Nuestra parte de noche

Me ha encantado esta novela. Enamorada es poco, me ha dejado exhausta. Desde el principio quise leerlo en físico, he tardado, le he dedicado tiempo, he saboreado cada palabra y no me arrepiento.

Es una historia increíble. Única, por lo menos para mí, nunca había leído nada parecido. He visto reseñas que dicen que tarda en arrancar, no ha sido mi caso, desde el principio me enganchó. Seguramente lo acabe comprando para que sea parte de mi colección y segurísimo lo leeré una segunda vez.

Esta súper bien escrito, es salvaje, a veces horrible y desagradable, tiene esas pinzadas de terror que Mariana Enriquez las transcribe tan bien que te abruman y pero hacen que seas una adicta a esas imágenes brutales y terroríficas.

En resumen, léelo. Y un consejo, si no sabes nada de la trama, directamente siéntate a leerlo y disfruta como se desarrolla la historia.

Cuando cerré la última página de este libro sentí una sensación de vacío que hacía tiempo que no me ocurría. de hecho, mientras escribo esta reseña esa sensación sigue estando y estoy seguro que me acompañará durante mucho tiempo, porque “Nuestra parte de noche” ha sido todo un viaje en el que he acompañado a sus personajes en sus buenos y malos momentos, en sus aventuras y desventuras, en su alegría y su dolor, y cuando un libro consigue llegarte de esa forma, es una sensación indescriptible. También me parece indescriptible expresar con palabras lo que este libro me ha hecho sentir, pero intentaré que quede algo más o menos entendible.

En la novela acompañaremos a Gaspar en lo que para nada será una vida fácil. Juan, su padre, intentará protegerlo del destino que le ha sido impuesto y moverá cielo y tierra para hacerlo, incluso aunque le cueste la enemistad de su hijo. La Orden, una sociedad secreta que busca a Gaspar porque es la pieza clave de sus planes tampoco se quedará de brazos cruzados y usará sus peores artimañas para lograr su fines. Es partiendo de esta premisa donde Mariana Enríquez entreteje una historia brutal, jugando con el pasado e historias paralelas, explorando en profundidad la relación entre Gaspar y Juan y desvelándonos poco a poco los misterios que se esconden tras La Orden.

Además de Juan y Gaspar, el resto de personajes están construidos a la perfección. Los antagonistas generan odio y aversión y los protagonistas y secundarios consiguen ganarse el corazón del lector: Rosario, la madre de Gaspar, Luís, el hermano de Juan o los amigos de Gaspar, en especial la pequeña Adela, que es un personaje maravilloso.

La trama de la novela transcurre con la historia militar de Argentina como telón de fondo. Además, la autora trata el tema con mucho respeto pero sin dejar de mostrarnos lo dura que fue esta etapa en la historia del país.

Mariana Enríquez ha conseguido crear una historia que ha despertado todo tipo de emociones en mí, así como crear unos personajes que no olvidaré jamás. Despedirme de Gaspar y compañía ha sido difícil, pero lo mucho que me ha gustado esta novela no está escrito. Va directa a mis libros favoritos.

Al principio no tenía idea de qué estaba pasando. La autora nos da tanto y tan poco a la vez, pero seguí leyendo porque necesitaba respuestas. Después del primer capítulo todo empieza a desmoronarse y no podía dejar de leer. Mientras leía, una energía febril se apoderó de mí, me sentí sombría e hipnotizada por toda la atmósfera de la narración. El horror, el drama, la fantasía, la crueldad se mezclan con la realidad y en un punto me pregunto cuánta de esa crueldad es ficción o no.

En esta historia seguimos a Juan, un médium, que tiene que trabajar para La Orden, un culto que adora la Oscuridad y su objetivo es alcanzar la inmortalidad. Seguimos todo lo que hace la Orden para lograrlo mientras que Juan tiene otros planes. Su objetivo es proteger a su hijo de ellos y asegurarse de que no termine con la misma vida que él. Más adelante, conocemos cómo queda la vida de su hijo, Gaspar, después de todas las decisiones que tomó por él.

El libro no está narrado cronológicamente, para que así podamos seguir la vida de los personajes en diferentes etapas de sus vidas durante una época muy oscura en Argentina. Aunque este libro menciona y sucede durante algunos momentos políticos muy importantes y oscuros en la historia argentina, ese no es el núcleo de la novela. Aquí no hay una sola historia. Hay muchas formas de amor, cariño, amistad, miedo y la típica habilidad argentina para encontrar la manera de salir adelante a pesar del horror.

Había leído un libro de relatos de Mariana antes de este libro, “Los peligros de fumar en la cama”, apenas unos meses antes y ya me tenía hipnotizada, pero cuando llegué a leer este libro, me abrumó su fuerza y todo se unió a los cuentos anteriores. Ahora espero descubrir todo lo que Mariana ha escrito y espero que haya más por venir.

Nuestra parte de noche es un rompecabezas escrito en varios tiempos, en el que Juan intentará por todos los medios alejar a su hijo Gaspar de su destino: convertirse en el recipiente del médium que invoca a la Oscuridad en los atroces rituales de una secta secreta llamada la Orden.
Con descripciones explícitas y la perspectiva de los diferentes personajes, esta novela entrelaza, en una sola historia y de forma inquietante, distintas versiones de la oscuridad humana y social del momento: la dictadura militar argentina y sus consecuencias, la crónica de una secta secreta, el cambio de roles entre padre e hijo, la muerte y el dolor de los seres queridos, la ambición por el poder y la crueldad humana…
En mi opinión, Enríquez lo hace con suficiente ritmo y maestría como para mantener la tensión a lo largo de las casi 700 páginas sin ser cargante. Además, contiene una fuerte crítica social referenciando otros temas como el amor paterno-filial, la consecuencia del trauma, la amistad, la lealtad, la bisexualidad o las devastadoras consecuencias del VIH.
Personalmente, nunca me había llamado la atención la literatura con tintes de terror, pero tras esta novela voy a replanteármelo seriamente. Lo que está claro, es que no va a ser la última obra que lea de Mariana Enriquez.

Así, para iniciar esta reseña, he de decir algo: al principio le había puesto una puntuación de cuatro estrellas, pero decidí subirla a cinco. ¿Por qué? Porque aunque no es una novela perfecta y tiene sus carencias, es de esas pocas que me han tenido pensando en ella durante muchos días tras terminarla.

Dicho esto, pasamos a la reseña.

«Nuestra parte de noche» es inquietante como ninguna, con esa sensación constante de que algo va a pasar y no sabes qué. Se vale de una ambientación enrarecida, asfixiante, utilizando el recurso del calor que sufren los personajes para provocar ese agobio. Y todo aderezado con una dosis de mitología y antropología, de ocultismo y sectas.

Y cuando pasa, vaya si pasa. La imaginación de Mariana Enríquez es de otro mundo.

La pluma de esta mujer te atrapa y no te suelta. Y a pesar de que el ritmo de esta novela (que no es corta precisamente) es lento en ocasiones, a mí me mantuvo pegada a sus hojas. Quizás sea por las descripciones que nunca cargan, por cómo Mariana se expresa para provocarnos un escalofrío o la naturalidad con la que los personajes, sumamente fascinantes, se expresan.

Los temas de esta novela son otro rasgo a destacar: la dictadura argentina y sus consecuencias, los desaparecidos, el colonialismo, el clasismo, los privilegios, la paternidad, los traumas… Todo un universo que sigue rondando mi cerebro. No exagero.

A pesar de que la parte final me desconcertó y no me resultó a la altura del resto del libro, el impacto que ha provocado en mí «Nuestra parte de noche» hace que entre en el podio de mis novelas favoritas. Y de ese carro no me bajo.

Te la recomiendo si te atrae esta temática anclada en el terror y te gustan las novelas que se cuecen poco a poco. Si ya has leído algo de la Enríquez y estás familiarizadx con su mundo, te fascinará como a mí. Eso sí, no esperes un argumento tan directo como en sus historias cortas.

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"Los fantasmas son reales. Y no siempre vienen los que uno llama"

Tenía ganísimas de que este libro me gustase y partía con varios elementos a su favor.

El primero es que tiene todos los ingredientes para gustarme: sectas, contexto sociopolítico, terror...vamos, que pintaba genial.
Pero es que además este no es el primer libro de la autora que leo. Su libro "bajar es lo peor" me encantó, así que estaba familiarizada con su estilo y totalmente predispuesta.

Y sin embargo, no he conseguido conectar absolutamente nada con esta historia.

Hace una entrada muy directa sin contextualizar un poco, lo que me mantuvo bastante desubicada durante las primeras 200 páginas. Me costaba seguir el hilo y por momentos me plantee dejarlo. Pero me dió rabia porque joe, y si me estaba perdiendo una gran historia? Así que decidí seguir leyendo. El libro mejora cuando se centra en Gaspar, y ahí recobré la esperanza de reconectar. Hay un suceso en concreto (la desaparición en la casa) que es terror en estado puro, en el que la autora consigue dejarte paralizada y, aún así, que no dejes de leer.

Pero luego vuelve a desinflarse hasta que, casi al final, explica gran parte de la información que me hubiese hecho falta al principio para poder entrar.

He de decir que también me decepcionó el papel absolutamente secundario que juega el contexto político (dictadura argentina) en la historia, aunque supongo que esto es responsabilidad de mis expectativas.

En conclusión: creo que es un buen libro, que está muy bien narrado y que asienta a Mariana cómo una referencia en la literatura de terror, pero yo no he conseguido conectar nada con él.

Una pena :(

Dicen los entendidos que Nuestra parte de noche es un libro “terrorífico”. En mi opinión si hay un adjetivo que describe esta lectura ciñéndome a su más pura literalidad ese es “brutal”. Lo aquí narrado es durísimo, perturbador, descarnado en muchos de sus pasajes y a ratos incluso cruel.

La novela cuenta, en clave de melancolía y tristeza, con continuos saltos espacio-temporales, por boca y bajo la mirada de diferentes personajes, la vida de Juan Peterson y su hijo Gaspar y la lucha desesperada de este padre por intentar evitar que la secta satánica llamada La Orden, a la que él pertenece y que ha marcado el rumbo de su propia existencia, atrape bajo sus garras al niño.

Una propuesta original, con una trama asombrosa e intrigante, bien construida, que se adentra de forma muy interesante en este género literario desde un punto de vista menos anglosajón y más latino. La calidad de la pluma de la autora es incuestionable, tiene un vocabulario muy rico, mucho oficio y maneja los tiempos y la psicología de los personajes de forma magistral.

Y hasta aquí todo bien. Pero resulta que lo narrado y especialmente lo descrito, en muchas ocasiones es repugnante, te impacta, te hiere, algunos fragmentos son realmente atroces. Lo diré sin tapujos, he sufrido con esta lectura. Y no solo por lo contado, también por lo revivido. El recuerdo de Omayra Sánchez, que a mí personalmente me marcó y me persiguió durante mucho tiempo, sobrevuela toda la lectura. Y he vuelto a sufrir por ella, a ver su carita y sus ojitos negros mirándome medio sumergida en el agua desde el otro lado del televisor. Para los más jóvenes o los que hayáis logrado olvidarla, diré que Omayra fue una niña colombiana de apenas diez o doce años, que murió en los años ochenta víctima de la erupción de un volcán tras permanecer varios días atrapada entre el lodo, mientras los medios de comunicación, en un alarde de morbo inmisericorde, retransmitían su agonía en directo.

En conclusión, para mí ha sido una lectura espeluznante, que no terrorífica. Pero esto no es más que mi percepción, reconozco que es un buen libro y de ahí mi calificación. Si eres de los que no te afectan estas cosas te invito a que lo compruebes por ti mismo. Lo disfrutarás.

Decir que esta novela explora la oscuridad no es una simple frase gancho para atraer al lector desprevenido, en esta historia la oscuridad es digna de veneración, es elemento ritual, es animal devorador de las luces personales y cobija que abriga la sociedad del hombre en la que se le permite el goce de la destrucción, el desplazamiento y el abuso.
Juan es el padre de Gaspar, se encuentran solos tras la muerte de la madre del niño, ahora es necesario huir para poder protegerlo, hasta ahora Juan ha logrado mantener a salvo a Gaspar del destino amenazante que se cierne sobre él, para que la sociedad secreta de la que venia su madre y de la que su padre es médium logre trascender y alcanzar el favor supremo del dios devorador Gaspar debe convertirse en el recipiente de su padre.
Con esta premisa de destino inevitable al servicio del mal, la autora recrea el dolor del maltrato intrafamiliar, explora las relaciones carnales como elementos de transmutación energética y las jerarquías propias de los círculos sectarios. Toma elementos rituales de tribus indígenas chilenas para crear la cosmogonía propia de este grupo de la lata sociedad que rinde culto a la oscuridad y se deleita en el horror corporal para dibujar la fuerza de la venganza y la falta de escrúpulos de la humanidad.
La maldad ritual y energética no es la única que explora, usa como trasfondo y tal vez a manera de comparativa la oscuridad de una sociedad Argentina que sufre las consecuencias de la instauración de un régimen militar que persigue, desaparece, aniquila a quienes tacha de rebeldes, una sociedad de poderosos que hunde a quienes viven diferente, a aquellos que reclaman, juntos, la secta y la sociedad dominante son la magia y la realidad trabajando juntos al servicio de esa oscuridad que desgarra cuerpos y almas con sus largas uñas doradas.

Tenía ganas hace tiempo de sumergirme en la narrativa de una autora que viene pisando muy fuerte en el panorama literario internacional en los últimos meses, así que quise hacerlo por la puerta grande, con su obra magna, Nuestra parte de noche, y ahora @marianaenriquez1973, me siento huérfana, porque no concibo nada en tu obra que iguale a esta maravilla que acabo de leer.

Nuestra parte de noche narra la historia de Gaspar, quien acompañará a su padre enfermo, Juan, en una suerte de odisea a través de la Argentina de los años 60-90, a fin de esconderse o escapar de su familia materna. Ésta, es parte activa de la Orden, secta adoradora de la Oscuridad que busca la inmortalidad, y que ha marcado la vida de Juan convirtiéndolo en su médium. Juan no cejará en su empeño de alejar a Gaspar de su supuesto y oscuro destino.

Nuestra parte de noche es una novela que lo tiene todo, tras una trama oscura, con tintes de terror, se esconde un trasfondo político, el levantamiento militar argentino y la inestabilidad social derivada de él, pero también humano, las relaciones interfamiliares, la amistad, la homosexualidad, la muerte y la enfermedad, se aúnan en una historia que se cuece a fuego lento. Una lectura extensa, sosegada, densa por partes, con saltos temporales continuos, que conforma una trama por veces inconexa, que hay que beberse en pequeños tragos para su mayor disfrute. Pero oh, cuando has terminado la botella, cuando todo encaja, cuando ves la obra en su conjunto, es el orgasmo literario.

Ha sido una lectura trabajosa, compleja de articular y encajar, pero todo ello se disfruta ante una trama fascinante, una narrativa soberbia y una historia que se aleja del terror más manido para buscar sus fuentes en un miedo más ancestral. Hay pasajes tan inquietantes que todavía dan vueltas en mi cabeza, como imágenes turbadoras me visitan de vez en cuando, y me han dejado altamente sorprendida por su originalidad en un género en el que ya todo está inventado.

Muy muy recomendable, por favor leed a Mariana, aunque empezad por sus obras menores, por sus relatos, no os lancéis a esta Noche vírgenes y de cabeza, porque después el vacío lector os puede abrumar demasiado.

Primera lectura del año. Y madre mía, qué viaje. Ha sido espectacular, más todavía con el buen trabajo que ha hecho la narradora del audiolibro (el tiempo que me duró el Podimo, claro, que lo he terminado en versión kindle).

Es un libro intensísimo, tanto en su parte fantástica como los escalofriantes relatos de la Argentina de las décadas 70-80. Un poderoso contexto que hace palidecer la truculencia del culto ancestral que se esconde entre sus páginas.

Es un peso pesado, y si te vas a adentrar en él, recomiendo que lo hagas a sabiendas de que vas a encontrarte a un libro exigente, pero que te compensa.