Tasmania

SPANISH REVIEW

Desde el primer momento, la portada del libro “Tasmania” capturó mi atención con su delicadeza reflejada en los colores y la estructura. A pesar de tener un título enigmático y una sinopsis poco esclarecedora, me sumergí en sus páginas sin altas expectativas, buscando simplemente apreciar su belleza literaria. En sus líneas, encontré la historia de Paolo, un escritor en proceso de plasmar en papel las consecuencias devastadoras de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, acontecimientos que él interpreta como el apocalipsis. Paralelamente a esta ambiciosa obra, Paolo vive una tormenta emocional: su relación amorosa se tambalea y sus amigos navegan por problemas que parecen insalvables.

Con el desarrollo de la historia, Paolo oscila entre ser un mero observador y el protagonista central de un entramado de personalidades complejas. Estas identidades, aunque interrelacionadas, batallan por entenderse entre sí. Su papel dual en la trama resalta una introspección que lo lleva a enfrentarse a una crisis personal, ese momento de ruptura que, aunque destructivo, abre la puerta a la reconstrucción. Mientras nos guía por este viaje personal, el autor nos envuelve con su prosa detallada y fluida, tocando temas actuales y reflejando una profunda humanidad. El libro, en su esencia, actúa como un reflejo de la vida, mostrando el eterno juego entre el bien y el mal y la transición entre finales y nuevos inicios.

El nombre “Tasmania” en la obra simboliza un santuario, un espacio de refugio frente a las adversidades. Para algunos, su “Tasmania” personal podría ser un ser querido, un sitio seguro, un aroma evocador o un recuerdo preciado. En mi caso, Tasmania evoca aquellos libros capaces de revelarme aspectos de la realidad que, de otra forma, permanecerían escondidos. Con la temporada de festividades acercándose, no dudo en recomendar “Tasmania”, no solo por su impecable narrativa, sino también por esa inolvidable portada. Es una joya literaria que sería el regalo ideal para los amantes de las letras.

ENGLISH REVIEW

From the very first glance, the cover of the book “Tasmania” captured my attention with its delicate colors and structure. Despite its enigmatic title and an ambiguous synopsis, I delved into its pages without high expectations, simply seeking to appreciate its literary beauty. Within its lines, I discovered the story of Paolo, a writer in the midst of capturing on paper the devastating aftermath of the atomic bombs in Hiroshima and Nagasaki, events he interprets as the apocalypse. Parallel to this ambitious endeavor, Paolo is experiencing an emotional storm: his romantic relationship is on the rocks, and his friends are grappling with seemingly insurmountable challenges.

As the story unfolds, Paolo vacillates between being a mere observer and the central protagonist amidst a tapestry of complex personalities. These identities, though interconnected, struggle to understand one another. His dual role in the narrative emphasizes an introspection leading him to confront a personal crisis, a breaking point that, despite its destructive nature, paves the way for rebuilding. Guiding us through this personal journey, the author envelops readers with his detailed and fluid prose, addressing contemporary issues and exuding profound humanity. At its core, the book serves as a reflection of life, showcasing the eternal dance between good and evil and the transition between endings and fresh beginnings.

The title “Tasmania” in the narrative symbolizes a sanctuary, a haven from adversities. For some, their personal “Tasmania” might be a loved one, a safe place, an evocative scent, or a cherished memory. For me, Tasmania conjures those books that unveil facets of reality that would otherwise remain hidden. With the festive season approaching, I wholeheartedly recommend “Tasmania,” not only for its impeccable storytelling but also for its unforgettable cover. It is a literary gem that would make the perfect gift for literature enthusiasts.


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Hay personas, principalmente con mucho dinero, que se están construyendo refugios para en caso de una catástrofe nuclear o climática puedan protegerse y sobrevivir. Grandes estructuras alejadas de la sociedad o inmensos búnkeres enterrados a kilómetros de profundidad son algunos de estos ejemplos. Es curioso, a la par de desconcertante, como esas personas invierten grandes cantidades de dinero en esos refugios en lugar de invertirlo en luchar contra el cambio climático o intentar salvar el planeta. ¿Una lucha de egos o una rendición encubierta ante lo que para muchos es ya algo inevitable?

Este es el hilo conductor y telón de fondo que encontraremos en “Tasmania”, de Paolo Giordano. Y aunque anteriormente les he hablado de esos refugios que se están construyendo los ricos, Paolo nos habla de otro tipo de refugio, mucho más común aunque no seamos conscientes de ello, y son esos lugares que nos construimos nosotros mismos, en los que nos refugiamos de los problemas, ese sitio en el que nos sentimos en paz. Para algunos puede ser una ciudad, para otros puede ser un libro, una persona o incuso un olor. Cualquier cosa puede convertirse en ese lugar en el que nos sentimos a salvo, donde nada ni nadie puede hacernos daño.

Con una prosa sencilla pero cargada de simbolismo, Giordano nos conduce a través de la vida del protagonista, un hombre que debe enfrentarse a los problemas del día a día, intentando mantener sus relaciones interpersonales estables y no perder el rumbo de su propia vida. Nos encontraremos un abanico amplio de personajes, con diferentes problemas y diferentes formas de afrontarlos, así como veremos esos pequeños refugios que cada uno se construye para intentar hacer mas llevadera la propia existencia.

“Tasmania” es una oda la naturaleza humana en todas sus facetas. La bondad y la crueldad se ven reflejadas en sus páginas, así como la traiciones y redenciones de la vida, que moldean y dan forma a nuestro ser. Una novela hermosa a la par que desconcertante que te atrapa desde el minuto uno y que no querrás dejar de leer hasta la última página. Este libro va de cabeza a las mejores lecturas del año.

En el tiempo en que transcurre la novela, una oleada de atentados yihadistas sacude toda Europa: a la masacre del Bataclán de 2015 le siguieron ataques en Berlín, Londres, Manchester, Estocolmo, San Petesburgo o Barcelona. El miedo forma ya parte de la vida de los ciudadanos, que en estos atentados atisban la posibilidad de convertirse en las próximas víctimas. Simultáneamente, muchos factores, entre ellos la inestabilidad geopolítica, la creciente amenaza nuclear o las nuevas pruebas atómicas, hacen tambalear un mundo que creíamos estable, pero que se revela muy frágil.
Las clases que imparte el protagonista P.G. en el master y una polémica intervención de Novelli en un congreso ponen sobre la mesa las dificultades de las mujeres para prosperar en las profesiones científicas y dan lugar a una reflexión sobre la igualdad y la discriminación. Aspectos de la vida de Marie Curie (Marie Sklodowska) alternan en la novela con la realidad de las científicas actuales: los obstáculos que deben vencer para desarrollar su carrera, la polémica en torno a la política de cuotas, el sutil techo de cristal, la escasez de referentes femeninos. La charla de Novelli, su discurso anquilosado y falto de sensibilidad, pondrá en valor, precisamente, lo que trata de denostar.
Paolo Giordano demuestra hasta qué punto lo que sucede fuera, el caos del presente, es un espejo de lo que sucede dentro de nosotros: los vaivenes del mundo son los vaivenes incontrolables del corazón. Incluso el interés del protagonista por la bomba atómica, que planea a lo largo del libro, se convierte en un exorcismo, una catarsis, de la angustia apocalíptica en la que nos hallamos inmersos.

☁RESEÑA☁

TÍTULO: “Tasmania”
AUTOR: @pg_paologiordano
EDITORIAL: @tusquetseditores
PÁGINAS: 345


“Tasmania” es la nueva novela del exitoso autor de “La soledad de los números primos”, con la que ganó el Premio Strega.
En esta ocasión, Giordano se aproxima a la novela de autoficción, embarcándose en un viaje de crisis tanto global como personal.
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P. G. es doctor en Física y periodista, que escribe para el “Corriere della sera”, y que acude a París a cubrir una cumbre del clima poco después de los atentados yihadistas en 2015.
En plena crisis matrimonial , P. G. está obsesionado con los efectos radioactivos de la bomba atómica y decide escribir un libro sobre el tema. Una manera de huir de su propia crisis personal, encontrando una crisis aún mayor. Como leemos en la primera página, P. G. se mueve por la «necesidad de encontrar, en cada trance difícil de la vida, algo aún más difícil, más urgente y amenazador en lo que podamos diluir nuestro sufrimiento personal».
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Dividida en tres partes, narra una historia brillante e inteligente, en la que P.G irá encontrándose con personajes importantes. Novelli, un profesor universitario que estudia el cambio climático, Karol, un sacerdote que cuestiona su celibato y Curzia, una periodista que se preocupa por el terrorismo islámico.
Aunando varios géneros como el ensayo, el periodismo o el reportaje, cuenta con pasajes y narraciones únicas, como por ejemplo la recreación de las horas y días previos a la explosión de la bomba en Hiroshima, que es de lo mejor de la novela a mi juicio.
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Urgencia, cambio climático, guerra, terrorismo, crisis, fracaso e incertidumbre ante el futuro, son algunos de los temas que encontraremos entre estas páginas.
Diálogos llenos de inteligencia para un viaje conmovedor y que nos muestra un retrato feroz y directo de nuestra existencia, de nuestros miedos y emociones más profundas. Una actualidad que vivimos y que no sabemos explicar. Todos quisiéramos encontrar una Tasmania, un lugar donde refugiarnos y estar a salvo de la vida, que en ocasiones, se vuelve dura y feroz.

En noviembre de 2015 nuestro protagonista, P.G., se encontraba en París asistiendo a la conferencia de Naciones Unidas sobre el cambio climático. Y reconoce que, aunque preocupado por los asuntos del medio ambiente, si no hubiera sido allí hubiera buscado cualquier otra excusa para marcharse de su vida cotidiana: un conflicto armado, una crisis humanitaria, un atentado yihaidista. Cualquier cuestión infinitamente más compleja, quizá irresoluble, una tragedia más grande de tintes planetarios, en la que se diluyeran sus propios problemas personales.

Así, de esta forma directa y sin ambages, P.G., licenciado en física pero dedicado a escribir crónicas periodísticas para el Corriere della Sera, nos cuenta, en el primer párrafo de la novela, lo que bien podría ser una breve sinopsis.

En P.G. intuímos, claro está, al propio Paolo Giordano, también físico, escritor y articulista para el diario italiano. No podremos saber, no obstante, cuánto hay de realidad y cuánto de fabulación en esta novela que cabalga también por la autoficción, el ensayo y la crónica.

Lo cierto es que, cumpliendo lo dicho, ante su crisis personal y sentimental con su pareja, Lorenza... y creativa, quiere escribir una novela sobre la bomba atómica y no consigue darle forma, viaja sin pausa de un lado para otro, a veces sin ningún propósito cierto, preocupado por los grandes problemas mundiales, en una especie de huida hacia adelante: una crisis personal enmascarada por las crisis globales.

Y así vamos los lectores hacia adelante, página tras página, sin saber dónde nos lleva ni P.G. ni la novela. Y, en la última línea, eso sí, nos confiesa porqué quiere escribir de lo que escribe. Un hallazgo.

Curiosamente, esta pretensión del autor es lo que me aleja de la historia. Porque no está. En mi opinión hay en la novela algunas reflexiones interesantes, tampoco para que redoblen las campanas, y un vacío emocional que me ha hecho pedir la hora varias veces antes de finalizar la lectura.

Paolo Giordano es un excelente narrador quizá por eso, y sólo por eso, no he abandonado. He esperado algo más, mucho más de "Tasmania": la emoción, la intensidad, el afecto (otra manera de superar las crisis); en lo racional más profundidad, reflexiones de mayor calado.

Siendo, metafóricamente, Tasmania el lugar elegido donde sentirnos seguros, Paolo Giordano lo encuentra ciertamente en la escritura. También para mí la lectura es un reducto pero, en esta ocasión y lo lamento, no nos hemos encontrado en el espacio de las letras.

#EntreLibros.
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