Los besos en el pan

Los besos en el pan, Almudena Grandes
Buenas Lectores,

Hoy vamos a reseñar Los besos en el pan, de Almudena Grandes, una de mis escritoras favoritas (tiene publicadas auténticas maravillas). Aunque en este libro abandona su registro habitual. El libro está publicado por la editorial Tusquets, en formato tapa blanda, tiene 327 páginas y su primera edición es de noviembre de 2015.

Lo primero, hacer constar que esta obra no pertenece a la serie Episodios de una guerra interminable, en la que la autora, siguiendo a su admirado Galdós, va narrando diferentes historias que transcurren durante la Guerra Civil española y sobre todo en la Posguerra. Esta es una novela coral, ambientada en un barrio cualquiera, de una ciudad cualquiera, sobre una familia cualquiera o una persona cualquiera con una vida cualquiera.

Una vida cualquiera hasta que comienzan a pasar cosas en el barrio y la maldita crisis te toca con su dedo a ti personalmente. Alguien pierde su trabajo. Alguien no llega a fin de mes. Alguien va viendo como en su negocio cada día va entrando menos dinero y no sabe cuanto tiempo podrá aguantar en esa situación o a cual de sus trabajadores tendrá que despedir. Un negocio que tira los precios por los suelos se instala enfrente del tuyo y te hace la competencia.

Mezcladas con estas situaciones, estampas de la crisis que nos ha tocado vivir, se entrelazan los sentimientos de personajes que nos parecen tan reales como cualquier persona que podamos cruzarnos por la calle, nuestra peluquera del barrio, el dueño del bar donde nos tomamos una caña, la doctora del centro médico donde te atienden y te conocen por tu nombre de pila. En fin, nosotros.

El libro está dividido en breves capítulos muy fáciles de leer, la prosa de Grandes, siempre elegante se vuelve aquí mas sencilla, haciéndote volar por párrafos y capítulos. Todo el mundo se sentirá identificado con alguno de los personajes. El hecho de que todos conozcamos a alguien que ha pasado, o está pasando por las mismas situaciones hace que éstos prácticamente salten del papel a la vida real.

La moraleja de esta novela es que esto nos podría pasar a cualquiera, nos puede pasar a cualquiera, de hecho, nos ha pasado un poco a todos.

Personalmente no es el libro que más me gusta de Almudena Grandes, hasta ahora tengo dos claros favoritos, El corazón helado (incommensurable, sus más de mil páginas se hacen cortas y te da pena ver como se acaban). Y Los aires difíciles, una historia que se te mete dentro como esos aires de la provincia de Cádiz donde transcurre la novela. Seguidos a poca distancia están los tres volúmenes aparecidos hasta ahora de Episodios de una guerra interminable: Inés y la alegría, El lector de Julio Verne y Las tres bodas de Manolita, deliciosos los tres.

Los besos en el pan es otra historia, mas sencilla, mas cotidiana, mas de verdad..

Recomendado para seguidores incondicionales de la Grandes, para amantes de las historias sencillas, para gente con poco tiempo y que quiera leer algo de calidad y para gente que quiera un libro duro, pero que deja la puerta abierta a la esperanza, ya que el valor primordial que subyace en el libro es la solidaridad. ¿Saca una crisis lo mejor de nosotros mismos? Lean y vean.
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Conmovedora novela de actualidad que abre la puerta a una gran variedad de reflexiones y, a su vez, a una esencia colectiva y universal. A esta esencia podemos acercarnos desde muchos ángulos y, uno de ellos es la reciente y contemporánea crisis española. Se presentan historias corrientes desde el mismo epicentro de los protagonistas de las mismas; historias a las que nos hemos acostumbrado en estos tiempos que corren, tan cerca y tan lejos a la vez, que se desarrollan en un área geográfica concluida correspondiente a un barrio de Madrid común. Nos habla sobre aquéllo que solemos obviar, abriendo indirectamente los ojos a un pasado que explica muchas cosas del presente y que nos conecta con unas raíces que desde el paso del tiempo parecen consolarnos y gritarnos: "¡Es el momento de recordar y de despertar!".

Se pueden realizar diferentes posibles lecturas con un amplio trasfondo pero bajo mi punto de vista son dos vertientes generales las que destacan en cuanto a la percepción de la narrativa empleada y la apreciación por el lector-receptor.

En primer lugar sorprende cómo a través de relatos cortos la autora consigue transmitir emociones ordinarias de forma muy efectiva a mi parecer. Se trata de profundos mensajes que nos asaltan de manera cotidiana en nuestras vidas, sin embargo, a pesar de la diversidad de matices, el alma de la lectura confluye en ese punto de inflexión al que llegamos en algún momento de nuestra vida, por el que comenzamos a darle importancia a lo que realmente importa.

"Ahora, cuando ha llegado el momento de elegir, se da cuenta de que las cosas buenas, las personas a las que ha querido, las que le han querido a él, los momentos y los lugares donde ha sido feliz, la memoria de las risas, los besos, la complicidad de sus amigos, la emoción del amor, el vértigo del sexo, ocupan casi la totalidad de su memoria."

Y es aquí cuando entra en escena esa mirada al pasado, cuando el respeto infundido en la miseria se fundía con la tradición por medio de esos besos en el pan que, irremediablemente están cayendo en el olvido.

En segundo lugar, se produce la unión del hilo argumental en una sola historia en la que se entrelazan las demás y entre las que se produce un nexo común de hermandad. A pesar de la situación personal más o menos desgraciada con la que lidia cada persona y cada familia, en momentos de crisis parece aflorar un sentimiento empático y una necesidad imperiosa de ayudar a los demás, ya que la situación afecta a todos en mayor o menor medida y mirar hacia otro lado sería como dejar de asistirse a uno mismo.

Es una novela que nos llama al sentido común y nos sitúa en cada vivencia particular con el fin de ayudar a entender y a buscar en nuestra conciencia el origen de esa pérdida de valores y del enfoque causal de un constante y acusado desenfoque vital.

Como un torbellino de sentimientos y problemáticas sociales actuales, esta novela ha logrado sorprenderme hasta el mismo final, cuando uno de los temas de actualidad más importantes y el único que no había sido mencionado a lo largo de todo el texto, aparece como un jarro de agua fría en un baño de cruda realidad. Recomendable 100%.
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Es el primer libro que leo de Almudena Grandes y aunque toca temas durillos me ha gustado mucho.
Se trata de una novela coral, historias contadas a varias voces pero conectadas entre sí por un hilo conductor.
Familias de un barrio cualquiera de Madrid que vas siguiendo su historia lo que van viviendo cuando la crisis amenaza sus vidas, sus vaivenes, lo bueno y lo malo que les va pasando, hay que reconocer que hay muchos momentos que tocan el corazón. Leeré más de ella!

Quería saber sobre la crisis en España y me acerqué a este libro. Muchos personajes, mucho dulce y poca esencia. La impresión que me ha dejado es que la crisis fue una pequeña contrariedad.

En un barrio cualquiera de Madrid, (podía ser de cualquier ciudad española), se sitúa la acción de Los besos en el pan. Los vecinos de este barrio sufren las consecuencias de la crisis. Sus vidas se cruzarán y se originarán infinidad de conflictos, laborales y personales, hay amor y desamor, violencia de género, enfermedades, cambio de sexo, depresión, suicidio, desahucios, secretos de familia, explotación laboral, corrupción, recortes en sanidad y en educación, y también solidaridad con los más necesitados y afectados por la crisis.
Es una novela coral en la que los protagonistas son la crisis y el barrio. A lo largo de un año conoceremos la vida de un grupo de personas de distintas edades y condición. La doctora preocupada por el posible cierre del Centro de Salud en el que trabaja; la peluquera que ve como dejan de ir las clientas de toda la vida por la crisis y que colabora en la recogida de alimentos para los más necesitados; el dueño del bar y su familia que descubre un antiguo secreto familiar; la profesora que ve como algunos alumnos no llevan bocadillo y decide crear un comedor social en el bar para que los niños de familias sin recursos no se queden sin comer; los abogados que ayudan a los afectados por las hipotecas abusivas y desahucios; las chinas que trabajan todo el día explotadas por la mafia; el joven que dejó la secundaria para trabajar en la obra y ahora tiene que volver a estudiar; también la abuela que prefiere que sus nietos pasen hambre antes que compartir mesa en el comedor social con los niños emigrantes. Encontramos todo tipo de personas, amas de casa, la asistenta, la compradora compulsiva, policías, parados, jubilados, separados, médicos, enfermos, periodistas, emigrantes, todos los personajes con sus historias particulares que muy bien entrelazadas formarán el puzzle del barrio.

Los besos en el pan es lo que algunos denominan "novela de la crisis" (novela social actual), en la que la autora revindica la idea de "volver a vivir con dignidad, como nuestros abuelos". Me ha encantado como la mayoría de las novelas de Almudena Grandes que he leído.
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No hay duda de que hay personas que tienen un don especial para comunicar, ya sea sentimientos, anécdotas, sucesos o simples noticias. En este grupo de personas se encuentra Almudena Grandes, contadora de historias por excelencia. En poco más de 300 páginas, la autora expone la crisis que asola a nuestro país, con altibajos desde la guerra y de forma continuada desde un presente que dura ya más de lo soportable.

Grandes cuenta en Los besos en el pan la situación de un barrio madrileño y cómo la ayuda de los vecinos es fundamental para salir adelante. Sin embargo, he echado en falta un argumento. Y por supuesto he echado en falta una crítica más directa, una denuncia, incluso, a esta situación bochornosa por la que nos ha tocado pasar.

Puede que sea una novela coral, en la que el protagonista es un barrio cualquiera, metáfora de un país concreto, y el narrador, desde la observación directa, simplemente describe situaciones reales. Como las condiciones por las que pasa la mayoría de ciudadanos son escasamente beneficiosas, el transcurso de la vida de todos los personajes de la novela es fundamentalmente afectivo, sensible. de esta manera Los besos en el pan funciona a modo de catarsis en el lector, que se implica emocionalmente a la vez que purifica su interior mediante la compasión. Es cierto que la autora consigue una implicación afectiva, pero también lo es que falta un juicio crítico, racional al problema presentado.

Cuando nos enfrentamos a una novela, lo primero que hacemos es establecer un pacto ficcional con el narrador, en el que aceptamos lo leído y lo enjuiciamos a pesar de su evidente falsedad. No hay falsas evidencias en esta novela pero, lo menos apasionante es que apenas hay un resquicio para juzgar a los personajes o las acciones de éstos. No hay término medio, al menos no lo he encontrado; dos conceptos forman el eje sobre el que gira la novela: el bien, encarnado en los personajes y sus actuaciones solidarias y el mal, que viene de fuera y es el causante de esa forma de actuar. La realidad del barrio, de España, se reduce a una oposición radical entre lo bueno y lo malo. al leerla se me venía a la mente de forma casi constante la novela costumbrista (de hecho he encontrado algunas similitudes con Juanita la larga) y el maniqueísmo subyacente. El ensalzamiento de valores tradicionales, transformados y acomodados a una nueva realidad que permite familias elementales, monoparentales, simultáneas o compuestas. En todas ellas predomina una moral colectiva que funciona como guía para obrar de forma correcta.

Es posible que Los besos en el pan tuviera como finalidad conformar un alegato a la solidaridad, sin embargo le faltan los argumentos en contra, la lucha no conformista ante situaciones vejatorias, la multiplicidad de registros, representantes de ese personaje múltiple, para conseguir una profundidad psicológica que, lamentablemente carece.

Pero si es cierto que la mayoría de situaciones son tópicas, y los protagonistas también, la narración fluye rápida, plena de giros, de preguntas indirectas, de pensamientos anafóricos, de enumeraciones asindéticas; la introducción del diálogo en la narración, tanto de forma directa o indirecta, consigue agilidad. Asimismo las historias se cuentan desde la visión del protagonista, lo que favorece la situación del lector ante lo que ocurre, ya que puede cambiar sin dificultad de suceso aunque al principio de cada episodio aparezcan personajes diferentes. Unos apartados se enlazan con otros para conseguir el retrato vivo, actual de nuestro país: matrimonios separados que rehacen su vida, otros que no la pueden rehacer a causa del paro, familias en las que alguno de sus miembros es corrupto, el que es retribuido por trabajos muy inferiores a su preparación, el que debe trabajar para quien hizo quebrar su negocio, el desahuciado, el inmigrante, el explotador y los explotados sin posibilidad de quejarse, el funcionario que ya no tiene nada asegurado porque cada vez hay menos apoyo al establecimiento público, el maltratador y las maltratadas…

Y ante todo esto he visto como solución la bondad y solidaridad del desfavorecido. Pues yo me resisto a creerlo.

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Un libro de relatos entrelazados donde se nos narra las consecuencias de la crisis en esa clase media cada vez más débil.Probablemente no sea el mejor libro de la autora, se nota cierta urgencia en la forma de escribirlo, un formato de libro protesta. No profundiza en ningún personaje y parece un catálogo de titulares de prensa de los últimos años. Pese a ello sigue siendo Almudena Grandes, con sus golpes de genio, su sentido del humor y esas ideas tan claras. Decir que puede que sea de los peores libros de Almudena Grandes tampoco es tan grave, sigue siendo mejor que muchos mejores libros de otros autores.

Los besos en el pan es un retrato doloroso pero a la vez conmovedor de la sociedad española en crisis económica. La narración es sencilla y muy amena, una historia rápida de leer. A pesar de la gran cantidad de personajes que intervienen en la historia, no resulta demasiado complicado hacerse a ellos.
La pluma de Almudena Grandes es cercana y nos pone en la piel de personas que bien podrían ser conocidos o incluso nosotros mismos, gracias a la naturalidad de los diálogos.
Una reflexión sobre los contrastes generacionales y la evolución de la actitud de una juventud, más cercana y luchadora, que nunca tuvo que besar el pan.

Un tanto lenta y aburrida novela de una maestra de la literatura como era Almudena Grandes.

Es una narrativa del día a día de distintas familias de un barrio obrero de Madrid.

Una historia sin sobresaltos, sin demasiada "chicha" y bastante plana.

Una pena porque casi todos los libros de Almudena son maravillosos!!!

Este no lo recomiendo porque no aporta absolutamente nada

'Los besos en el pan' es una perfecta novela coral, sencilla en su complejidad y muy costumbrista. Un cuadro realista de la situación de la sociedad española (madrileña en este caso) tras la gran crisis del 2008 y del acecho de la precariedad. Un grito del pueblo salvando al pueblo. Memoria reciente y necesaria.