Para salvar, no la vida, sino la libertad, vuestro tío sacrificó la vida de todos sus amigos, uno tras otro. Por ello es hoy día la vergüenza de la historia y la expectación de cien familias nobles de este reino
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Para salvar, no la vida, sino la libertad, vuestro tío sacrificó la vida de todos sus amigos, uno tras otro. Por ello es hoy día la vergüenza de la historia y la expectación de cien familias nobles de este reino
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El gentilhombre que me atendía me había enseñado todo lo que sabía: matemáticas, un poco de geometría, astronomía, esgrima y equitación. Todas las mañanas practicaba la esgrima en una sala caja y montaba a caballo en el jardín
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Os amaba hagas el extremo de dar por vos toda mi sangre fotos a gota, toda mi carné jirón por jirón, toda mi eternidad hora por hora
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jAh! Juntos habíamos caminado, ella y yo, durante el primero más hermoso tercio de nuestra vida, cogidos de la mano a lo largo d encantador y florido sendero de la juventud, y he aqui que, llegados a una encrucijada, ella se separa de mí para que sigamos cada uno un camino diferente, que nos irá alejando cada vez más al uno del otro. Y para llegar al término de ese camino, ¡estoy solo, Señor!
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La historia de un hombre es la historia de todos los hombres: un sufrimiento más o menos largo, más o menos doloroso. La voz de la humanidad entera no es más que un largo grito
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»Soy un pobre loco por soñar así, en voz alta y publicamente, delante de mis amigos y de mis enemigos, para que mis amigos se entristezcan con mis penas y mis enemigos se rían de mis dolores! »Mi desdicha va a ser una desgracia estrepitosa, un escándalo públi- co! jA partir de mañana me señalarán vergonzosamente con el dedo!
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¡Mal comenzamos vuestro reinado, porque lo comentáis con el rapto y la deslealtad! Mi progenie y yo nos consideramos liberados con respecto a vos de todo el afecto y todo el respeto que hice jurar a mi hijo en el panteón de San Dionisio
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He sido indulgente bastante tiempo, conde; ya es hora de que haga saber a ciertas personas que en mi casa doy yo el amo
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¡Cómo! ¡Una mudanza, una trampilla y un retrato! Pero, amigo mío, con una sola de esas quejas hay bastante para que se deguelle mutuamente toda la nobleza de Francia y de España
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Pensad que he tenido a lo largo de mi vida algo así como entre ciento ochenta y ciento noventa duelos en regla, sin contar las estocadas y los encuentros fortuitos
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¿Cuál de los siguientes libros fue escrito por Gustave Flaubert?