Perdimos nuestro camino

'Perdimos nuestro camino' es de esos libros que podría haberse llevado el 5/5, la máxima puntuación y convertirse así en una de mis mejores lecturas de este año, pero no lo ha conseguido. Y no lo ha hecho porque el final, no es un final. Porque estaba disfrutando muchísimo de la historia y de los personajes y me he encontrado con que no sé que ocurre con ellos, con que la autora deja el libro tan abierto que mucho tienes que imaginar para hacerte una idea de lo que ocurre en la historia, y si me conoceis, ya sabéis cuanto odio eso. Porque puedo entender que en un libro la autora (o el autor) decida dejar algunos cabos sueltos para que nosotros nos imaginemos lo que ocurre, pero una cosa es eso, y otra muy distinta lo que me he encontrado en este libro. Y me he cabreado, muchísimo, y me ha fastidiado mucho porque, como digo, el libro me estaba encantando.

De la autora ya había leído hace tiempo 'Si decido quedarme' y fue un libro que me encantó, y del que aún tengo que leer su segunda parte. Por eso supongo que tenía las expectativas tan altas en este libro, porque esperaba disfrutarlo, que me emocionara, que me contara una historia con mucho sentimiento, y no voy a negarlo, ha sido así. Por mucho que al final me hayan entrado ganas de tirar el libro (por una milésima de segundo), todo lo que nos relata la autora, la historia de esos tres personajes protagonistas, me ha encantado. Es un libro en el que descubrimos la historia de Freya, Harun y Nathaniel por separado, y a la vez se intercalan partes de lo que viven ellos tres al encontrarse, y esa forma de ir del pasado al presente, siempre es algo que disfruto mucho, porque creo que se conoce mucho mejor a los personajes y podemos hacernos una idea más clara de porqué son como son. Además, el libro no solo intercala presente y pasado, sino también 1ª y 3ª persona, y aunque sé que hay a quién eso no le gusta, a mi me ha parecido perfecto para lo que se nos cuenta y como se nos cuenta en este libro.

Así que sí, aunque el final no me haya gustado nada, porque no hay final, el libro tiene muchos elementos que disfruto mucho en una historia, y eso ha hecho que a pesar de todo, considere que ha sido una muy buena lectura porque conocer a esos chicos, y a Freya, ha sido todo un gusto. Quizá, de los tres, aunque las 3 historias te hacen sentir y te emocionan, y quieres que todo les vaya bien, el que más me ha enternecido ha sido Nathaniel. Porque lo que ese chico ha tenido que soportar con su padre, no todo el mundo sería capaz de soportarlo, y me ha dado mucha pena conocer su vida y todo lo que ha tenido que pasar por culpa de alguien que no ha sido capaz de cuidar de un hijo como debía, porque su mente no se lo ha permitido. Aunque Freya también ha tenido que aguantar a una madre controladora que vive más la vida de sus hijas que la suya propia, y Harun vive con ese miedo de que en su casa, no van a aceptarlo, cuando ni siquiera lo ha intentado, sin duda, Nathaniel, es el que más díficil lo ha tenido.

'Perdimos nuestro camino' es un libro que nos habla de desesperación, de cuando tocas fondo y no sabes qué hacer para salir a flote, y de repente te encuentras con alguien que es capaz de darte la mano y tirar de ti para sacarte. Es un libro que nos habla de lucha, de que siempre hay que seguir adelante, aunque cueste, y de que al final, lo importante es que vivamos nuestra propia vida, seamos nosotros mismos, y no pensemos en nadie más. Porque hay que ser un poco egoistas, a veces, si queremos escapar del control de los demás, que si, son nuestra familia y nos quieren, pero no pueden vivir nuestra vida por nosotros, porque tenemos derecho a equivocarnos y a luchar por aquello que nos haga felices aunque en un principio, eso no vaya a gustarles. En este libro tenemos a 3 personajes principales que deben aprender a vivir por ellos mismos, y no es algo fácil, pero si necesario. Porque no podemos depender siempre de los demás, no es justo para nosotros mismos. Y también es un libro que nos enseña que, aunque creamos lo contrario, siempre hay alguien dispuesto a darnos la mano.

Gayle Forman escribe de una manera sencilla, ligera, amena y juvenil. Sus libros tienen ese tipo de narración que hace que leas casi sin darte cuenta, que provoca que sus historias se terminen en pocas horas por su manera tan "normal" de escribir. Pero que, sin embargo, sabe cómo describir sensaciones y sentimientos, sabe cómo hacernos llegar lo que están sintiendo sus personajes, incluso consiguiendo que nos pongamos en su piel o nos sintamos identificados con algunas experiencias o vivencias, y eso, es maravilloso. Porque consigue que nos adentremos en la historia, nos sintamos parte de ella y veamos a los personajes como a "amigos", de esos que no quieres que les pase nada y esperas que tengan un final feliz. Y no sé a vosotros, pero a mi esto es, precisamente, lo que más me gusta de la literatura juvenil. Que puedes hacerla tuya con facilidad.

En resumen, 'Perdimos nuestro camino' es una historia con sencilla con personajes que no han tenido una vida fácil y que tienen muchas decisiones que tomar. Es un libro cuya narración hace que se lea en un suspiro, y cuya historia engancha porque necesitas saber qué ha ocurrido con los personajes para que estén como están, y qué les va a ocurrir para salir de esa situación y que consigan ser quienes quieren ser. Es un libro que he disfrutado mucho, cuya historia me ha emocionado, y cuyos protagonistas me han encantado, pero que, aunque iba camino de ser una lectura casi perfecta, tiene un final abierto que lo ha estropeado todo. O no, pero que me ha cabreado, eso sí es cierto. Pero a pesar de eso os la recomiendo, porque sé que no a todo el mundo le molestan esa clase de finales, y porque aunque sea así, todo lo demás merece la pena. Merece la pena conocer a Freya, Harun y Nathaniel, vaya que sí.

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Primero que nada muchísimas gracias a Babelio y la editorial Urano Argentina y el sello Puck Latam por el ejemplar que recibí por participar en el programa de Masa Crítica.

Perdimos nuestro camino, es un libro lleno de emociones que desbordan cada página con unos personajes muy bien creador que logran empatizar con el lector a medida que se va narrando su historia.

Es primera vez que leo una novela de Gayle Forman y he quedado encantada con su pluma, por la manera fresca, suave y emotiva con que escribe esta historia. Cada capítulo, cada página, cada trozo que nos habla de Freya, Harun y Nathaniel hace que estremecer el corazón.

Estos son tres jóvenes que por situaciones distintas piensan que han perdido su camino en la vida, los sucesos que han vivido en su pasado los ha marcado tanto que ha llevado un punto en su juventud donde ya no saben quienes son, no saben a donde pertenecen, ni saben como hacerse oir a sus seres querido y al mundo de tanto dolor y soledad que tienen.

Freya, es una cantante que recién esta comenzando en la fama pero un día pierde lo único que le queda en la vida, su voz, después de que todas las personas que le importan la dejaron ella se refugió en la música y ha llegado a pensar que será amada solo por su voz, por lo melodiosa que es al cantar, sin ella no es nadie o eso piensa hasta que se tropieza con Harun y Nathaniel y le hacen ver, sin querer, que ella puede ser amada por muchas razones más.

Harun, un día trata de escapar de su propio infierno, ha perdido a la persona que ama por ser un cobarde y no reconocer ante los demás que él es diferente, pero por agradar a su familia se tiene que callar su verdadero yo y aparentar lo que otros quiere. Un día en el parte ve como dos extraños tienen un accidente y va a ayudarlos sin saber que ellos más bien lo ayudaran a él a estar en paz consigo mismo y que no todo en la vida tiene que girar en complacer los deseos de los demás.

Nathaniel ha perdido recientemente todo y viaja a Nueva York en busca de todos los lugares que pensó en visitar con su padre. Para él su niñez, adolescencia y juventud no ha sido nada fácil, le tocó madurar muy rápido y se perdió en el camino, ya no sabe quién es, se considera un hombre salvaje al no saber distinguir la realidad. Un dia se tropieza con la chica más hermosa que haya visto en su vida y gracias a ella se da cuenta que él no es invisible, que es un ser humano más en este mundo, solo que debe encontrar una vez más el camino.

El destino es un poco caprichoso y los une a los tres justo en el momento en que sus vidas necesitan un cambio, y ellos sin saber cambiarán la vida del otro a mejor, y verán que ahora ninguno puede estar sin el otro. Serán una comunidad de tres.

Son tres historias distintas, pero muy emocionales a la vez, cada una tiene algo especial que refleja como que si todo está perdido aunque luches, pero algunas batallas no tienes porque lucharlas solas y creo que eso es un punto de reflexión es este libro.

Gayle Forman ha escrito una maravillosa y extraordinaria novela de realismo, no de romance, sino de un amor distinto que puede ayudar hacerte mejor persona.

Lo único que no me gusto fue el final, es un tanto extraño, pues me habría gustado saber qué pasó con los tres después, pero quitando eso es un libro excelente.

Es una lectura ágil y corta que se lee rápido y si la lees con el corazón te encantará.

Gayle Forman es principalmente conocida por su bilogía Si decido quedarme que causó bastante revuelo en todo el mundo y que fue adaptada a la gran pantalla. Sin embargo, yo nunca había leído algo de ella. No me llamaban especialmente sus historias y no quería decepcionarme tampoco con todas las expectativas que tenía. Sin embargo, este nuevo trabajo suyo me llamó bastante la atención por su sinopsis.

Los tres protagonistas se encuentran en una situación surrealista e inesperada al mismo tiempo en un momento de sus vidas en el que se encuentran perdidos. Freya es una famosa cantante que ha perdido la voz mientras graba su primer disco. Harun no se atreve a decirle a sus padres que es gay que le obligan a viajar a su país de origen para conocer a su futura esposa. Nathaniel llega a Nueva York después de pasar muchos años solo con su padre. Cuando coinciden, sus vidas cambiarán para siempre.

Perdimos nuestro camino sucede en un día y medio del presente con algunos flashbacks del pasado que nos permiten conocer qué les sucedió antes de la situación actual. al principio estos saltos en el tiempo me confundían un poco y algunos de ellos me aburrieron un poco pero si que hubo otros que disfruté y que se me hicieron interesantes para llegar a conocer mejor a los personajes. Dentro de los capítulos también hay divisiones marcadas con flechas que indican un cambio de perspectiva entre los tres protagonistas lo cual se agradece. Me gustó leer la visión de los tres en momentos simultáneos.

Sin embargo, a pesar de esos flashbacks siento que no he llegado a conocer del todo a los protagonistas. Me parecieron superficiales y realmente me hubiera gustado bastante más profundidad en ellos ya que se me hicieron planos y sin evolución. Además, no logré conectar con ninguno de ellos y eso es algo que provocó que no terminara de disfrutar la lectura. No los sentí cercanos y tampoco pude empatizar con ellos.

En primer lugar, me encantó la actitud de Freya pues, después de darse cuenta de lo que realmente hay detrás de la industria de la música, trata de luchar contra ello y de escapar para ser realmente sin feliz lejos de la fama. Su pasado me pareció doloroso y al mismo tiempo me tuvo bastante intrigada. al principio me ponía algo nerviosa con su actitud pero al final disfruté bastante de ella. En segundo lugar, Harun me pareció un chico tierno pero al que no llegué a comprender del todo. Es bastante cobarde en la mayoría de las situaciones y, aunque medio entendí el porqué de esa inseguridad, no me terminó de gustar. Finalmente, Nathaniel tuvo una infancia bastante peculiar y se me hizo interesante su parte de la historia. Sin embargo, de nuevo me hubiera gustado llegar a conocerlo un poco más a fondo porque me quedé con ganas de más sobre todo respecto a él. A pesar de ello creo que fue mi personaje favorito. Si los protagonistas son planos, los secundarios lo son todavía más y apenas tienen protagonismo en la historia pues la trama sobre todo gira en torno a estos tres que acabo de mencionar.

El ritmo de Perdimos nuestro camino es, desde mi punto de vista, lento e incluso en pesado en algunos momentos. No logré engancharme en ningún momento a la historia y en general la historia se me hizo bastante cuesta arriba. Si es cierto que hay algunos momentos entretenidos pero en la mayoría me costó avanzar. A pesar de que todo sucede en un día y medio el ritmo no es para nada ameno.

La relación que se forja entre los tres protagonistas me pareció curiosa pues nunca había leído nada parecido y sin duda es una de las mejores cosas que tiene la novela. Estaban perdidos antes de conocerse debido a sus diferentes situaciones personales pero cuando se conocen encuentran su camino de nuevo. Es una amistad bastante espontánea que surge en poco tiempo pero que me enterneció porque se cogen cariño enseguida y quieren ayudar a los otros a superar sus problemas.

Gayle Forman trata temas actuales como puede ser la homosexualidad de una manera directa y cruda al mismo tiempo, mostrando la realidad del asunto y agradecí esa sinceridad. Como ya dije nunca había leído nada de ella y lo cierto es que tiene una prosa muy natural que me pareció bonita pero que al mismo tiempo entorpeció un poco mi lectura.

El final es repentino y abierto. Me gustó el rumbo que tomaron los acontecimientos pero si que hubiera preferido algunas páginas más para conocer qué sucede con los personajes después de todo porque la autora deja todo en el aire.
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Antes de pasar a la reseña debo agradecer a Babelio y a la editorial por el ejemplar que recibí gracias al programa de Masa crítica.

Gayle Forman se está convirtiendo en una de mis autoras favoritas sin dudar. Esta es la tercer novela suya que leo y me encanta cómo mezcla dramas con personajes geniales y queribles que te enganchan con sus historias y problemas.
Perdimos nuestro camino tiene tres protagonistas que se cruzan accidentalmente en un parque y enlazan sus vidas durante un día turbulento que los unirá y ayudará de maneras insospechadas.

Tenemos a Freya, una joven artista en ascenso. Freya nació cantando, según su padre, y en los últimos años ha estado alimentando su carrera musical hasta convertirse en una sensación mediática. Pero hace tres semanas que perdió su voz y eso es terrible ya que estaba en medio de la grabación de su disco. Los médicos no saben cuál es la causa y tanto su madre como su representante la presionan para que se cure lo más pronto posible. Y nada le gustaría más a Freya, quien teme ser olvidada y que sus fans dejen de quererla. Pero no todos los problemas de esta chica pasan por su carrera truncada, también tiene un par de dramas familiares que se vinculan a su padre y su hermana mayor.

Después tenemos a Harun. Harun viene de una familia paquistaní y es gay. Pero todavía no se anima a salir del closet porque teme las consecuencias y durante gran parte de la novela repite lo cobarde que es. No seas tan duro contigo mismo, Harun! Harun no solo se disputa sobre su sexualidad oculta sino que también se peleó con su novio y está a punto de hacer un viaje que le arruinaría la vida, básicamente.

Y por último tenemos a Nathaniel que llega a New York con razones desconocidas y lo recibe Freya cayéndosele encima, literalmente. Así es como se conocen estos tres. A partir de este incidente los chicos permanecen juntos en principio para asegurarse que Nathaniel se encuentra bien. Pero después empiezan a conocerse y a desnudar, sin querer, sus problemas. Lo que los vincula y los empuja a ayudarse los unos a los otros para superar sus dramas. Pero no todo será un lecho de rosas para estos jóvenes, sin embargo esta amistad singular producto de un accidente les vino como caída del cielo para comenzar a enfrentar sus miedos, sus pérdidas y con suerte para seguir adelante.

Me emocioné junto a ellos y me pasé los dos últimos capítulos con el corazón en las manos temiendo lo peor. Y, si bien ese final te deja con hambre, me hizo feliz y quiero creer que tanto Freya como Harun y Nathaniel andan disfrutando sus felices por siempre en algún lugar de New York.

Perdimos nuestro camino de Gayle Forman; la verdad es que ésta historia es bastante diferente de lo que he leído anteriormente de ella, si bien tiene esa carga dramática que la caracteriza; en lo que representa a la dosis de romanticismo, es más bien... pobretona.

Las historias de Gayle, que anteceden a ésta; me han encantado, me han hecho llorar, rabiar, me han tenido en suspenso; pero ésta? Me aburrí como ostra al principio, los personajes no llegaron a tocarme ninguna fibra, (y mira que soy susceptible), quedé anhelando un buen romance y al final... ni una lágrima me saco; y eso que los tres protagonistas tienen bastante "telita para cortar". Medianamente conmovedora la historia de Nathaniel, pero aún así; todo se sintió completamente superficial. El sentimiento que transmitían los personajes no era tan profundo.
La trama era buena, pero no alcance a compenetrarme con ninguno; y ni para que hablo del final; el cual es, digamos... incluso.
La historia ésta narrada por sus tres protagonistas respectivamente; Freya, quien es una cantante con un talento increíble, y que, aunque no ha alcanzado la fama aún, se encuentra justo en ese proceso; pero la meta por la que ha trabajado y sacrificado tanto, se ha visto truncada por una afección extraña en su garganta. No puede cantar, y lo peor es que nadie sabe la razón; así es como ha comenzado su drama, con un diagnóstico que no conduce a nada y que tampoco le brinda esperanzas.
Harun, un joven que es gay y que aún no ha salido del closet, por un miedo terrible de defraudar a su familia; Mmuy religiosa y tradicional. Y su novio con el cual lleva un año largo, lo ha mandado al infierno por no decidirse a tiempo.
Y Nathaniel, un joven guapo y que tenía un futuro prometedor, y que llega a New York por razones desconocidas. Se encuentran de una manera, algo... atropellada; y sienten entre los tres una conexión inmediata, nacida de la desesperación, el miedo é incluso el abandono