Y las montañas hablaron

En esta ocasión Khaled Hosseini nos presenta un conjunto de historias que se interrelacionan para presentarnos varias realidades de los habitantes de Afganistán a través del tiempo. Encontramos a los extranjeros que han llegado a ese lugar en forma temporal o que han decidido quedarse, también a los propios afganos que a duras penas se quedaron, sufriendo y sobreviviendo a la guerra o sirviéndose de ella, o los que tuvieron que huir y vivir como refugiados dejando sus pertenencias y viviendo de la ayuda que otros les pudieran dar, pero también, los que tuvieron la oportunidad de emigrar a otras latitudes, con más posibilidades de desarrollarse personal y económicamente, aunque para ello deban lidiar o no con los sentimientos de culpa por los que se quedaron.

En fin, que, desde diferentes puntos de vista, el autor nos habla del amor, del dolor, de las pérdidas humanas, familiares, sociales y económicas de un pueblo que en su diversidad vive y siente como cualquiera de nosotros en otros tiempos y lugares, lo que hace que te identifiques con unos y otros.

En el principio y en el final, la novela nos lleva sobre la historia de dos hermanos que tienen un lazo especial, pero que son obligados a separarse, sin posibilidad de saber que ha sido del otro. de un padre que debe decidir que es lo mejor para que sus hijos sobrevivan en un país que se desmorona y en el que no hay esperanza. Como siempre, historias para sentir, para entender que la línea entre el bien y el mal es tan delgada, que todo dependerá del lado del que mires.

Después de leer "Cometas en el cielo" y "Mil soles espléndidos" me tocaba leer esta historia.
Al igual que las 2 primeras, ésta también me ha atrapado. En la historia se narra la vida de varios personajes, el autor te lleva del pasado a la actualidad y de la actualidad al pasado de manera magistral. Siempre sabes en qué momento estás, no deja nada en el aire.
Me ha gustado mucho su forma de narrar la historia de los diferentes personajes, entrelazados y con su sitio en el momento que nos está contando. Todas estas historias entrelazadas tienen un desenlace, que puede gustarnos o no. Pero la historia que nos cuenta es hermosa y enternecedora.
Si no habéis leído esta novela, os la recomiendo, no os va a defraudar.
Yo, al escoger una novela, me fijo en su puntuación por parte de los lectores y, si la puntuación es mayor de 8, es que vale la pena leerla.

Tenía esta lectura en mi lista de pendientes hace ya bastante tiempo, creo que no me equivoco si digo años... Sabía que era una lectura que me iba a gustar pero, después de leer "Comentas en el cielo" y "Mil soles espléndidos", llegué a la conclusión de que Khaled Hosseini es de esos autores que te dejan el alma pa'l aliño los tomates. 💔
Y no me equivoqué, es una historia muy intensa y desgarradora que te hace entrar en temas que a mí me han obligado a parar la lectura, porque seguía dándole vueltas y no me centraba en lo siguiente.
Menudos debates he creado en casa con este libro!! 😅
Temas como la manera de implicarnos en los problemas (propios y ajenos)...
Los prejuicios, como actuamos con personas con problemas físicos...
La resignación, el aceptar ciertas cosas porque es el camino más fácil para todos o aceptarlas por miedo a decepcionar a alguien...

Me gustaron más los dos libros que he citado anteriormente de este autor. En este he encontrado "cositas" que le han ido restando puntuación.

Para mi gusto los capítulos son demasiado largos y además en algunos he tardado bastante en identificar al personaje del que se estaba hablando (me ha tocado releer).
Por otra parte, el autor cuenta detalles de ciertos personajes secundarios, que aunque se leen bastante bien y son entretenidos no tienen mucho que ver con la historia principal y como que se pierde un poco el hilo.

Por lo demás, aunque es una historia muuuuy triste merece la pena leerla, es un libro con mucha "sustancia" emocional.

Después de leer a este autor en " Cometas en el cielo" y " Mis soles espléndidos" no dudé en añadir en mi lista ésta lectura.
Tengo que decir que es completamente distinta, la dureza, la emoción y el desarrollo que encontré en las otras no la veo en ésta.
Sí que es humana, está marcada por la guerra en Afganistán y las terribles consecuencias sobre la vida de las personas.
También conmovedora, la historia principal y las que la rodean son situaciones dramáticas, desesperadas, nos cuenta la experiencia vital de los personajes.
El autor se arriesgo a contarnos varias historias entrelazadas (algunas un poco forzadas) al relato troncal pero no totalmente conexionadas.
Me he sentido un poco como en una montaña rusa con ésta lectura con subidas y bajadas
De todas formas tengo que reconocer que Hosseini es un buen narrador, tiene la facilidad para meterte en la piel de los personajes y sabe mostrar la dura realidad con ese toque tan suyo.
La recomiendo como una buena lectura pero no como una gran novela

Khaled Hosseini no me ha defraudado este libro nos ofrece nueve historias en forma de relatos con finales que te hace reflexionar sobre el amor, el sacrificio, la justicia, la lealtad, la paternidad, la amistad, la familia, solidaridad, empatia, el valor, la traicción, el desarraigo, la enfermedad, la vejez, entre otros temas, cuyos personajes nos muestran diferentes perspectivas o realidades de Afganistán desde el año 1952 a la actualidad pasando por los afganos que lograron emigrar y rehacer sus vidas en otros países, como los que sufrieron las consecuencias de las diferentes guerras internas del país y no lograron escapar de tanta devastación, también nos habla de los extranjeros que llegaron al país para ayudar a través de misiones humanitarias en diferentes áreas (salud, educación) su choque cultural, y por último los afganos que regresan con la intervención militar de Estados Unidos en Afganistán, para recuperar propiedades, o los otros que regresan en busca de algo más sus raíces, la familia y amigos que dejaron atrás. Son relatos estremecedores de personajes que fueron afectados directa o indirectamente por una difícil decisión que tomó Sabu el padre de Abdula, Pari y Iqbal en otoño de 1952.