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ISBN : 8415307160
208 páginas
Editorial: Angle (23/05/2016)

Calificación promedio : 3.95/5 (sobre 10 calificaciones)
Resumen:
La bruja Lois se desarrolla en el ambiente puritano de la Nueva Inglaterra de finales del siglo XVII. Lois, una huérfana inglesa, se ve obligada a embarcar con destino al Nuevo Mundo. Allí tiene que enfrentarse a una sociedad dominada por el fanatismo religioso de los peregrinos ingleses, que se habían instalado en la bahía de Massachusetts con el fin de establecer un Estado teocrático que encarnara sus exigentes ideas religiosas. Rodeada de una familia cuyos miemb... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (5) Añadir una crítica
Inquilinas_Netherfield
 28 November 2017
Reconozco que la temática de los juicios de Salem me apasiona. No de un modo morboso y superficial, sino como hecho histórico que es, por lo inexplicable que resulta aun hoy en día lo que sucedió en esos 14 meses en los que una población pasó a la historia cometiendo unos actos que por mucho que se lean, que se estudien, que se intenta ahondar en ellos, siguen poniendo los pelos de punta. Y digo arriba inexplicables porque lo que sucedió allí va mucho más allá del fanatismo religioso, que es el razonamiento que nos viene a todos a la cabeza al pensar en esos juicios. La raíz de todo fue el aprovechamiento de la situación para ejercer una crueldad terrible (en unos casos para llamar la atención, en otros para saldar deudas pendientes), y si encima esto se lleva a cabo de manera colectiva, como fue el caso, nos lleva a donde estamos ahora mismo, a seguir hablando de lo que ocurrió en una pequeña población de Massachusetts entre 1692 y 1693.

De sobra es conocida El crisol, de Arthur Miller, maravillosa obra de teatro y máxima representante literaria cuando hablamos sobre estos acontecimientos (no voy a entrar en su contexto de la caza de brujas del macarthismo que me salgo de tema). Para mí era la obra más representativa sobre Salem y sus juicios. Y de casualidad me topé con esta novela corta que hoy ocupa mi reseña, escrita casi 100 años antes que la obra de Miller nada menos que por Elizabeth Gaskell.

Que yo sepa es bastante desconocida, y cuando me puse a indagar descubrí que en España está editada actualmente dentro de una recopilación de sus Cuentos Góticos, publicada por la editorial Alba. de manera independiente, que es la edición que yo tengo, la publicó Valdemar dentro de su colección El club Diógenes hace ya sus veinte añitos. Reconozco que NO entiendo su inclusión dentro de los relatos góticos de Gaskell. Esta nouvelle de gótica no tiene nada. Es una versión novelada, muy preciosista en cuanto a documentación y rigor históricos, sobre lo que ocurrió en aquellos juicios. Gaskell la escribió unos 170 años después de que tuviesen lugar, y se documentó a fondo sobre ellos, narrando una historia que sabes dónde va a llegar, sabes su final, y no puedes dejar de maravillarte ante el modo en que Gaskell te conduce hacia él. de hecho, poco tiene que envidiar a la obra de teatro de Arthur Miller (y yo soy muy fan de esta obra), salvando todas las distancias posibles en género, contexto histórico y época en la que fueron escritas. Y voy a cometer sacrilegio... se parecen demasiado ambas obras en algunas cosas como para que me ronde mucho por la cabeza que, sin lugar a dudas, el bueno de Arthur leyó esta nouvelle antes de acometer su maravillosa obra de teatro. Más allá de eso habrá que dejarlo en el aire.

Nuestra protagonista es Lois Barclay, que hasta el comienzo de nuestra historia ha vivido en Bardford, en el condado inglés de Warwickshire, hija de un pastor y su amada esposa. Ambos mueren con muy poco espacio de tiempo (sus circunstancias son muy distintas, pero no pude evitar acordarme de Margaret Hale en Norte y Sur mientras leía este comienzo) y, puesto que queda sola en este mundo, antes de morir su madre le hacer prometer que irá junto a su tío, que vive en Salem, Nueva Inglaterra. Y nuestra buena Lois se embarca rumbo a su aciago destino, metiéndose de cabeza en el seno de una familia que Gaskell utiliza para intentar representar (con éxito) todos y cada uno de los hilos que se entretejieron durante aquellos terroríficos meses para dar lugar a la mítica caza de brujas (y brujos, que al denominar así a lo que ocurrió parece que se excluye a los hombres que también murieron acusados de brujería).

Con la perspectiva que dan casi 170 años de diferencia con los hechos, a lo que hay que añadir que la propia Gaskell era esposa de un pastor unitario y conocía bien de lo que hablaba, en varios momentos, y hablando a través de la narradora, nos llama la atención e intenta explicarnos la diferencia entre la religión tal y como la vivía Lois en su tierra natal, y el puritanismo exacerbado y enfermizo que se encuentra cuando llega a Salem; la obcecación religiosa, el extremismo llevado a niveles de frenesí y una represión social y fanática que cuando estalló, cuando explosionó arrasando varios pueblos (que no solo fue Salem, aunque sí que fue el centro del terror), sacó toda la ponzoña reprimida y virulenta que todas esas gentes escondían detrás de unas apariencias escondidas tras la necesidad imperiosa de pertenecer una comunidad cerrada. Y todas estas explicaciones las da sin agobiar ni cansar con diatribas religiosas, simplemente expone. Lo digo para quien le eche un poco para atrás esta temática (porque a mí sí que me echa para atrás normalmente, y en esta lectura no hay nada en ese sentido).

Gaskell divide la novela en 3 capítulos que marcan con precisión la máxima del planteamiento-nudo-desenlace: el primero lo dedica a presentar a Lois, su situación, su viaje, y cuando conoce a su familia en Salem; en el segundo capítulo desarrolla la historia, conocemos a su familia (la historia se narra casi en su totalidad en ese círculo cerrado, no necesita más para hacernos entender la situación), y la encamina hacia lo que nos encontraremos al fin en el tercer capítulo, el desenlace, que no por esperado es menos desasosegante y perturbador. Lo que ocurrió en Salem es bien conocido, y entrar en más detalles aparte de eso en una novela corta es desvelar demasiado; ya he comentado en otras ocasiones que no me gusta nada destripar argumentos. Solo quiero recalcar el párrafo con el que comienza el tercer y último capítulo (y haciendo una excepción con lo de no poner citas) para que se entienda lo que suponía en aquella época que te acusaran de bruja:

"El pecado de brujería. Hemos oído hablar de él, lo hemos visto desde el exterior; pero difícilmente podemos entender el terror que provocaba. Cada acción impulsiva o desacostumbrada, toda pequeña afección nerviosa, todo dolor o molestia eran percibidos, y no solo por los que rodeaban al paciente si no por él mismo, fuera quien fuera, como algo que actuaba, o se le hacía actuar, de una manera totalmente distinta a la simple u ordinaria"

En estas frases se hace hincapié en algo que solemos pasar por alto, y es cómo influía psicológicamente la acusación de brujería en el acusado, lo que suponía en aquella época que te tacharan de bruja, lo que la mente era capaz de retorcer tanto en los que acusaban como en los que eran denunciados, quienes en muchos casos acababan creyéndose su supuesto pecado viendo señales de su posesión demoníaca en los detalles más nimios, en el pensamiento más inocente, en el gesto más intrascendente.

En este tipo de nouvelles es donde distinguimos la mano de aquellos que están dotados con el genio de la escritura. En apenas unas páginas Gaskell construye unos personajes extraordinarios, algo que autores con el triple de páginas son incapaces de conseguir (estoy diciendo esto mucho últimamente, lo sé, y acabará por perder significado, pero es que estoy teniendo la suerte de encontrarme nouvelles maravillosamente escritas, aunque bien es verdad que la extensión de páginas de esta es más considerable). La historia está narrada con un tempo perfecto, como si tuviese cientos de páginas por delante y al tiempo demostrando que no hacen falta para redondear la narración. Acompañamos a Lois y entendemos cada uno de los pasos que da, cada sentimiento de desarraigo y abandono que siente, cada sensación de opresión e impotencia ante el fanatismo de unos y la inquina de otros en esa oscuridad que poco a poco va cerniéndose sobre el pueblo y ella misma.

Yo nunca recomiendo o dejo de recomendar libros, doy mi opinión que es lo unico que me atrevo a ofrecer, pero a quien le guste Gaskell, a quien le guste la obra de teatro de Miller (por conocer otra aproximación a los hechos) como quien guste de una buena novela corta o les interese esta parte de la Historia, no creo que se arrepienta de leer La bruja Lois.

Por cierto, hay que darle las gracias a Valdemar por darle la importancia que merecía editándola en solitario y otorgándole el lugar que merece dentro de la obra de Gaskell. Se lo agradezco tanto que hago la vista gorda con el nombre mal escrito de la autora en la cubierta (¿EliSabeth?).
Enlace: http://inquilinasnetherfield..
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carolisack
 23 September 2023
“En el año 1691, Lois Barclay intentaba recuperar el equilibrio en un pequeño desembarcadero de madera, del mismo modo que lo había intentado ocho o nueve semanas antes en la cubierta del balanceante barco que la había llevado de la Vieja a la Nueva Inglaterra. Resultaba tan extraño estar en tierra firme ahora como verse mecida por el mar día y noche no hacía mucho; y la misma tierra ofrecía un aspecto igual de extraño. Los bosques que se veían por todas partes y que, en realidad, no quedaban muy lejos de las casas de madera que formaban la ciudad de Boston, eran de diferentes tonos de verde, y diferentes, también, por la forma del contorno, de los que Lois Barclay conocía bien de su antiguo hogar en el condado de Warwick”.
Así comienza esta novela corta de Elizabeth Gaskell, originalmente publicada en 1859, que narra la desdichada historia de Lois, una joven inglesa de 18 años, que al quedar huérfana debe viajar a Nueva Inglaterra donde vive su tío junto a su familia. Allí deberá enfrentarse a una sociedad dominada por el fanatismo religioso de los peregrinos ingleses, que se habían instalado en la bahía de Massachusetts con el fin de establecer un Estado teocrático que encarnara sus exigentes ideas religiosas.
La autora nos transporta a la época de los famosos juicios por brujería de Salem, en los que se juzgó a 144 personas; 19 fueron ejecutados y uno falleció por tortura durante el proceso, según Wikipedia.
Los juicios por brujería no eran algo inusual en las Colonias Británicas. El primer caso registrado fue el de Alse Young, en Connecticut, en 1647. Espaciados por años entre 1647 y 1692, se produjeron cerca de una veintena de otros casos en Nueva Inglaterra, con el principal enfoque en Boston y Springfield; sin embargo, eran elementos aislados, a veces ocurridos cada tres o cuatro años, y con no más de dos acusados a la vez.
Salem fue conocido por la masividad que tuvieron estos juicios, no porque fueran un caso único. Éstos comenzaron con las acusaciones de Betty Parris, hija del Reverendo Samuel Parris, y su prima, Abigail Williams. Las primeras órdenes de arresto se firmaron el 29 de febrero de 1692 y tres mujeres fueron arrestadas: Tituba, Sarah Osborne y Sarah Good. Tituba era una esclava en la casa de los Parris; Sarah Osburne era una terrateniente que se había granjeado el odio de sus vecinos a través de sus escasas demostraciones de fe ante la comunidad; y Sarah Good era una indigente que se encontraba embarazada al momento de su arresto.
Esto fue solo el principio, y pronto las acusaciones se hicieron masivas, pues algunos vecinos utilizaron el pánico para vengar sus propias rencillas personales.
Para fines de 1693, más de ciento cincuenta personas fueron detenidas y encarceladas, solo con acusaciones. Un rasgo particular de estos juicios fue que las denuncias de alucinaciones y contactos demoníacos surgieron entre un grupo de mujeres de la comunidad de Salem, pero nunca se realizaron procedimientos serios para obtener pruebas de tales prácticas, sino que casi todas las acusaciones se basaban en rumores. Los propios jueces se dejaron llevar por la histeria religiosa de la comunidad de Salem, formada mayormente por puritanos, que exigían frenéticamente condenas a las presuntas brujas.
Muchas teorías han intentado explicar por qué la comunidad de Salem explotó en ese delirio de brujas y perturbaciones demoníacas. La más difundida insiste en afirmar que los puritanos, que gobernaban la colonia de la bahía de Massachusetts prácticamente sin control real desde 1630 hasta la promulgación de la Carta Real de Massachusetts en 1692, atravesaban un período de alucinaciones masivas e histeria provocadas por fanatismo religioso.
Dentro de la pequeña comunidad de Salem existía una estricta conducta religiosa, en la cual cada persona vigilaba a sus vecinos y a su vez era vigilada por éstos en sus palabras y acciones, generando dudas y sospechas en caso de que su conducta no se ajustase a los parámetros religiosos puritanos. Las mujeres eran consideradas como individuos destinados a servir a sus esposos y a carecer de mayores derechos, mientras que los niños eran destinados a educarse severamente desde temprana edad en las labores de los adultos en vez de simplemente jugar. Otra preocupación fundamental de esta comunidad era evitar la «ira de Dios» y, por tanto, sujetarse estrictamente a los dictados religiosos del puritanismo para así evitar el castigo divino que se traducía en pérdida de cosechas, mal clima y muerte de ganado.
“El pecado de brujería”. Leemos sobre él, lo miramos desde fuera; pero no podemos comprender el terror que inspiraba. Cualquier acto impulsivo o poco habitual, cualquier afección nerviosa leve, cualquier pena o dolor, no solo los percibían quienes rodeaban a la víctima, sino ella también, fuera quien fuese, como algo que actuaba o se hacía que actuase de un modo que no era el más simple y normal. Él o ella (pues el presunto sujeto era con más frecuencia una mujer o una joven) sentía un deseo de algún alimento poco común, o algún movimiento o reposo poco común, le temblaba la mano, se le dormía el pie, o le daba un calambre en la pierna, y de inmediato surgía la espantosa incógnita: ¿Estará ejerciendo alguien un poder maligno sobre mí, con la ayuda de Satanás?”
Con una prosa sencilla y elegante, Elizabeth Gaskell nos mete de lleno en esta historia cruda y desgarradora, que refleja un período muy oscuro de la humanidad, marcado por la ignorancia, la crueldad y el miedo.
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Shorby
 12 January 2022
Si hay una temática que me encanta, es la de la brujería en general… además tenía muchas ganas de volver a leer a Gaskell, así que esta era la opción perfecta.

Además es una editorial de las de acierto fijo.

La historia comienza con Lois, huérfana, que se ve embarcada de camino hacia la puritana Nueva Inglaterra de finales del s. XVII, yendo de cabeza al extremo fanatismo religioso de la época y el lugar... Donde a la mínima, en el momento que te medio salías del tiesto o simplemente eras diferente, te acusaban de brujería. Aunque no fueras consciente.

Me gustó mucho cómo la autora nos deja ver ciertos comportamientos de mierda que aún hoy se dan, en distinta medida y contexto, siendo muy bien tratados, en el sentido de que te mosquean y angustian a partes iguales… pues sabes que son cosas que han pasado en realidad –en Salem- y que se han repetido –y repiten- años y años y años más tarde.

Mención especial al tratamiento de los personajes, sobre todo a los “malos”, que básicamente están cegados por un movimiento radical y que forman un rebaño curioso, de los de dar de comer aparte. Me han parecido geniales.

Es una novela cortita y bastante sencilla, pero de las que al mismo tiempo te hacen pensar y reflexionar, dando incluso lugar a conversaciones muy interesantes.

Y es que leer a esta mujer es un gustazo, hace que te metas de lleno en lo que cuenta sin necesidad de descripciones eternas ni especialmente profundas.

Además, me parece muy buen libro para conocer a Gaskell, es súper entretenido y una opción bastante interesante para iniciarse en la literatura gótica.

Una lectura perfecta para echar una o dos tardes.
Enlace: http://locaporincordiar.blog..
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AGamarra
 28 October 2020
Este cuento me gustó más que "La clarisa pobre" aunque todavía no me llega a gustar del todo el estilo de Gaskell, espero cambiar de opinión al leer sus novelas más logradas.Esta es la historia de Lois, una joven inglesa que luego de haber perdido a sus padres y quedarse huérfana es encargada a un tío suyo de Estados Unidos. Cuando llega tiene una promesa de un posible matrimonio de un joven inglés que la pretendía, sin embargo al conocer a la nueva familia entre la cual pasará sus días todo cambiará de una manera radical.El ambiente es el de una época muy conocida en la historia estadounidense, los juicios de Salem, entre los años 1692 a 1693. La manera cómo el puritanismo inglés arraigado en las colonias americanas obró de manera tan radical es espeluznante y sirve como crítica al fanatismo religioso. Esta obra de hecho así como otras que retratan ese episodio es interesante.Por ser cuento supongo que adoleció de ciertos detalles y sobre todo fuerza. Recargando las tintas definitivamente le hubiese puesto más estrellas.
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Literannia
 08 November 2022
En La bruja Lois, Elizabeth Gaskell utiliza un margen de tiempo muy amplio desde que Lois abandona Inglaterra, llega a Salem, su estancia con unos parientes que no conoce y no la quieren y su evolución hasta ser juzgada por bruja.
Con Gaskell estaba acostumbrada a un tipo de libros más de tacitas y éste no tiene el dramatismo y las exageraciones de sus obras más largas. Es muy contenido, muy bien escrito, y muy imparcial en cuanto a la religión se refiere, utiliza un estilo de escritura sin florituras y directo al servicio de lo que quiere contar.
Durante todo el libro, Lois mantiene la cordura y es la única que aporta luz a la historia.
Un libro corto pero, muy bueno.
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Citas y frases (1) Añadir cita
Inquilinas_NetherfieldInquilinas_Netherfield20 October 2018
El pecado de brujería. Hemos oído hablar de él, lo hemos visto desde el exterior; pero difícilmente podemos entender el terror que provocaba. Cada acción impulsiva o desacostumbrada, toda pequeña afección nerviosa, todo dolor o molestia eran percibidos, y no solo por los que rodeaban al paciente si no por él mismo, fuera quien fuera, como algo que actuaba, o se le hacía actuar, de una manera totalmente distinta a la simple u ordinaria.
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