La bruja Lois de Elizabeth Gaskell
El pecado de brujería. Hemos oído hablar de él, lo hemos visto desde el exterior; pero difícilmente podemos entender el terror que provocaba. Cada acción impulsiva o desacostumbrada, toda pequeña afección nerviosa, todo dolor o molestia eran percibidos, y no solo por los que rodeaban al paciente si no por él mismo, fuera quien fuera, como algo que actuaba, o se le hacía actuar, de una manera totalmente distinta a la simple u ordinaria.
|