La Dama de las Camelias

¿Habéis odiado tanto a un personaje como para impediros disfrutar al 100% de una obra? Pues así me ha ocurrido a mi con Armand Duvald, un nombre que caprichosamente mi cabeza se niega a olvidar para así torturarme unos días más.

¿Y por qué me ha caído tan mal este personaje? Porque es es un hombre infantil y caprichoso que lo tiene todo pero para el que todo no es suficiente, y que no hace sino colgarse medallas por un mérito que no es tal. Se considera poco menos que salvador de la señorita Gautier, la amante de los hombres más importantes y brillantes de su época, la Dama de las Camelias. Una mujer que solo es buena y justa receptora de su amor si hace lo que él quiere, evidentemente.

Ha pasado una semana y sigo ofuscada con ese hombre, lo que considero deja en buen lugar a Alexandre Dumas aunque pudiera parecer lo contrario. Porque ha conseguido que sus personajes me provocan, me desesperen, me frustren... que sean reales. También que haya hecho mención de dejar el libro en más de una ocasión, pero eso ya tengo mis dudas de que sea positivo.

La Dama de las Camelias es una historia trágica que parte de una enfermiza obsesión, porque me niego a considerarlo enamoramiento o amor, y acaba como tiene que acabar pero no como te gustaría que acabara. Una historia que te deja con ganas de saber mas de Marie Duplessis, famosa cortesana francesa en la que se inspira el personaje principal. Un personaje interesantísimo en cuya psicología me encantaría adentrarme más y cuya biografía leería, si la hubiera, de cabeza.

¿Habéis leído La dama de las Camelias? ¿Es mi odio muy exagerado? A los que no lo habéis leído os invito a leerlo solo para poderlo comentar :P Eso y porque está bien escrito y sus personajes muy bien dibujados, independientemente de que pueda gustarte mas o menos.

La obra es un melodrama romántico, y Margarita Gautier, en el fondo, un ser abnegado; la mujer perdida que se regenera con la renuncia y con la muerte.
La prostitución era excusable si se trataba de un oficio por necesidad o por un deseo de ascender en la escala social.
Así lo veía Dumas. La prostitución era admisible, pero siempre en función de los intereses supremos de la familia. Lo que consideraba inadmisible era el adulterio.
Es un libro que leí cuando estudiaba Letras y pienso que a pesar de que, en otra época, ese moralismo irritaba, la obra tenía y tiene un sentimiento auténtico que la salva.
Es un clásico.