Los peligros de fumar en la cama

Parece que es su primer libro de cuentos, más adelante publicaría otra selección de relatos que también intentaré leer. Y es que a través de los doce cuentos que nos presenta en este libro, vamos a encontrarnos con una narrativa que nos cautivará.

Doce cuentos en los que nos sumerge en un mundo oscuro, pues serán los fantasmas, los crímenes, la irrealidad, lo más sórdido, e incluso lo escatológico e insólito, lo que acabará arrastrándonos por ese mundo tan intenso. Y es que no puedes dejarlos.

Independientemente de que unos relatos nos gusten más y otros un poco menos, siempre nos sumergimos en ellos, sin ni siquiera poder alejarnos un instante de lo macabro y escabroso que hay en sus páginas.
Y me pregunto, ¿por qué? Yo no soy lectora habitual de lo fantasmagórico y lo oscuro, pero aquí , en estos relatos me he sentido atrapada irremediablemente.

Y es que creo que en estos cuentos, hay mucho más de lo que se dice , de lo que nos cuenta, ya que son interesantes relatos que me han recordado a grandes escritores de la literatura universal, como Poe, Bradbury, Lovecraft… todos ellos geniales.

Y además, en estos relatos aparece la denuncia contra una realidad social inaudita, y contra el terror urbano, que ha estado presente durante años en la sociedad latinoamericana y en otras sociedades también, como son las desapariciones, las enfermedades mentales, las venganzas, las injusticias y todo lo destructivo que puede asolar a un país.

También podemos encontrar unos relatos más duros, incluso de sadismo para mostrarnos lo prohibido de forma más poderosa a la vez que escandalosa , como son la pedofilia o el abuso infantil, que son temas muy bien tratados en estos cuentos.

Pero también es para la escritora, un punto de partida esencial para los temas que tratará en sus próximas obras , yo leí “Nuestra parte de la noche” y de la que también hice y dejé mi reseña , además de gustarme mucho, en la que la muerte y la oscuridad también son temas tan relevantes que están presentes en todo y en todos, ya que habitan en el ser humano.

Sí podemos decir que son relatos de terror , aunque no es provocado por las criaturas extrañas y fantasmagóricas que aparecen, sino por el tema de lo desconocido, lo misterioso y la obsesión que se presenta en la vida cotidiana, con el estímulo de nuestra imaginación.

Y es que el horror, el terror, el miedo, es una experiencia tan cercana a lo cotidiano, a lo natural, que nos lo podemos encontrar en cualquier momento irrumpiendo en nuestra vida.

En el primer relato, El desentierro de la angelita, encontraremos un enfoque más tradicional del terror, y es que se trata de una niña muerta que nos puede dejar un tanto perturbados.

El segundo relato, La Virgen de la Tosquera , en la que esta Tosquera o charco se convierte en una trampa mortal para los jóvenes que se bañan en ella, pero atención la envidia y el odio será el detonante.

El siguiente es El carrito, quizá el que menos me ha gustado, los vecinos de un lugar agreden a un borracho vagabundo y a partir de ahí todo se vuelve en su contra, sólo se salvará un matrimonio que lo defendió.

En el titulado El aljibe, trata de que la protagonista pueda liberarse del miedo, ¿ lo conseguirá?

El siguiente relato Rambla triste, nos vamos a Barcelona , aunque nos presenta una ciudad llena de muertos y fantasmas. Da miedo.

El mirador, es el próximo relato en el que un fantasma en un hotel parece necesitar a los vivos .

El siguiente titulado Dónde estás corazón, para mí el más increíble , también perturbador, puesto que nos encontramos en una atmósfera un tanto irrespirable y de difícil digestión.

Carne, es el siguiente relato que a pesar de mostrarnos un asunto delicado y macabro , puede que sea uno de los mejores de la selección. Aquí la música y las fans tienen mucho que decir.

Vamos con el próximo , Ni cumpleaños, ni bautismos, aquí la importancia del voyeurismo es lo esencial y de qué manera.

En Chicos que faltan, es el relato más largo y quizá el que tiene un final menos logrado, pero en definitiva, lo que nos traslada está relacionado con los niños desaparecidos y su investigación.

El próximo que tenemos es el titulado, Los peligros de fumar en la cama, aquí tenemos el que da lugar al título del libro, en realidad no logra convencernos de los peligros que tiene fumar en la cama, pero sí es un relato donde la pérdida y la tristeza son el resultado.

Y finalmente , el último relato, Cuando hablábamos de los muertos, donde unas amigas que juegan a la ouija, intentan buscar datos de la época de la represión en argentina. ¿Qué pasará?
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A mí me ha resultado muy interesante leer estos doce relatos, que nos dan una nueva dimensión de los recursos de los cuentos de terror a través de poderosas imágenes, replanteando el concepto del miedo.

Geniales.

Hace tiempo que desconfío visceralmente de los autores contemporáneos que gozan de una gran aceptación en un espectro grande de lectores. Llámenme esnob, pero la experiencia es la madre de la desconfianza y ya no estoy para desperdiciar tiempo y dinero por una remota posibilidad de encontrar alguna joyita habiendo tanta joya confirmada tras el paso del tiempo.

Dicho esto, hay veces que la presión social me puede. Este es el caso de esta autora y de este el libro. Pues bien, no es que perdiera tiempo (me lo leí en nada) ni dinero (lo compré de segunda mano muy barato), pero tampoco me habría perdido ninguna joya.

La experiencia ha sido como si, tras numerosos estudios geológicos favorables, decidiera por fin excavar una mina con la que siempre me había mostrado reticente. Cada una de las exploraciones a sus galerías llamaban a la esperanza para terminar de forma frustrante: la mayoría de las extracciones resultó ser ganga y no pude encontrar la mena que hiciera rentable la empresa, si bien hallé alguna veta prometedora (El algibe, Dónde estás corazón —sin duda, el mejor de todos— y Carne)… nada más.

A un cuento no debe faltarle ni sobrarle nada, debe ser redondo, como un globo perfecto. Mi impresión es que Enriquez infla el globo con un gas potente que inmediatamente inicia un prometedor ascenso que augura un vuelo audaz y vistoso (El carrito, Rambla triste, El mirador, Chicos que vuelven) que al final no se produce: el globo sufre un pinchazo abrupto y cae hecho un guiñapo.

A pesar de todo, algo he encontrado en estos relatos que me inclina a no descartar del todo a la autora (me gusta como escribe, sus diálogos, la sencillez con la que va hilando historias que no son nada sencillas, sus propuestas, aunque después no cierren bien), y como ya tengo en casa “Las cosas que perdimos en el fuego” (también de segunda mano y muy barato) creo que haré una segunda prospección. Ya les contaré.

En un contexto secularizado ¿A qué teme el hombre contemporáneo? Mariana Enríquez parece darnos una respuesta en Los peligros de fumar en la cama. El hombre contemporáneo ya no teme a las figuras clásicas del terror: demonios, fantasmas y demás; tampoco teme a los escenarios lúgubres y misteriosos: castillos, casas abandonadas, parajes extraños y lejanos; en nuestra época la fuente del terror está en nosotros mismo. Si se miran los cuentos de este libro se podrá identificar lo que autores y comentaristas diversos han mencionado ya, que en él se encuentran situaciones de morbo, de asco, de crueldad, algunos visos de terror que son demasiado cotidianos para extrañarnos o llevarnos a emociones extremas, pero en estos relatos no se hallarán los extremos horrores de la literatura clásica.

Es verdad que en algunos relatos aparecen fantasmas, figuras y situaciones sobre naturales -El entierro de Angelita, El carrito, Cuando hablábamos con los muertos, por ejemplo- pero su tratamiento es igual al que se le da a cualquier situación que se sale del ritmo cotidiano de nuestras vidas. En El entierro de Angelita la protagonista del relato termina acostumbrándose a la aparición de la niña y termina sintiéndose fastidiada por no poder deshacerse de ella; al principio hay sorpresa pero no dura mucho. El valor de esta narración que pone el acento en lo que puede llamarse terror cotidiano, es que lleva a sus personajes a situaciones que trastocan la normalidad que les rodea, que ocupa los espacios privados donde todos solemos sentirnos seguros. Esos espacios privados llegan hasta la propia psicología de los personajes, una mirada rápida parece confirmar que cada uno de ellos tiene problemas mentales o signos de tenerlos en un futuro.

En general son cuentos, que sin ser grandes obras, están más o menos bien narrados, son entretenidos y agradables a la hora de la lectura. El pecado que a mi parecer comete Mariana Enríquez en este libro es el uso abusivo de la elipsis. La elipsis es un recurso precioso que cuentistas de diverso calado han usado de manera magistral como es el caso de Hemingway o el mismísimo Chéjov, pero que se mueve al borde del abismo entre la omisión que tanto menciona Harold Bloom en El futuro de la imaginación y que es la que posibilita un diálogo abierto con el lector, y el simple vacío en la historia. Esta es la razón de que muchos lectores al leer estos cuentos queden con la sensación de que a algunas historias les falta algo, porque donde debería haber omisión consiente hay solo vacío o un tosco y malogrado intento de elipsis.

Desde el año pasado que tenia ganas de leer a Mariana Enríquez. Había escuchado que su estilo de escritura era oscuro y crudo, y ambas características me llamaron la atención de inmediato.
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Así que hace poco leí uno de sus libros: Los peligros de fumar en la cama. En el se recopilan 12 relatos que abordan temáticas cargadas de intensidad y terror. En su primer relato, nos encontramos con una niña que jugando en el patio de su casa desentierra unos pequeños huesos. Parecen ser de pollo, pero no lo son...
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Así se teje cada relato, con premisas macabras que inquietan, interpelan y llevan a la reflexión. Lo que hace la autora es presentarnos el terror como algo posible, algo que puede estar esperándonos al acecho en un rincón. Con un estilo de narración coloquial y escenarios cercanos a los de nuestra vida cotidiana, cada historia en este libro se siente como una experiencia que podría ser la nuestra o la de un conocido.
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La intención de este libro es comprometer al lector, hacerlo parte, y lo logra. Cada relato es altamente inmersivo y atrapante, maneja el nivel de tensión justo para que quien lee deba llegar al final sin apartar los ojos de las páginas.
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Las 12 historias que conforman este libro tocan temáticas diversas con desarrollos impredecibles. La mayoria apelan a un terror con base en lo sobrenatural, en la brujería o los fantasmas. Pero lo que todos tienen en común es la expresión de la humanidad llevada a su límite, las pasiones, deseos o vicios convertidos en demonios que corrompen. Los protagonistas de estás historias son personas rotas. Allí es donde reside lo inquietante, y lo que hace que el estilo de Mariana Enríquez sea destacable.
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Al ser varios relatos y tan diversos, creo que a cada lector le impactarán de forma diferente. A mi particularmente me pasó que los primeros relatos no me gustaron ni dejaron satisfecha. Con varios me paso que, si bien creaban una muy buena atmósfera, al llegar al final algo me faltaba, una vuelta de tuerca más, otro tipo de remate. Sin embargo hay otros que me dejaron totalmente fascinada y me produjeron más de un escalofrío.
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Para mi esta fue una lectura muy interesante, y que recomiendo mucho para quienes busquen explorar este estilo de libros. Sin embargo quiero advertir que las temáticas tratadas son fuertes y pueden herir a personas que no estén pasando por un buen momento emocional.

Los peligros de fumar en la cama de Mariana Enríquez son una serie de 12 relatos donde predomina el terror.


Decidí empezar por este libro antes de adentrarme en Nuestra parte de la noche, como toma de contacto. Pues ya había leído muy buenas reseñas sobre la autora. 


¿Qué hace que la autora sea tan especial? Cuando lees algo que te hace reflexionar y se te clava en lo más hondo, es lo que hace que sobresalga.  Y es que de verdad, encontramos entre sus páginas ese terror y horror cotidiano, donde algo tan simple puede llegar a convertirse en una pesadilla. 


Mariana sabe recrear situaciones de lo más espeluznantes y consigue meterte de lleno en las historias. Su pluma es directa, concisa y muy cruda en algunas ocasiones, sin llevar a rodeos. 


Destaco tres de sus relatos La virgen de la Tosquera, Donde estás corazón y Carne. Mientras los leía sabía que no era tan descabellado pensar que no muy lejos de nosotros puede haber alguien o situaciones que realmente puedan ocurrir así, historias de las que tardas en digerir!


Como punto negativo, algunos relatos no conseguí entenderlos, quizás porque no estoy familiarizada con algunas términos argentinos o formas de narrar y costumbrismos. Pero no fueron impedimento para disfrutar de esta lectura!