Las cosas más difíciles de contar son las que nosotros mismos no llegamos a comprender.
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Las cosas más difíciles de contar son las que nosotros mismos no llegamos a comprender.
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Pensé en como un acto opaco genera otros de una opacidad cada vez mayor, y entonces el problema reside en romper la cadena.
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Los hombres tienen siempre algo patético, a cualquier edad. Una arrogancia frágil, una audacia temerosa
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En ocasiones hay que huir para no morir
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Las lenguas tienen tienen para mi un veneno secreto que cada cierto tiempo se activa contra el cual no hay antidoto
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Las cosas mas difíciles de contar son las que nosotros mismos no llegamos a comprender
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Estaba abrumada por mí misma. Yo, yo, yo: esto soy, esto se hacer, esto debo hacer
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Yo era yo, producía pensamientos no desviados por ninguna otra preocupación que el hilo embrollado de los deseos y de los sueños. Nadie me tenía atada a pesar del corte del cordón umbilical.
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Pero no llevé la muñeca, ni siquiera lo pensé. Sin embargo le compré a Nani un vestido nuevo, zapatitos, otra acción sin sentido. O al menos yo no sé encontrarle un sentido, como a otras tantas pequeñas cosas de la vida.
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Entre mis fantasías más temidas estaba la idea de que pudiera empequeñecer, volver a la adolescencia, a la infancia, ser condenada a vivir de nuevo esas fases de mi vida.
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