Leí este libro en el año 1997 (con 20 años) y me encantó. Ahora tengo 41 y no lo volvería a leer solo por la posibilidad de que se perdiese la magia de aquellos días de julio que me levantaba pronto para poder leer antes de ir a la playa y me quedaba hasta las tantas de la madrugada leyendo después de haber salido de juerga (moderada) con los amigos. Recientemente tuve la ocasión de ver la película La historia interminable y me desanimé un poco al constatar que los efectos especiales (que me parecieron maravillosos siendo adolescente) ahora chirrían bastante. No. Definitivamente jamás volveré a leer El tercer gemelo. No seria justo que fuera el paso del tiempo y no yo el que empeorara su recuerdo. |