El secreto

Cuando terminé «El secreto» algunas me preguntasteis si realmente valía tanto la pena como se decía. Y después de que me haya dado tiempo a digerirlo me mantengo en mis trece: sí y no. Y lo digo porque a mí me ha gustado mucho pero universalizar las experiencias me parece peligroso, y hay ciertas características que pueden no ser del gusto de todas. 

Me ha encantado la exploración que hace de la codicia, el hedonismo y la culpa. Los protagonistas hacen algo HORROROSO a nivel moral y están tan atrapados por su desconexión de la realidad que no parece ni afectarles. 

Y he aquí el primer punto de por qué este libro puede no ser para todo el mundo: los protagonistas son inaguantables y a veces poco creíbles, y no creo que estén hechos para que te gusten. Están convencidos de que su existencia es superior y que lo único importante es su exploración del mundo clásico. Disfrutan en un clasismo que, aunque está relacionado también con el dinero, está sobre todo vinculado a una sensación de superioridad intelectual. Y por eso vas a leer a unos personajes que constantemente toman decisiones que dan ganas de llevarse las manos a la cabeza por estúpidas y por egoístas. 

Esto se transmite hasta con la pluma, que es incluso presuntuosa. Y aunque tiene ese cierto toque de humor negro que me encanta, a veces no pude evitar poner los ojos en blanco. Tendría que leer más de Tartt para saber si es como escribe ella o si es la voz del personaje, porque si es esto último me parece magistral lo que consigue.

Porque otro punto que me encanta es que Richard está tan embelesado por el mundo de este grupo de inútiles ostentosos que les idealiza constantemente, y nos lo deja muy claro. Lo que se ve desde el punto de vista de Richard puede o no puede estar ajustado a la realidad. Se nos dan píldoras de la percepción ajena del grupo, pero está en nuestra mano decidir quiénes son.

Y por último, se tratan otros temas, aparte de los mencionados, como el poder de los medios, la hipocresía, lo que hay detrás de las apariencias, las máscaras que nos ponemos. Hay fragmentos BELLÍSIMOS sobre la muerte y la belleza que he releído varias veces, y la profundidad con la que trata temas moralmente complejos es de señalar.

Y esta es mi opinión sobre esta más que celebrada novela. Me ha fascinado, pero está claro que el hype hace a veces flaco favor.

El secreto, primera novela de la estadounidense Donna Tartt, publicada en 1992, es una novela puramente dark academy, que en los últimos tiempos se ha relanzado a través de @lumenedit y ha vuelto a salir a la palestra como referente del género.

En ella, se nos narra las vicisitudes de un grupo de estudiantes en la universidad de Hampden, en Nueva Inglaterra. La narración tiene carácter retrospectivo; a través del testimonio personal y sesgado de uno de los protagonistas, Richard Papen, conocemos de primera mano los acontecimientos que culminaron en la muerte de uno de sus compañeros. Estamos hablando, por lo tanto, de un misterio invertido, no es un thriller al uso, se ha cometido un asesinato y conocemos el hecho y a sus autores desde la primera página. Pero, lo sobresaliente de la novela, es la importante labor de perfilamiento y profundidad en los personajes, en sus caracteres, en la interiorización de sus actos, para llegar a saber qué ha llevado a cada uno de ellos a esta situación y cómo actúan a partir de ella.

Un dark academy con todas las características propias de este subgénero: ambiente académico elitista, personajes turbios, drogas y alcohol, adoración por la cultura clásica, las lenguas muertas, el arte… todo una ambientación excepcional que convierte la trama en una ágil historia cargada de tensión con toques de thriller y con algún que otro giro argumental, que nos incita a devorar la historia.

A pesar de todo, El secreto, ha sido una lectura que me ha decepcionado en cuanto a su resolución, partiendo de una premisa excepcional, se va diluyendo en páginas y páginas que dan vueltas sobre lo mismo. Su excesiva extensión y la expectativa de un final que estuviese a la altura, ha sido su mayor hándicap. Un buen libro, por supuesto, y más si tenemos en cuenta que estamos ante la ópera prima de la autora, pero quizá en este caso, las expectativas, y la fuerte labor comercial en torno a la historia, me ha desdibujado una novela que podría llegar a ser excelente en otras circunstancias.

Menuda obra maestra acabo de leer, estoy flipando tantísimo que, incluso habiendo pasado un día desde que lo terminé, la única palabra que da vueltas en mi cabeza para definirlo es brutal. Es que es... BRUTAL. También es verdad que no puedo hablar mucho de... en fin, apenas nada, porque no tiene trama, son todo personajes y el miedo que da ir conociéndolos.

Se podría encuadrar como un thriller, pero a rasgos generales es un libro de ficción que relata la vida de un peculiar grupo de alumnos de griego. Es curioso ver cómo cada una de sus actitudes, cada uno de sus pasos y cada una de sus decisiones les llevan a su concreto destino. Sin spoilers, de no haber estudiado el protagonista un par de años de griego, no hubiese querido entrar en la selectiva clase del profesor Julian, no habría conocido a los otro cinco alumnos y... bueno, su vida seguramente habría sido mucho más sencilla entre clases aburridas, fiestas y drogas.

Está narrado en primera persona y creo que es algo muy destacable, porque Richard nos cuenta su paso por Hampden desde su perspectiva, nos habla del resto de alumnos tal y como él los veía, nos muestra una realidad desde un punto de vista muy subjetivo y, cuanto más pienso en ello al acabarlo, más soy consciente de que su pensamiento me ha hecho pensar de determinada forma sobre el resto de personas que había en su vida. No los veía desde el exterior, no los veía como un lector ajeno a lo que hacen, no, los veía a través de sus ojos, pensaba como él pensaba y no ha sido hasta que no he cerrado el libro que he advertido lo escurridizos que son realmente, que la imagen que tenía no era la real hasta haber llegado al final. Creo que me encantaría volver a releerlo en un tiempo para ver toda esta historia desde su perspectiva real, conociendo las capas y la realidad de todos sus personajes. Incluso al terminarlo, uno no se da cuenta de que Richard regalaba colores donde solo había gris, de que, aun habiendo pasado suficiente tiempo, su realidad era muy distinta de la verdadera.

Aquí todos tienen una dudosa moralidad, todos son grises y negros, todos tienen justificaciones y también penas. Y, al mismo tiempo, es imposible sentirse identificados con ellos, porque son tan retorcidos, tan enrevesados, tan oscuros... que da miedo y a la vez una intriga apabullante conocer más de ellos, ver qué decisión nueva pueden tomar, cómo se seguirá descarriando su camino... porque se descarría, cada vez más y cada vez más lejos.

Es curioso, porque, aunque son un grupo prepotente e inadaptado, son muy humanos. Quizás no forman parte de la clase de persona con la que querrías relacionarte, pero sí forman parte de ese grupo que analizarías en la distancia, pensando en cómo son sus vidas, si piensan de sí mismos de la misma forma que su postura de superioridad parece demostrar al mundo.

No sé qué en concreto hace esta novela tan increíble, si los personajes tan oscuros, si la intriga por qué es lo siguiente que puede pasar, si la pluma de la autora... Supongo que todo en su conjunto, todo ello lo hace especial y roto a su manera. Pero la prosa... ohh, Donna Tartt hace puta magia con sus palabras. No porque sea mágica o metafórica, no porque sea descriptiva, sino porque es atmosférica, porque es densa y a la vez liviana, porque cada palabra es un arrullo y una puñalada a la vez. Tiene pinchos y dientes, también plumas que te mecen en la monotonía. No se hace aburrida (bueno, solo una mínima parte se me hizo un poco pesada, pero conforme la iba leyendo, más sentido le veía), fluye fácilmente aunque tenga páginas y páginas de narración, de descripciones, de frases que realmente no terminaban de aportar a la historia, pero sí para transportar al lector a las frías calles de Hampden, de sentirse parte del todo.

Básicamente, podría resumir el libro en una fascinante psicología de personajes. de dibujar y desdibujar una personalidad tras otra llena de curvas y pozos, de darles la mano aunque sepas que también te llevarán al mismo lado oscuro en el que llevan tanto tiempo. Es crudo, es cruel, es como echar sal en una herida, es una herida supurante que nunca cicatriza, es fría incluso en meses de primavera.

Hacía tiempo que no me gustaba tanto un libro, este creo que me tendrá con resaca lectora un tiempo, porque no quería que terminara y es porque lo tiene todo. Está ambientado en una universidad elitista en el estado de Vermont, una de esas universidades de la Ivy league americana, hasta ahí llega Richard, un chico pobre y de California. Es entonces, cuando al ser rechazado de la clase de griego, su interés se centra en los alumnos de esa misma clase, cinco chicos que se separan del resto, al final y por azar, consigue ser admitido en este grupo tan elitista y ser pupilo de Julian.
A partir de aquí y a medida que el relato avanza descubrimos que todos los personajes son un tanto detestables, pero no importa, la autora hace tan fácil empatizar con ellos, que en realidad es difícil no ponerse de su lado. En este libro se habla de todo, de sexualidad, de muerte, de amor, de drogas a veces de forma velada, otras veces claramente porque todo lo que se cuenta está narrado por Richard, de tal forma que tú solo lo vives como lo vivió él.
Al final, es una tragedia griega en una universidad de Vermont.

Este libro es una obvia crítica social al elitismo de las escuelas de alta sociedad en inglaterra, pero también es una crónica y un thriller, una combinación de géneros muy interesante si me preguntan.
La historia tiene una estructura muy bien pensada. Comienza poniéndote en contexto, sigue con el asesinato, hasta llegar al inevitable final. La escritura del libro es minuciosa y se dedica a relatarnos cada detalle de la vida de los personajes, sin preocuparse mucho de su extensión, por lo que es ub libro largo de ritmo pausado. Además, cómo es en parte crónica, también relata varios de los momentos de la vida del protagonista que llegaron a marcarlo durante su tiempo en Hampten, todo esto cómo una manera de que lo conozcas y que bajes la guardia para cuando todo le explote en la cara. 
Richard Papen, nuestro protagonista, es un narrador bastante ideal y es muy adecuado para la historia, dado que el contexto en el que creció lo vuelve la presa perfecta para dejarse deslumbrar por el aparente glamour del grupo protagonista, que parece moverse muy encima de los mortales y en un principio se te presenta bastante idealizado, del tipo de gente elevada que no se ve como el resto, muy culta, con un sentido de la moda que los diferencia del resto y parecen un anacronismo viviente, para después irlos desmenuzando poco a poco hasta mostrarlos en su forma más básica y también más desagradable. En este sentido me gustó bastante que la narrativa consiguiera villanizar a los personajes, evangelizarlos y volver a villanizarlos dependiendo de lo que sea conveniente para la trama, sin llegar a traicionar la escencia de los mismos, dejando ver lo voluble que es la naturaleza humana. 
La parte del thriller, creo, es lo mejor de la historia, porque en realidad desde principio sabemos que hubo un crimen, nos cuentan quienes fueron los asesinos,  pero no conocemos el porqué. Ir develando este misterio fue lo que más disfruté de la lectura. 
La estructura de la historia está bien pensada, pero también es muy manipuladora, porque hace que la empatía se presente antes de la desgracia, por lo que también puede conseguir que generes una mejor conexión con los victimarios que con las víctimas. 
En general todo el libro es muy coherente, porque, aunque parezca que a veces hay situaciones inconexas, o que no llevan a ninguna parte, todos los hechos están pensados para llegar cierto punto.
Sin embargo, aunque el libro está bueno, tiene sus pegas. Por ejemplo, hay unas partes en la que la lectura se siente demasiado pretenciosa y para lo detallado que es, a veces las reacciones del protagonista son bruscas o poco trabajadas. Además no creo que sea un libro para todo el mundo, ya que es una lectura extensa, con capítulos muy largos, que además está adornada con exceso de alcohol, drogas y cigarro. 
Sin embargo, aunque tuve discrepancias con el libro, lo disfruté hasta el final. Seguramente en un par de meses iré por “El jilguero”, pero mientras tanto a este le doy un 4/5.

"El secreto" de Donna Tartt es el segundo libro al que le doy cinco estrellas en este año 2024. Esta novela te atrapa desde el principio hasta el final, y logra que sientas lo mismo que sus personajes, gracias al increíble talento de Tartt para escribir.Después de leerlo, estoy muy interesado en leer más libros de ella, como "El jilguero".

Bueno, esta historia me ha tenido expentante prácticamente todo el libro.

Al principio me impactó mucho que comenzara directamente contando el meollo de todo. No me gustó que empezara con lo que parecía ser "el misterio" de la historia ya resuelto. Pero es verdad que se lee muy fácil, tiene algo que engancha mucho, algo que te hace querer seguir leyendo y ya cuando se llega al punto donde empieza a explicar cómo lo planearon y cómo lo hicieron es un auténtico vicio. Me daba un poco de aprensión en el pecho al imaginarlo todo. al ser la víctima un amigo suyo, un amigo que habían tenido desde hacía tiempo. Una persona con sus más y sus menos pero que tampoco llegaba a ser ''mala persona'', simplemente un tipo con facilidad para irritar a los demás.
Un detalle que me parece surrealista o cuanto menos curioso que que unos chicos tan "listos" e "inteligentes" crean en los rituales. Tengo que admitir que cuando leí esta parte me desconcertó un poco. Especialmente por Henry, que parece ser tan pragmático, con los pies en la tierra y resulta ser el que más tiene la cabeza en las nubes, el más supersticioso de todos. Es un detalle que al principio me chocó pero realmente le da un toque a toda la historia, es algo en lo que se basa gran parte de la ella.
Hay momentos que son muy duros si te lo vas imaginando todo a medida que lees. Cuando llega el momento de ver a los padres de Bunny y el padre empieza a llorar en los brazos de Francis y Richard, cuando se dan cuenta de la realidad de la situación y el dolor que han causado. La manera de narrar el sentimiento de Richard, cómo pierde un poco la cabeza en alguna situaciones, teniendo incluso alucinaciones. La narración de los últimos momentos de Bunny, cayendo al vacío desde el precipicio me dejó fatal. Es toda la situación lo que deja un sentimiento tan extraño: eran amigos, Bunny era un gilipollas, al final te puede llegar incluso a caer bien o al menos a dar pena pero realmente no se merecía eso y fue una medida muy drástica, el hecho de que no le dio ni tiempo a asimilar lo que estaba pasando y sobre todo que vino de manos de una de las personas en las que más confiaba como era Henry, con todos los demás detrás observando la situación y siendo cómplices de ella.

Me gusta mucho el cambio que pega el libro cuando se acaba todo el tema de Bunny y pasa a relatar diferentes dramas que tiene el grupo. Esta parte del final de la historia me ha encantado.
La actitud de Henry siempre ha sido rara. Me daba escalofríos aunque no me caía mal. Sobre todo cuando avanza un poco la historia, pero hacia este punto del libro va adoptando una postura que realmente te hace desconfiar de él. Tiene algo raro desde el principio pero cuando se empieza a observar de verdad es en este momento. Desde el principio, cuando se menciona que tuvo un accidente de pequeño, pensé que le había dejado secuelas y debido a ello estaba trastocado, por eso su actitud tan recta y pulcra.
Bueno, ya cuando se desvela el lío que tienen Charles y Camilla...casi se me desencaja la mandíbula. Era algo que quizás te llegabas a imaginar pero tampoco a pensar que fuera cierto. Cuando Bunny lo dijo me pareció una barbaridad pero resultó llevar razón.

Los seis personajes principales me han gustado. Leer cómo acaba cada uno unos años después del asesinato de Bunny es muy interesante. Algunas de sus historias son un tanto trágicas.
Quiero hacer mención especial a Francis, que es una drama queen y me encantan este tipo de personajes, son mi debilidad. Me dio muchísima pena su final, este tipo de historias donde las personas no pueden ser ellas mismas me llegan de verdad.

En general no hay ninguna parte que me haya costado leer, el libro se fuma solo. No te das cuesta y te has leído 50 páginas. Desde luego, es algo que pasa con pocas historias. No sabría tampoco decir qué es exactamente lo que consigue mantenerte en vilo de esta manera pero sin duda merece la pena leerlo. Hay momentos que te hacen sentir las mismas emociones y situaciones que están experimentando los personajes. Llegas a sentir una opresión en el pecho.
El culmen de la historia también me ha encantado. Hacia el final te va metiendo ciertos giros, te va desvelando más secretos.
Me parece un libro redondo: no creo que le falte nada, no creo que le sobre nada. Está perfecto tal cual.

Nos situamos en Hampden una universidad de nueva Inglaterra,
Donna Tartt nos sumerge en un intrigante misterio donde de manera retrospectiva Richard nos narra la muerte de uno de sus compañeros.
La obra se divide en dos partes, con capítulos notoriamente largos que aportan profundidad a la narrativa pero que a mí personalmente me sacan de la historia. A mi parecer le sobran páginas ya que hay partes que no te aportan nada a la trama, ésta no se hace pesada puedes sentir la tensión y los pequeños giros te hacen querer seguir leyendo.
Ambientada en un entorno academico muy bien descrito, la historia se teje alrededor de personajes que la autora ha sabido perfilar su carácter y profundizar en sus actos para que les acompañemos en sus motivaciones y sus reacciones posteriores.
Dicho esto la expectativa de un final explosivo hizo que me quedara fría al leer el desenlace.
Si te gustan los dark academy y las historias que se cuecen a fuego lento con una narración impecable este es tu libro.

Una crítica inteligente sobre los peligros de la obsesión, la cultura de grupo y la persecución de lo estético por encima de cualquier moral.

La narración poco fiable de Richard Papen manipula la percepción del lector, acompañando la fascinación y la devoción por el grupo elitista de estudiantes de griego.

Me ha redescubierto la apreciación por la belleza, el terror, el peligro, la idealización y el arte. Una lectura que me ha cambiado como lectora.

Un thriller diferente, en el que conocemos a los asesinos y el móvil que les lleva a cometer el crimen.
Personajes oscuros, de dudosa moralidad, que viven obsesionados con las lenguas muertas, el alcohol y las drogas.
Narrado desde la voz de Richard, un alumno de la universidad de Hampden que no parará hasta conseguir entrar en el exclusivo grupo de niñatos ricos y eruditas.
Me recordó en ocasiones a El club de los poetas muertos, pero más creepy