Tal vez, frente al abandono seamos todos iguales; tal vez ni siquiera una cabeza bien ordenada puede aguantar al descubrir que no es amada.
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Tal vez, frente al abandono seamos todos iguales; tal vez ni siquiera una cabeza bien ordenada puede aguantar al descubrir que no es amada.
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Hablábamos mucho de nosotras. Pero aunque éramos todas mujeres nos costaba un esfuerzo enorme comprender que era una mujer. Una vez analizado en profundidad cada gesto, cada pensamiento, cada discurso, cada sueño nuestro era como si no nos perteneciera.
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¿Dónde se ha visto que la gente hable «verdaderamente» y que las cosas ocurran de «repente»? Sabes mejor que yo que todo es un enredo y que a una cosa le sigue otra y después otra más. Yo ya no hago nada «de verdad». Y he aprendido a estar atenta a las cosas, solo los imbéciles creen que pasan «de repente»
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La cara repugnante de las cosas no bastaba para escribir una novela: Sin imaginación no parecía una cara auténtica, sino una máscara.
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Un hombre, salvo los momentos locos en los que lo amas y se mete dentro de ti, se mantiene siempre fuera. Por eso, después, cuando ya no lo amas, te irrita incluso el hecho de pensar que alguna vez lo quisiste. Yo le gusté a él, él me gustó a mí, punto. Me ocurre varias veces al ía que alguien me guste. ¿A ti no? Dura un poco, luego se me pasa. Sólo queda el niño, es una parte de ti; el padre, en cambio, era un extraño y vuelve a ser un extraño. Ni siquiera su nombre tiene ya el sonido de antes (….) no hacía más que repetirlo para mis adentros en cuanto me despertaba, era una palabra mágica. Pero ahora es un sonido que me entristece.
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Gregorio Samsa es un ...