerte en el lugar de todos los personajes. Y la autora, con esa voz en segunda persona, consigue que sientas la confusión de él y que te duela tanto como lo que tú has vivido en tus propias carnes.

Es una novela que habla de la herida que te deja ser mujer, de los roles históricos asumidos en las familias, del concepto de masculinidad en el que se ha educado a los hombres tradicionalmente, del miedo a enfrentarse a ser consciente de todas estas ideas, del pánico a que te metan en el saco de “ellos”. La casa del padre habla de todo eso, pero también de muchas otras cosas, del bloqueo escritor, de la convulsión política en la época de ETA, de identidad… quizás eso sea lo más negativo que se puede decir del libro, que habla de tantos temas que por algunos pasa muy por encima.

Aún así, Karmele perfila perfectamente a los pocos personajes que salen en el libro y logra que puedas comprenderlos absolutamente a todos y eso en poco más de 200 páginas.
(Que, por cierto, me leí del tirón en una tarde)

La casa del padre es una de esas gratas sorpresas literarias que de vez en cuando se cuelan en mi camino lector. Porque el argumento que nos cuenta en la contraportada en el fondo no terminó de llamar mi atención. Como seguramente tampoco lo hará el que os he puesto yo.
Tal vez porque La casa del padre no es una novela que destaque porque pasen grandes cosas ni sea un relato épico o extraordinario o tenga un ritmo trepidante. Es más bien una novela de personajes y de sus sentimientos.
Una novela de personajes que no quiere decir una novela coral, pues aquí hay un par de protagonistas principales: Ismael y su mujer Josune, acompañados por la madre y el padre de Ismael, su hermana Libe, Jáuregui su editor y un primo de su infancia. No hay más personajes.

Una novela que va a profundizar en el mundo de los libros, en lo que supone escribir, en las dificultades que entraña. Todo ello desde dos puntos de vista diferentes, del de una mujer que quiere retomar su vieja pasión por la escritura y la de un escritor en pleno bloqueo creativo, con la necesidad de entregar ya su novela y sin nada escrito.

La novela está escrita con capítulos que toman como referencia a tres personajes: Ismael, Jasone y Libe, aunque esta última en mucho menor medida. de ellos, únicamente el de Jasone está narrado en primera persona, tal vez porque, aunque en principio pueda parecernos Ismael el protagonista principal, es en realidad Jasone el centro de la novela, el personaje en torno al cual se mueven los demás. En el fondo, Ismael no es nada sin ella. Hasta el punto de que sus libros son en gran parte obra de Jasone, que con sus correcciones los llena de vida.
Pero ahora Jasone está en una encrucijada de su vida. Sus hijas han volado ya del nido y se enfrenta al vacío que dejan. Un momento en que inevitablemente surgen dudas y preguntas sobre lo que ha sido su vida, sobre si ha merecido o no la pena abandonar sus viejos sueños o si ya es tiempo de retomarlos, si es tiempo de volver a escribir.

Más allá de la escritura, la novela gira en torno a un problema muy actual en nuestra sociedad: ¿Qué es la masculinidad? ¿Qué papel ha de desarrollar el hombre? Porque eso es lo que se plantea Ismael, con un padre del que es consciente que nunca llegó a cumplir las expectativas que de él se esperaban.
Un padre del que ahora que le ha tocado volver a casa a cuidar de él, se da cuenta de que en el fondo fue un hombre dominante, no solo con él sino con su madre. No hubo maltrato o él no lo vió, pero la dominación sobre su madre fue total.
¿Está repitiendo él ese mismo papel en la vida de su mujer? ¿Es su vida un calco de la de su padre en una casa en la que no se entera de nada, en la que no consigue comunicarse con los demás?


Puede parecer precipitado decir cuando apenas han transcurrido tres semanas del año que La casa del padre estará entre mis mejores lecturas del 2020, pero sé que así será, porque es de esos libros que me ha llegado al corazón. O tal vez sería mejor decir, que me ha removido las entrañas.
Todo depende de la edad que tengas. Afortunadamente creo que hemos conseguido educar a esta nueva generación mucho mejor, por lo menos en el sentido de que el papel del hombre y la mujer en el hogar es completamente diferente. O a lo mejor es que la necesidad obliga. Pero yo vengo de otra generación en la que cambiar esa mentalidad no es algo sencillo.
En cualquier caso, lo mejor de esta novela es cómo consigues conectar con sus personajes. Por más que no seas Jasone, o que admás seas un hombre, ¿cómo no ver en ella ese prototipo de mujer que pese a sus ideales feministas renuncia a lo que desea para “cumplir” con ese papel que parece que la sociedad tiene impuesto a la mujer? Por eso deja de escribir para ser madre y esposa.
Más fácil para mí es sentirme como ese Ismael perdido entre lo que era, lo que es y lo que se supone que tiene que ser. Por más que él provenga del campo y de una sociedad en que el hombre tiene que ser un “hombre” y yo sea un ser de ciudad, no puedo menos que sentirme en muchos momentos perdido como él, sin terminar de entender (o tal vez sin ni siquiera empezar a entender) lo que son las mujeres.

La trama es en apariencia mínima, tan metido estás en conocer y compartir sentimientos con los personajes. A pesar de ello, a cincuenta páginas del final, tiene un giro que a mí me sorprendió muy gratamente. Realmente no esperaba ese final para el libro. Por ello si aún tenía alguna duda, se confirmó ese cinco estrellas para esta novela.

Sea cual sea tu edad, creo que La casa del padre es una novela que debe leerse para intentar entender un poco mejor cómo somos o cómo son nuestros padres y nuestra sociedad. Una novela muy emotiva por momentos y cargada de realismo. No hay excusa: son poco más de doscientas páginas que devorarás como si llevases tiempo sin leer una buena novela.
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Creemos que estamos evolucionando, que nos acercamos cada vez más a la solución a los problemas que persiguen a las mujeres. Y lo que estamos haciendo es alejarnos de las causas.
Nos mantenemos en la superficie, nadando a favor de la corriente, sin atrevernos a bucear y rozar el fondo con las manos; sin tener el valor de coger esa piedra que no se mueve a pesar del oleaje y preguntarnos qué hace ahí. Desde cuándo. Por qué.
Repetimos comportamientos normalizados. Disculpamos situaciones que hoy en día nos horrorizarían con un "eran otros tiempos". No reconocemos en nuestros padres, nuestros tíos, nuestros abuelos, esa mirada cargada de desprecio; las órdenes, las exigencias, los "Calla, mujer, no te metas en cosas de hombres".
Detectar la causa, escarbar dentro de ella, analizarla, comprenderla y, finalmente, perdonarnos. Porque no hemos hecho lo suficiente. Han pasado "aquellos tiempos" y no hemos logrado lo más importante: mirar a través del otro. Aprender a mirar.

Hay tres voces en el libro Jasone, Libe e Ismael y por ellos va narrando una historia que es real como la vida misma, es decir, que pudo ser real las situaciones que plantea y eso es aterrador y la forma de narrar directa y sin cortapisas, da en el clavo y llega por lo menos a mi, lo leía por la recomendación de Mikey Fernández y todo un acierto, bueno en mi caso fue audiolibro y me ha llegado de una forma, y sino tiene las cinco estrellas es que me ha faltado algo no se como explicarlo

Ismael es un escritor vasco bloqueado, ofuscado al no encontrar el motivo, el detonante, la luz, para iniciar su nueva novela, cuyo plazo se agota. Por otro lado se presenta Jasone, su esposa, bibliotecaria, primera lectora y correctora de los textos de su marido, con ideales y sueños pospuestos por su papel de madre, escritora en su juventud que quiere retomar ahora ese sueño de volver a publicar. Y ya en segundo plano Libe, hermana de Ismael, mejor amiga y confidente de Jasone, feminista y residente en Berlín con su pareja y trabajadora de una ONG.
Las vidas de estos tres protagonistas cambiará drásticamente cuando la madre de Ismael y Libe sufre un accidente que le lleva a un hospital. Ismael debe cuidar de su padre y Libe decide regresar de Alemania. Este incidente y los recuerdos del pasado condicionarán su futuro.


Es una novela corta pero la cual se ha de masticar, leer con calma y parar, intimista, de sentimientos, de reflexiones pero sobretodo de silencios, escrita desde el corazón qué indudablemente te removerá. Es una historia de patriarcados, de personajes familiares que van evolucionando a lo largo de la trama, quienes las vivencias del pasado irán condicionando y erosionando sus propias vidas. Es una novela de roles de género que se van trasmitiendo de manera mas o menos intensa, activa o pasivamente a través de la familia o de las propias rutinas en las que nos inmiscuimos.
Es en parte, un reflejo de esta sociedad, del papel de muchos hombres, maltratadores sin llegar a agredir físicamente, siendo participes de esa violencia sutil, sibilina y difícil de detectar, y de muchas mujeres sumisas, que callan y naturalizan estas relaciones.
Es a su vez un espejo de esta parte de la sociedad que quiere neutralizar esta lacra, que quiere seguir evolucionando hacia la igualdad.

Es una novela que seguro no te dejará indiferente.
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He leído esta novela en euskera y tengo que decir que me ha encantado la narración que hace Karmele Jaio , y como es capaz a través de 3 protagonistas, de crear situaciones tan reales, pensamientos tan cotidianos en lo que sientes esa cercanía. La historia invita a la reflexión, a analizar los roles y estereotipos que adquirimos por el hecho de ser hombre, mujer, hijo, hija, orientación sexual, ... Novela repleta de silencios que ha sido un gusto leer.

«La casa del padre» es la novela de la que vengo a hablaros hoy. Una novela emotiva escrita desde el corazón y que consigue remover al lector. Una novela que versa sobre hombres y mujeres, sobre los patriarcados, una novela sobre demonios interiores que algún día tienen que despertar, una gran novela escrita por Karmele Jaio.

En esta novela nos encontramos con Ismael, un joven escritor que no está pasando por su mejor momento, se encuentra en plena crisis y no consigue avanzar en su novela. Por otro lado, tenemos a Jasone, su mujer y primera lectora de sus novelas. Una mujer que trabaja en una biblioteca ahora que sus hijos son mayores pero que siempre le ha gustado escribir, una mujer brillante en su época universitaria pero que lo dejó todo por cuidar de su familia, por vivir a la sombra del escritor. Jasone ha decidido retomar su pasión por la escritura, pero lo hace a escondidas. Mientras Ismael pasa las horas delante del ordenador sin saber plasmar lo que siente en una página recibe la llamada del hospital donde su madre está ingresada debido a una caída, a partir de entonces tendrá que pasar las tardes cuidando de su padre, allí, en la casa de su padre, revive Ismael algunos momentos pasados que tenía ocultos en los más hondo de sí.

Me ha sorprendido gratamente esta historia, no sabía muy bien que es lo que me iba a encontrar en su interior y tengo que reconocer que es una de esas novelas que se quedan contigo mucho tiempo después de haber acabado su lectura. No diría que es una novela rápida de leer a pesar de que sean apenas 200 páginas, es una novela para leer con calma, que invita a la reflexión, a disfrutar de la maravillosa prosa de Karmele, de su forma de escribir que te envuelve en un halo mágico del que te cuesta desprenderte.

Karmele ha demostrado que trabaja muy bien a los personajes, que se mete en sus cabezas, que profundiza en sus miedos, en sus inseguridades, que muestra sus fortalezas y sus debilidades de forma que el lector consigue meterse dentro de ellos. Todo ello ayudado por la alternancia de voces. Jasone, es el personaje que nos muestra sus sentimientos en primera persona mientras que la historia de Ismael y de su hermana Libe nos la cuenta un narrador en segunda persona. Personajes que no son para nada planos, que evolucionan con la historia, ricos de matices y cada uno consigue despertar un sentimiento diferente en el lector. Tengo que aplaudir a Karmele por lo bien que ha conseguido hilvanar estas diferentes voces en la trama de la novela.

En definitiva, «La casa del padre» es una novela profunda, intimista y emotiva que invita al lector a reflexionar acerca de los roles que tenemos en la sociedad, tanto hombres como mujeres y como esto ha ido evolucionando a lo largo de los años. Una novela dura en algunas partes, triste pero muy bien narrada, un disfrute de lectura al que os invito a adentraros sin dudarlo, una novela y unos personajes que todavía siguen dando vueltas en mi cabeza.
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Hace ya unas semanas terminé La casa del padre de @karmelejaio, editado en castellano por @eddestino.

En esta breve novela (se lee en menos que nada) conoceremos desde el punto de vista de cada personaje, la vida de una pareja (sobre todo) en crisis, tanto entre ellos como un poco en general. Él, escritor que no consigue sacar adelante sus proyectos, ella, en la sombra (no es una machistada, son los temas que trata el libro), es la que le ayuda en todo y la que lee sus textos antes de mandárselos a su editor.

Una novela de personajes, de ir conociendo sus puntos de vista, sus pasados que les han llevado a donde ahora están, sus sueños incumplidos (sobre todo los de ella), acompañados por una escritura notable (es la propia autora la que lo ha traducido del euskera).

Una novela de reivindicación, de ver las injusticias de género que sigue habiendo día a día, de amistad, de familia, de empoderamiento.

El único punto en contra que se me ocurre ponerle es una de las actuaciones de la protagonista en su parte final que si habéis leído imagino que sabréis de qué se trata, y es que no la he llegado a entender/compartir (si alguien quiere comentarlo por privado bienvenidx es).

Me ha quedado una mierda de reseña (como casi siempre) pero os lo recomiendo mucho, yo lo leí en un par de días y me dejó muy buen sabor de boca.

🏔Kokapena. Oraingoan Ismaelen familia ta euren bizimodua zein bizipenak izango dira eleberri honen kokapen garrantzitsuena.

👨‍👩‍👧‍👦 Aldebatetik Ismael izango dugu, familiaren semea. Aitarengandik jasotako hezkuntza matxista errefusatzen duena baina konturatu barik familiaburuaren portaera batzuk errepikatzen ditu.
Libe; alaba da ta politikaren ondorioz Berlinen dago bizitzen. Libe gogokoen izan dudan pertsonaia da, bizitako iraganagatik, orainagatik eta bere etorkizunak jakin-min handiegia sortu didatelako.
Azkenik Jasone dugu, Ismaelen emaztea. Lehen esan dizuedan bezala, Ismaelen eraginpean, baina ez dut beste daturik emango.

🏘 Eleberri honek hausnarketara bultzatuko gaitu behin ta berriz. Paragrafo bakoitzean esango nuke, esaldiren bat eskuratu dezakezu ta hortaz pentsatu. Orrialdeetan nabarmentzen den matxismoa burutik kendu ezinean, liburuan zehar agertzen diren isiluneak, benetan garrantzi handikoak dira ta familietan ulertezinak badira ere, emoten direzenak.

🏠 Gai hauek jorratzen dira, besteak beste: familia, sexualitatea, tratu txarrak, zahartzaroa, emakumeak lan-arloan duen rola... Hamaika gai, esan bezala, liburu honen edukiari buruz asko hausnartzera bultzatzen zaituztenak.

En “ La casa del padre” nos encontramos con Ismael, un escritor cuarentón que está pasando por una crisis creativa y que no consigue acabar ninguna novela desde hace dos años. A todo esto, se le unen las noticias de la creciente violencia contra las mujeres , algo que Jasone, su esposa no para de recordarle como una guerra hacia el género femenino y la pasividad de la sociedad ante ella ; y el accidente de su madre, lo que hará que tenga que cuidar de su padre que empieza a tener demencia senil. Y serán durante estas horas cuidando a su padre, cuando comience a recordar su infancia y a comprender la relación que mantenían sus padres y él con ellos.

“ La casa del padre” es una novela que me ha gustado mucho por mostrar temas tan actuales como el suceso de la manada en Pamplona, y la deconstrucción que tanto Jasone como Ismael hacen sobre los roles que han mantenido a lo largo de su matrimonio.

Ismael comienza a ser consciente de esa educación que ha recibido a lo largo de su infancia basada en lo que tiene que hacer un hombre de verdad: los hombres no lloran, los hombres no muestran sus sentimientos, los hombres son lo que tienen que mandar dentro del hogar, etc; y cómo esta masculinidad tóxica le está empezando a hacer mella tanto a él como a su matrimonio.

Y por otro lado, Jasone reflexiona sobre cómo su rol de madre y cuidadora ha hecho que de manera inconsciente deje de lado sus ambiciones laborales, sus aficiones, y su sueño de escribir su propia novela y tener su editorial.

Para mí, ha sido una novela muy interesante ya que se puede ver cómo los roles de género se siguen perpetuando y de lo difícil que es darse cuenta de esa imposición de roles en nuestro día a día, del machismo que hay en nuestra sociedad; y cómo empezar a tomar conciencia de esta realidad y empezar a realizar cambios en nosotros mismos.