Ya no volveré a oír su voz. Es ella, con sus palabras, sus manos, sus gestos, su manera de reír y de caminar, la que unía a la mujer que soy con la niña que fui. Perdí el último nexo con el mundo del que salí.
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Ya no volveré a oír su voz. Es ella, con sus palabras, sus manos, sus gestos, su manera de reír y de caminar, la que unía a la mujer que soy con la niña que fui. Perdí el último nexo con el mundo del que salí.
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en una comida de comunión, se emborrachó y vomitó a mi lado. En cada fiesta, después, yo vigilaba su brazo estirado sobre la mesa, sosteniendo el vaso, deseando con todas mis fuerzas que no lo levantara.
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Ya no volveré a oír su voz. Es ella, con sus palabras, sus manos, sus gestos, su manera de reír y de caminar, la que unía a la mujer que soy con la niña que fui. Perdí el último nexo con el mundo del que salí.
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Esto no es una biografía, ni una novela, naturalmente, quizá algo entre la literatura, la sociología y la historia. Mi madre, nacida en un medio dominado, del que quiso salir, tenía que convertirse en historia, para que yo me sintiera menos sola y falsa en el mundo dominante de las palabras y las ideas al que, según su deseo, me he pasado. Ya no volveré a oír su voz. Es ella, con sus palabras, sus manos, sus gestos, su manera de reír y de caminar, la que unía a la mujer que soy con la niña que fui. Perdí el último nexo con el mundo del que salí. |
Paso mucho tiempo preguntándome por el orden de las cosas que decir, la elección y la disposición de las palabras, como si existiera un orden ideal, el único capaz de restituir la verdad concerniente a mi madre -pero no sé en qué consiste esa verdad -y nada más cuenta para mí, en el momento en que escribo, aparte de ese orden.
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Yo naceré en septiembre. Me parece que ahora escribo sobre mi madre para, a mi vez, traerla al mundo”
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…ella servía patatas y leche de la mañana a la noche para que yo estuviera sentada en un anfiteatro oyendo hablar de Platón.
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Elevarse, para ella, era ante todo aprender (…), y nada era más hermoso que el saber. Los libros eran los únicos objetos que manipulaba con precaución. Se lavaba las manos antes de tocarlos.
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Perdí el último nexo con el mundo del que salí
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“Querida Paulette, no he salido de mi noche”
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Gregorio Samsa es un ...