Muchos libros he releído, a veces por falta de dinero para comprar uno nuevo, la mayoría por puro gusto. Llevo haciéndolo desde cría y por supuesto cuando vuelvo a leer un libro escojo ese que sé que me gusta y anticipo el placer de leerlo. Me vuelvo a encontrar con ese amigo que conozco, pero que me vuelve a sorprender, a enamorar y a entusiasmar. En mi lectura anterior me centré en la idea de que los protagonistas eran unos perdedores, al que la vida les ofrece otra oportunidad. Pero no, es mucho más, quizás porque en este momento de mi vida estoy apreciando y mucho, el valor de la amistad, eso es lo que veo en esta novela: Un canto a la amistad. Sara es una mujer, hija de republicanos, que fue niña juguete de una mujer de clase alta, de las de derechas de toda la vida, que no podía tener hijos y que la utilizó para no sentirse sola. Y sola ha terminado Sara. Juan Olmedo, médico, enamorado desde siempre de Charo, la mujer de su hermano Damián, que se hace cargo de la hija de ambos: Tamara. Alfonso, el hermano de Juan, al que este protege desde niño. Maribel, joven, separada, guapa y pobre, con su hijo Andrés a su cargo y un exmarido al que llaman Panrico, por eso, porque está muy rico. Todos ellos, sin nada en común, acaban en una urbanización de la costa gaditana: Sara y Juan como vecinos, Maribel como su asistenta. Y entonces sopla el viento, los vientos, convertidos en personajes de esta historia, el viento de poniente, el viento de levante y como si fuera traída por ellos la mejor magia que tiene la vida: la de la amistad. La amistad que surge primero entre Sara, Andrés y Maribel. La amistad entre Tamara y Andrés, la niña rica y el niño pobre, pero que en el fondo son muy parecidos. La amistad entre Sara y Juan. Esa amistad que convierte a los amigos en familia. Y no, no me olvido de Nicanor, el chulo, el arrogante Nicanor, también a él le mueve la amistad que sentía por Damián. Todos los protagonistas son, en principio, unos perdedores, con un pasado muy difícil, pero el desarrollo de la historia los llena de luz y esperanza y el final me parece absolutamente perfecto. Os cuento una anécdota del fin de semana pasado, en medio de una cena con mi marido y 4 amigos, de esos de toda la vida, una de mis amigas me dijo: “Como me está gustando el libro que me has dejado de Almudena Grandes (justamente este), que bien escribe esta mujer… uy perdón, que pena, escribía”. Y casi se me saltaron las lágrimas por un lado por la alegría de que una recomendación de un libro sea afortunada, pero por otro, por esa palabra “escribía”. Si no habéis leído este pedazo de novela, leedla. de verdad, leedla. + Leer más |
Basado en la novela de Almudena Grandes
Tras la victoria de Franco, el doctor Guillermo García Medina sigue viviendo en Madrid bajo una identidad falsa. Manuel Arroyo, quien le salvó de morir en el paredón, ha vuelto del exilio con una misión secreta: infiltrarse en una organización clandestina nazi y falangista. Mientras el doctor García se deja reclutar por él, el nombre de otro español se cruza en el destino de los dos amigos. Adrián Gallardo Ortega, que tuvo su momento de gloria como boxeador profesional antes de alistarse en la División Azul, para seguir luchando como voluntario de las SS y participar en la última defensa de Berlín, malvive en Alemania, ignorando que alguien pretende suplantar su identidad para huir a la Argentina de Perón.
Adaptación de Claudio Stassi (La Ciudad de los Prodigios, Nada).