Y una vez más en mi nuevo mundo, lleno de angustia y mentiras, este chico sin esperanzas de alguna forma encuentra una manera de hacerme sonreír.
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Y una vez más en mi nuevo mundo, lleno de angustia y mentiras, este chico sin esperanzas de alguna forma encuentra una manera de hacerme sonreír.
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Baja su boca a la mía y me da el beso más suave imaginable. Es una vista previa de cómo su verdadero beso se sentirá, el sólo pensarlo me hace estremecer.
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Me vuelvo más débil mientras mis lágrimas se fortalecen, consumiéndome. Me convierto en nada más que un recipiente para las lágrimas que no dejan de derramarse. Soy débil, y lo dejo ganar. |
Las cosas que hacen que te derrumbes son pruebas que te pone la vida, que te obligan a elegir entre rendirte y quedarte en el suelo o limpiarte la suciedad y levantarte incluso más erguida que antes.
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La vida no puede dividirse en capítulos... solo en minutos.
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Six y yo hemos analizado muchísimas veces mi falta de reacción física con los chicos. Durante un tiempo ella sospechó que yo era lesbiana. A los dieciséis años nos dimos un beso muy breve y extraño para comprobar la teoría, y ambas llegamos a la conclusión de que aquel no era mi problema. Sí que disfruto liándome con chicos, de lo contrario no lo haría. El asunto es que no disfruto por los mismos motivos que el resto de las chicas. Nunca he perdido la cabeza por alguien. No noto mariposas en el estómago. De hecho, jamás he tenido la sensación de que me derrito por un chico. La verdadera razón por la que me gusta liarme con ellos es porque en esos momentos me siento completamente entumecida. Situaciones como esta en la que estoy con Grayson son idóneas para que mi mente se apague por completo. Deja de funcionar, y me gusta esa sensación.
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Holder toma mi mano y entrelaza nuestros dedos. —Eso es porque ninguna opción es la correcta. A veces tienes que escoger entre un montón de opciones incorrectas. Lo que tienes que decidir es cuál de ellas es la menos mala. |
—Porque sabes que tengo razón. No puedo besarte esta noche porque un beso lleva a otra cosa, y luego a otra. Y al ritmo que vamos, ya no nos quedarán primeras veces para el próximo fin de semana. ¿No quieres dejar algunas de ellas para más adelante? —me pregunta, y aparta la cabeza de mi cuello y me mira. —¿Primeras veces? ¿Cuántas primeras veces hay? —No tantas, y por eso tenemos que reservarlas. Ya hemos tenido muchas desde que nos conocimos. |
Holder pone la palma de la mano sobre mi corazón y coloca la mía sobre el suyo. Acerca sus ojos a los míos para asegurarse de que estoy aquí con él y de que tiene toda mi atención. —A la mierda las primeras veces, Sky. Lo único que me importa contigo son los «para siempre». |
Manolito ...