El hombre que paseaba con libros

“Oh! Por muchos libros que leas, siempre hay más que no has leído. Eso es lo triste. Si te gusta la lectura, nunca tienes bastante, siempre deseas leer todos los libros buenos.” ~ El hombre que paseaba con libros de Carsten Henn.

Carl es un hombre mayor que trabaja en una librería y que se encarga de entregar los libros en mano a sus lectores. Un día, en sus paseos, conoce a Sasha, una niña de nueve años que decide acoplarse a Carl y ayudarle con su trabajo pero lo último que quiere el hombre es hacerse cargo de una mocosa entrometida. Sin embargo, poco a poco, Carl se va dando cuenta de que las ideas de Sasha y su capacidad de empatía con los lectores aportan más de lo que en principio pensaba y entre ellos va surgiendo una amistad que se complementa por esa diferencia de visión que da la edad.

Un libro precioso. Fácil de leer y de los que te dejan con una sonrisa en la boca con cada página que pasas. Es un libro tierno sobre libros así que es ideal para cualquier lector y os aseguro que apuntaréis mil frases. Tampoco es que sea una gran historia pero es una historia bonita sobre libros, sobre el poder de la lectura y la importancia de escuchar, aunque sea a través de los gestos de las personas. Un cuento para todos, niños y adultos porque en este libro todos aportan.

Lo tenéis disponible en eBiblio aunque yo os dejo una imagen tomada en una librería porque la portada es preciosa y ya os dice mucho de lo que vais a encontrar en su interior. Os dejo algunas:
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“No hay un solo libro que le guste a todo el mundo, ¿sabes? Y, si lo hubiera, sería un mal libro”.

“Cada persona necesita libros diferentes, porque lo que una persona ama con todo su corazón a otra la deja completamente indiferente”.

Carl Kollhoff es un hombre solitario, cuyo único motor en la vida es su amor por los libros. Lleva años trabajando en una librería, y aun hoy, a su avanzada edad, sigue repartiendo los libros por las casas de aquellos fieles lectores que por un motivo u otro no salen de casa y a los que pone nombres literarios: Mr Darcy (un joven millonario encerrado en su mansión), Effy (una joven que esconde su tristeza), la señora Calzaslargas (una maestra jubilada con agorafobia), Fausto (un obseso de la filosofía), Amarilis (una religiosa okupa) o Hércules (un fortachón amante de las historias). Carl tiene sus manías, siempre va por el mismo camino, al mismo ritmo, y siempre va sólo. Pero cuando se le une en sus paseos Sasha, una niña de nueve años un tanto sabioncilla, todo va a cambiar.

Esta es un lectura emotiva, que transmite amor por los libros, por la lectura, y amistad, por muy variopinta o extraña que sea. ¿Qué tienen en común personajes tan variopintos como los arriba descritos? Por lo pronto, su amor por la lectura, pero sobre todo la relación de amistad tan especial que han desarrollado con Carl, y que al final les une a todos en una misión común, salvarse mutuamente, convertirse todos en su tabla de salvación.

Este libro transmite emoción, amistad, un cierto calorcillo que te llena el corazón y te hace terminar de leer con una sonrisa en los labios.

Es una novela que se encuadra dentro del género "feel good" que yo asocio siempre a " La librería del Sr. Livingstone" de Mónica Gutiérrez y que se define como ese tipo de libro que te deja buen sabor de boca .
En el caso del libro que nos ocupa, tiene una parte de drama( hay temas profundos que se visualizan en la narración) que le sirve de contrapunto al buenrrollismo que desprende la historia, a esa ternura que queda patente en la relación que se establece entre Carl y Sasha.
¿Qué tiene una trama sencilla y predecible? Seguramente, no hay giros inesperados ni acción pero en esta obra he encontrado algunas de las frases más bonitas que he leído últimamente.Considero que es perfecto para salirnos de los géneros que leemos habitualmente y simplemente dejarnos llevar por una lectura relajada y disfrutona. Si realmente sois amantes de los libros estoy segura de que disfrutaréis mucho de su lectura .

El hombre que paseaba con libros

Un libro conmovedor, precioso, especial para los amantes de los libros, un libro para todas las edades. Todos los que estamos en esta red social de lecturas nos podemos ver identificados en las páginas de esta novela.

Un librero de 72 años reparte libros cada día a sus mejores clientes, que, a la vez, son sus amigos desde hace años y a los cuales les pone nombres de personajes de libros, porque como el mismo dice: “la gente que le gusta leer se merece el nombre de un personaje de novela”

El día a día de este librero se verá alterado por el encuentro con una niña de 9 años, Shasha. Con ella al lado, descubrirá una nueva forma de relacionarse con sus clientes. Nada volverá a ser igual, Shasha le ayudará a encontrar para cada persona su tipo de libro adecuado. A través de los libros conocemos la personalidad de cada uno y la manera de ayudarlos.

Un libro que recomiendo a todos los que estáis en esta red, seguro que os gusta y no os deja indiferente.

Después de tiempo sin escribir en el blog, vuelvo con muchas ganas y energía. No he parado de leer en estos meses, aunque no encontraba el momento de hacer las reseñas. Hoy, voy a hablaros de esta novela feel-good que leí los primeros días de este mes, cuando estaba de vacaciones.
Enlace: https://lenguasucinta.blogsp..

Carl Kollhoff es un librero en cuerpo y alma, por las tardes lleva libros a domicilio a varios clientes a los que incluso les ha puesto un nombre de personaje de libros. Esas visitas a domicilio y la librería son su vida pues no tiene nada más.
Todo cambiará cuando se cruce en su vida una niña de 10 años.
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Que historia tan bonita, me ha emocionado un montón conocer a Carl, sentir su pasión por los libros, como lo da todo por sus clientes. 
Hacer los viajes a casa de sus clientes y compartir con el la felicidad que le produce repartir libros, recomendar libros, es simplemente precioso.
Los personajes de este libro son tan reales, se te van metiendo en el corazoncito poco a poco, no solo el prota, al final acabas amando a casi todos ellos.
Y tengo que reconocer que al llegar a la parte final llore aunque el libro lo acabe con una sonrisa de oreja a oreja porque es precioso.
Es una historia sencilla, sin muchas tramas ni muchas complicaciones pero me ha enganchado desde el principio y lo he leído en dos ratos porque como os digo la historia es muy tierna y muy muy bonita.
Solo me queda recomendaros está preciosa historia y que os animéis a conocer a este grupo de personajes que seguro que os van a gustar tanto como a mí.

Tras leer "El panadero que horneaba historias" quise descubrir el primer libro del autor.
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La historia en esta ocasión se centra en "El paseador de libros" que es un señor mayor que trabaja repartiendo libros a domicilio. Su ronda siempre es la misma y por eso Sasha, lo tiene bien vigilado. Cuando esta niña se presenta ante él, su vida y la de sus clientes cambiará por completo.
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Es un libro que habla con cariño, de libros a través de los ojos de una niña y de una persona adulta.
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Se te quedará grabado en el corazón 🙂❤

Llevaba mucho tiempo queriendo leer este libro y por fin me decidí a ello.
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Leerlo ha sido un paseo maravilloso. Acompañar a Carl en sus entregas ha sido muy gratificante, sobre todo cuando se une en sus paseos Sasha, una pequeña de 9 años ávida de conocimientos y aventuras. El carácter parlanchin de Sasha os sacará más de una sonrisa.
Este binomio anciano-niña es algo que, personalmente, me parece muy entrañable y que acerca a dos personas tan opuestas de una manera tan sencilla que me parece inspirador, tierno y maravilloso. Cada uno se embebe del otro, se complementan.
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Me ha gustado mucho que Carl pusiera motes literarios a las personas a las que lleva sus libros, para quienes esos libros son su mejor y única medicina.
La verdad que algunas de esas historias me han dejado fría pero me ha encantado como ha hilado el final y el final en sí.
Cómo acaba la historia te llena de gratitud, esperanza y buena energía.
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Con una prosa muy amena, sencilla y fluida, personajes entrañables y admirables y todo envuelto por la atmósfera que crean las historias rodeadas de libros. ¿Qué más se puede pedir?
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Es uno de esos libros que te saca de lo cotidiano y te evade de la rutina y del mundo. Un oasis.

Lo primero que me llamó la atención de este libro en particular fue la portada que acompañó el título del libro.
De pequeña pensaba que podría ser bibliotecaria y entregar libros a gente que conocía mientras paseaba. Y este libro ha descrito ese sueño de infancia.
Nos cuenta cómo un hombre mayor llamado Carl dedica toda su vida (y por ende, su existencia) a repartir libros a unos cuantos lectores/as cada uno con una particularidad en forma de paseo rutinario; hasta que tomando una ruta diferente a la habitual aparece una niña de personalidad única llamada Sasha que le pone su rutina patas arriba.
Sasha es una niña que simplemente dice lo que piensa aunque a veces no sepa cómo se siente al respecto. Lo que sí sabe, es que le gustan los libros, y Carl los reparte, así que se une a él en su tarea de entregar un trozo de felicidad a cada lector.
Carl ve esa intrusión en su vida como algo a lo que no está acostumbrado, algo que puede que le quite su propósito en la vida. Pero conforme pasan las semanas, esas diferencias que al principio le suponían un cambio demasiado brusco y grande, se transforman en una necesidad constante de pequeños cambios para sentirse vivo y realizado.
Un detalle que me gusta mucho del señor librero es que llama a sus clientes como personajes de libros que se adhieren a su personalidad o modo de vida; y que Sasha quisiera que Carl le otorgara un nombre de libro me pareció un acto muy tierno.
Si te otorgan un nombre de personaje de novela, uno vive para siempre, mientras alguien te lea, sigues vivo.
Sasha al principio es un poco intrusiva con algunas acciones y palabras, pero su intención es de las más inocentes que he llegado a ver. Que alguien tan mayor como Carl y tan pequeña como Sasha compartieran diálogos tan profundos como la depresión o el maltrato de una forma tan serena y adaptada a su edad sin infantilizar los conceptos me pareció algo sencillamente sublime.

Tristemente no daría 5 estrellas porque hay un par de cosas que no me terminan de casar:
Que de pronto haya personajes que se instalan a vivir en un sitio y no haya argumentos al respecto (ya que ese tipo de cosas habría que hablarlas mucho más) y algo que me pareció un poco descorazonador fue el final (CUIDADO, SPOILER) [Que Carl cuando deja de repartir libros porque nadie le fue a ver en el hospital, ya que nadie pensó que le podría haber ocurrido algo llevando días sin entregar libros. Vi normal que él decidiera olvidar a los demás debido a que no le consideraban más que un paseador de libros y no como un individuo especial. El acto que hizo Sasha me pareció algo precioso, pero los adultos podrían haber aportado algo más que solo su cara y un papelito que les pidió la niña que leyeran.]

Este libro se lo recomiendo a todo amante de libros, a todos aquellos que lean de forma egoísta, por placer y por amor a una buena historia, no para saber más sobre el mundo.
Porque todo el mundo está hecho de papel y tinta y todos los pensamientos son historias esperando las palabras adecuadas y, puede que a veces, no se pueda evitar desear que hubiera más páginas...

“El hombre que paseaba con libros” es ese tipo de novela que empiezas sin expectativas de ningún tipo y que termina conquistándote irremediablemente ya que, aunque parece una historia “pequeñita”, encierra en sus páginas un mensaje muy grande. Te hará sonreír, te hará emocionarte, te hará sufrir ante las injusticias pero, por encima de todo, te hará darte cuenta del poder de las personas buenas.

“Por muchos libros que leas, siempre hay más que no has leído. Eso es lo triste. Si te gusta la lectura, nunca tienes bastante, siempre deseas leer todos los libros buenos”.

Si eres amante de los libros y te ves reflejado en esa cita, entonces este libro es para ti, porque “El hombre que paseaba con libros” es, ante todo, una carta de amor a los libros, al poder de la lectura, a cómo los libros nos permiten vivir mil vidas, siendo en momentos de soledad aquellos que nos hacen sentir acompañados o, en algunas situaciones, los mejores aliados para permitirnos escapar y salvarnos de nosotros mismos.

Carl Kollhoff ha dedicado su vida a los libros. A sus 71 años aún trabaja en una librería y cada tarde se dedica a repartir entre sus clientes más especiales los encargos que éstos han realizado. Durante uno de esos paseos conocerá a Shasha, una niña de 9 años que pondrá su mundo patas arriba, surgiendo entre ambos una preciosa amistad que cambiará sus vidas y las de los lectores a su alrededor.

He de reconocer que las historias con amistades entre personas mayores y niños son mi debilidad. El contraste entre la actitud ante la vida de una persona que ya ha vivido (casi) todo y la frescura e inocencia en la forma de ver la vida de un niño, dan lugar a situaciones que hacen reflexionar y permiten ver como ambos pueden aprender y nutrirse del otro. Y eso es lo que le ocurre a Carl, que Shasha consigue que abra su mente a cosas que él, acostumbrado a hacer las cosas a su manera, nunca se había planteado. La serenidad de su vejez se verá revolucionada por la sabiduría de una niña, y esto, unido al poder de los libros, hará que las vidas de aquellos a su alrededor salgan de la oscuridad en la que estaban envueltas.

Historia tierna y emotiva pero dura al mismo tiempo, especialmente al mostrar la forma en que muchos mayores son tratados al alcanzar cierta edad por las nuevas generaciones, como si su papel en la sociedad tuviese fecha de caducidad y hubiese que apartarlos de todo.

“El hombre que paseaba con libros” es una historia acerca de los libros y su poder sanador, la soledad, la importancia de escuchar y la capacidad de sobreponerse a las adversidades. Si te gustan los libros, tienes que leerlo.