Los cuatro vientos

Los tiempos difíciles no duran para siempre. La tierra sí perdura

Una vida y no una mera existencia. Ese era su sueño

-¿Me pegaría papá por pelearme?
-¿Por defenderte? No. Pero a partir de ahora vamos a pelear con palabras, ¿de acuerdo?
-Sí. De acuerdo. ¿Entonces les digo que se vayan a la pierda?
Elsa estuvo a punto de reír. Que Dios la ayudara.

Elsa subió a la camioneta y cerró la puerta.
Había llegado el momento.
Se iban.
Ahora dependía solo de Elsa que sus hijos siguieran vivos.
«Sin zapatos».

-La vida es dura, Loreda. Tenes que volverte dura para soportarla. De lo contrario te romperá el corazón, como ha hecho con tu padre.

El amor es lo que permanece, cuando todo lo demas ha desaparecido.

Las palabras y las ideas pueden ser mortales. Ten cuidado con lo que dices y a quién.

—El miedo es una buena cosa hasta que...
—¿Hasta qué?
—Hasta que te das cuenta de que estás asustada por motivos equivocados.

En su cuarto solitario, rodeada de los libros que se habían convertido en sus amigos, en ocasiones, no demasiadas, se atrevía a soñar con una aventura propia.

El valor consiste en vender el miedo