El procurador

A estas alturas ya sabéis que me encanta Poe y Tilly, con cada libro que leo les voy cogiendo más cariño, menos mal que aún nos quedan algunos por leer.

Me gusta como escribe el autor, tiene un estilo muy ágil y directo, y siempre están pasando cosas, pero en esta ocasión me ha fallado algo: nos ha convertido a los lectores en meros espectadores.
Me explico. En los dos libros anteriores hemos podido hacer teorías según iban surgiendo pistas o datos, aquí nos ha sido imposible hacer teorías, se van sabiendo cosas y se van enlazando unas con otras, pero hasta que salen no hay forma de teorizar.
Vamos, a mí me encanta pintarrajear en mi pizarra de pruebas (imaginaria, que aún nadie me la ha regalado) y aquí se me ha quedado sosa de todo.

Que sí, que el caso está bien llevado, que todo tiene su lógica, su por qué, sus sospechosos, su investigación, pero no hay teorías, no las hay.
Y si lo habéis leído y habéis hecho teorías habladme que os quiero fichar para próximas lecturas.

Y otro pero, el final. Por mucha lógica que tenga sigo sin creérmelo, demasiado… no sé ni cómo decirlo. Si lo habéis leído o lo leéis en el futuro me contáis si os lo creeis o no.

Para no variar, he disfrutado esta lectura con @e_n_c_a_r @mirecunchofeliz @me_he_comprado_un_libro @lectordesombras @los_libros_de_yoli y ya estamos decidiendo fechas para leernos el siguiente en abril.
Vamos, que tiene sus cosillas pero yo quiero seguir sabiendo de estos dos.

Magnífico.

El primer libro de esta saga siempre será mi favorito, el segundo no decepcionó; mas este es pura calidad. Vicio puro.

No me podía despegar de él, menos mal que era una edición de bolsillo que sino terminaría en urgencias con la espalda doblada y los ojos pegados con superglú al libro.

Final impresionante y de mucha inventiva, hasta la última página.

Cuando una pareja funciona bien en la literatura, la lectura de sus peripecias es agradable. Cuando a esa pareja se le añade un equipo, no hace falta que sea numeroso, en el que sus miembros se respetan, creen en ellos, en sus posibilidades y en las del otro y, lo más importante, además de ser buenos compañeros, son amigos, la lectura es amena. Cuando la novela en la que se mueven esos personajes tiene 420 páginas y estás en tensión porque no sabes cómo acabará todo hasta la última línea de la página 420, esa lectura ha sido trepidante.

Esto ocurre cuando abres El procurador. El comienzo es desasosegante, no entiendes bien qué ocurre pero es cruel, de un sadismo absoluto. Es solo una página. Después, la Navidad se instala para darnos un respiro; entonces leemos más relajados aunque tras cada capítulo esperamos que todo cambie para Washington Poe y su equipo, Matilda Bradshaw y Elizabeth Flynn.

M. W. Craven se ha superado. Si en El show de las marionetas, el hombre inmolación nos mantuvo en tensión, El procurador consigue que el estrés nos lleve al desasosiego, aunque en ningún momento podemos dejar la novela. El autor es un maestro del thriller. Ya tengo preparada Zona muerta porque, aun sufriendo, los lectores reconocemos un estilo impecable en el que la presión, a veces, se diluye en el humor; el argumento concebido desde la imaginación más siniestra se nos presenta con una trama espeluznante fruto de una mente perversa.

Cada vez estoy más convencida de que las peores acciones del ser humano son las que derivan de la envidia. El envidioso sufre una tortura psicológica constante por lo que perfectamente puede torturar a quien sea. Sin piedad.

En fin, es Navidad; el clima de Cumbria, un condado inglés fronterizo al norte con Escocia y al oeste con el mar de Irlanda, es en invierno especialmente frío, con temperaturas bajo cero, nieve, viento y lluvias que van a dificultar la solución de tres asesinatos, de los que solo ha aparecido un cuerpo. de los otros dos, dos dedos de cada víctima son la prueba, ya que uno fue cortado ante mortem y el otro, tras morir. En principio las víctimas no tenían nada en común, ni su trabajo, ni su vivienda las vinculaba, «Si lo de Teasdale era una caverna glorificada, esto era un hogar» pero Poe sabe que deben estar relacionadas; por eso no duda en trabajar con la forense Estelle Doyle: probablemente su sarcasmo sea lo único que sobrepasa a su inteligencia, «—Feliz Navidad, Poe […] Inspectora Flynn, me alegro de volver a verla. ¿En qué lío le ha metido esta vez la versión cumbriana de C. Auguste Dupin?». Tampoco Flynn, a pesar de su avanzado embarazo dejará a Poe solo en la investigación «—Me matan los pies y mis tobillos tienen el doble de su tamaño normal. ¿Podemos pasar directamente al momento en que ya hemos discutido y he ganado yo, pero Tilly hace lo que le da la gana igualmente?». Y, por supuesto, Tilly sigue a su lado, «—Matilda Bradshaw —contestó— Trabajo con el sargento Washington Poe y la inspectora Stephanie Flynn, de la Agencia Nacional del Crimen».

La comisaria Jo Nightingale es la encargada de reclutar a Poe y Flynn; Tilly va en el pack, sin ella nada tiene sentido, «Créame es imposible sobrevalorar la aportación de Tilly Bradshaw a la investigación».

Por si fuera poco, en esta ocasión Melody Lee, del FBI, es quien le aporta a Poe una pista fundamental que, en su propio departamento habían desechado por no encontrarle ninguna lógica. Pero Craven ha ideado a un sargento que trabaja bien con las mujeres y se fía de ellas. Son mujeres inteligentes capaces de ocupar cargos importantes; mujeres atractivas cuya forma de ser las hace únicas y cuyo conocimiento las vuelve irresistibles. Esto no cabe duda de que es un añadido para leer a Craven. Otro, por supuesto, es la incertidumbre constante. No se puede parar de leer porque la mente de Craven va por delante de la nuestra, pobres ilusos que creíamos poder resolver el caso; y el intelecto de nuestro escritor va más allá del que posea el asesino más retorcido y degradado. El autor razona como si su mayor pecado fuese la envidia, y con el razonamiento del envidioso es capaz de solucionar los diversos conflictos a los que deben enfrentarse aquellos personajes que han de luchar contra alguien depravado que los pervierte, a ellos y a otros, a través de la informática (cuánto daño está haciendo), mientras los protagonistas se valen de ella para salvar sus vidas (cuánto bien nos proporciona).

No quiero desvelar nada porque el lector va de sorpresa en sorpresa. A cada página surgen nuevos descubrimientos que desatan nuevas preguntas, y son muchas, ¿cómo cortaron los dedos que aparecen?, ¿dónde están los cadáveres?, ¿por qué los oculta el asesino?, ¿cómo entra en los lugares para dejar los miembros amputados sin dejar rastro de él? En fin, seguimos leyendo. Hemos de hacerlo, hasta el final. Entonces se abandona con pena la novela, casi queremos volver a empezar. Estamos pletóricos de la energía con que Craven impregna su prosa; no deja nada al azar, el humor, el ingenio y la tensión son constantes, las alusiones a novelas anteriores ofrecen una continuidad real a Poe «…él había convertido aquella ruinosa cabaña de pastor en un hogar que estaba convencido ya nunca abandonaría», la forma de actuar de Washington Poe, en la que su intuición lo lleva a descubrir en cualquier momento la verdad, tras haber sido engañado más de una vez, lo hacen decidido, con agallas; no lo pensamos solo los lectores, también sus amigas, que lo conocen y valoran, y por eso mismo temen que pueda actuar de manera irracional.

—Estoy en deuda con usted —continuó Doyle— tengo entendido que sacó a este arriscado hombre de un edificio en llamas, ¿no es así?
Bradshaw contestó:
—Es mi amigo

Las alusiones a los maestros de la novela negra ofrecen una continuidad al género «…y lo del final era una cita de Edgar Allan Poe. Es de “El hombre de la multitud”. Poe frunció el ceño. Qué extraño había sido todo».

Y las oraciones bimembres mantienen la agilidad necesaria que debe llevar el ritmo del thriller.

Nada es lo que parece en las novelas de Craven, los secretos están agazapados hasta que el autor quiere revelarlos, poco a poco. Seguro que los protagonistas también esconden algunos de los que nos enteraremos en las siguientes entregas.
El show de las marionetas nos descubrió la fragilidad del ser humano. Verano negro pone de manifiesto hasta dónde puede llegar la ambición. El procurador evidencia el poder de la envidia. Todas estas transgresiones conscientes transforman al hombre en un absoluto psicópata.

¿Qué se reserva Craven?

Sea lo que sea sus personajes son los suficientemente fuertes como para impulsar la historia y su pluma lo suficientemente clara como para denunciar aspectos de la realidad ocultos en su ficción.

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3️⃣Tercera entrega de Washington Poe y Tilly Bradshaw. En esta ocasión seguimos en Cumbria y durante la época navideña aparecen pulgares humanos repartidos por varios puntos de la zona. No son de la misma persona ni han sido amputados de la misma manera. A partir de ahí comienza la investigación para llegar a encontrar al responsable de ello, salvar la vida de esas personas, si siguen vivas, e intentar que no vaya a más. ¿Quién anda detrás de este suceso tan loco?
👫El caso lo llevarán Poe y Tilly, el dúo perfecto para resolver casos imposibles y rebuscados. Es el 𝘗𝘪𝘭𝘪 𝘺 𝘔𝘪𝘭𝘪 de la Agencia Nacional contra el Crimen: se complementan, se cuidan y se desafían para llegar a descubrir quién anda detrás de esos asesinatos. Y, siempre acompañado de un toque de humor que lo hace más entretenido.
Todo parece resuelto a menos de la mitad de la novela, pero no, hay más; aparecerá en escena un personaje que dará un giro de 180º a la investigación.
⭐️Mucha acción, giros en la trama, ritmo ágil, misterio, capítulos cortos, y final de infarto. Respiras, y ves que quedan unas páginas más y M.W Craven vuelve a la carga y te deja patidifusa otra vez.
🐳Me ha gustado la referencia al caso real de la “Ballena azul” y como lo relacionan con lo sucedido en esta ocasión. Fue un reto peligroso y viral que viví de cerca porque ya trabajaba de profesora y fue un momento de mucha incertidumbre por lo que estaban haciendo nuestros adolescentes.
💭Tengo que decir que como la primera entrega ninguna me ha parecido tan buena. Toda la resolución es muy rebuscada y muy inverosímil pero me gusta igual. En cuanto pueda me pongo con la cuarta parte, 𝘡𝘰𝘯𝘢 𝘮𝘶𝘦𝘳𝘵𝘦, pero en medio ha publicado otras dos con los mismos protagonistas que no me llaman mucho.

A pesar de mis pequeños contratiempos con la anterior entrega: “Verano negro”, me he decidido por leer la tercera novela de la serie para seguir descubriendo las andanzas de este peculiar detectivo: Poe y su ayudante Tilly.
Ha pasado el tiempo desde el último caso, unos meses apenas, pero el paisaje en Cumbria lo ha notado. de nuevo Craven, invita a la naturaleza para que se una a la trama. Un personaje más que determina el desarrollo de algunos pasajes de la evolución del caso. Es Navidad, la nieve cubre las carreteras y el frío te congela hasta los huesos.

La vida de Poe se ha quedado en suspenso, no ha dado demasiados detalles, por no decir, que no ha comentado nada. Me he quedado con un poquito de ganas. Quedaron cabos sueltos en las anteriores entregas con respecto a su padre y la posibilidad de que alguna fémina se acomodara en su vida. Pero no sabremos nada, al menos en esta novela. Tan solo conoceremos sus problemas con la casa y quien ostenta realmente la legítima propiedad, un tema que tampoco me interesó demasiado. Un poco decepcionante en este aspecto. Esas historias secundarias que se entrelazan con la principal ofreciendo mas intriga en esta entrega brillan por su ausencia.

De nuevo me ha costado entrar en la historia. Es lógico y entiendo que debe poner todas las piezas en el tablero, para saber el papel que juegan cada uno, para que logres seguir con la historia. Pero yo los he leído de seguido. Ya los conocía. No era necesario y me sobraba esa parte.

Tampoco en este los personajes secundarios han tenido mucho que decir. Han quedado relegados a un papel de secundarios muy secundarios. En este caso la aportación de la analista Tilly es menos importante. Se crean situaciones de humor cuando los dos se juntan pero ya no es la Tilly de los comienzos, la rarita, de difícil socialización, la que a mi me gustaba. Tal vez sea coherente y necesario para hacerlo creíble, en relación a la evolución del personaje; necesario será, si, pero lleva a que ella pierda su frescura y esas peculiaridades que la hacían única.

En cuanto al caso de esta entrega ha sido bastante macabro. El inicio es impactante, brutal, con mucha sangre y ganas de saber quién será el siguiente peón en caer.

Se ha basado en una historia real para dar forma a los asesinatos y las motivaciones de los mismos. Es espeluznante y de nuevo nos damos cuenta de que la realidad, en ocasiones, supera la ficción. El final ha sido increíble. Esto sí que no me lo esperaba.

De nuevo, el final detallado, minucioso. Desarrolla hasta el mínimo detallo todo lo que ha sucedido y las motivaciones para cada asesinato. No deja nada para que te lo imagines. Tal vez de todos, es el caso que más me ha sorprendido aunque, hay momentos, que no sabes como va a salir airoso el escritor con ciertas decisiones no demasiado creíbles. al final lo logra y es cierto que con tantas vueltas no puedes parar de leer a pesar de esa lentitud en los inicios.

La narración tiene un buen ritmo, el que el autor da a todas sus obras; la mejor trama de misterio de las tres aunque el final no me ha terminado de convencer del todo. Ya veremos qué pasa en la siguiente. Dejaré un tiempo para ver si así logra sorprenderme desde la primera página.
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Me ha gustado algo menos que los anteriores, aunque me he terminado el libro en un suspiro y me ha tenido enganchada hasta el final. Pero ese final... Me ha dejado un pelín fría. Eso sí, sigo enamorada de los personajes y seguiré leyendo los libros de Washington Poe y Tilly Bradshaw.

Me ha costado engancharme a la historia, para mí el desarrollo de la novela ha sido lento. Es a partir de más de mitad de la novela cuando el ritmo se incrementa y se hace más interesante. La novela trata de unos crímenes que investigan, pero que no tienen nada en común y esto complica toda la investigación.

Los dos protagonistas principales harán que la trama de la investigación sea un camino con muchas dudas, pistas que tienes que ir uniendo con continuos giros que muy poco a poco te va atrapando, con algún que otro toque de humor en los comentarios de los protagonistas.

La parte final coge un ritmo de trepidante, con mucha tensión y acción esto hace que no puedas dejar de leer. Esta parte final es lo que más me ha gustado con diferencia.

Bastante bueno. Me ha gustado el enfoque de esta novela, la trama del asesino jugando con la policía y dejándoles esos extraños mensajes en clave en cada escena del crimen. Me ha gustado también el hecho de que nos muestre un asesino que, aparentemente, tiene dos modus operandi diferentes. En general, estos aspectos han hecho que la novela me haya enganchado desde el comienzo y no haya querido dejarla hasta descubrir la identidad del asesino. También me ha gustado poder reencontrarme con Poe y Tilly y descubrir algo más acerca de la inspectora Stephanie Flynn. Bastante recomendable si os gustan las novelas de crímenes.

Tercera entrega del sargento Poe y la analista Tilly, una pareja que cada día me gusta más.
Un asesino en serie va dejando trocitos de los asesinados y un código con ellos. A de más cada asesinato es distinto y no parecen tener conexión salvo el código.
Poe y Tilly no lo tendrán nada fácil para atrapar al asesino al que llaman El procurador.
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De nuevo nos encontramos con un buen thriller, me ha enganchado desde el principio, te mantiene toda la historia pensando quién será y tiene varios giros muy buenos, sobre todo uno al final que no esperaba para nada.
Está bien escrito, la trama es buena y original y el final también me ha gustado bastante.
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De los tres libro que llevo de esta saga este es el que menos me ha gustado aunque me ha gustado mucho también pero éste ha sido un poco más lento y la trama es como más enrevesada para mi gusto pero lo he disfrutado un montón y me ha gustado mucho la crítica social que hace al juego de la ballena.

En El procurador, de M. W. Craven nos encontramos de nuevo con dos personajes que me han conquistado en los últimos años. El autor crea una historia con un desarrollo cargado de tensión, de los que enganchan, con un ritmo alto ya desde el inicio. Comienza con una cruda escena para dejar el interés en lo más alto y a partir de ahí ir contando. Una obra en la que ver el trabajo detrás de la investigación, en la que no te deja adivinar lo que va a suceder y con un ritmo vertiginoso que nos lleva de un lugar a otro para ir atando cabos.

Un viaje en el que acompañar a Poe y Tilly por esta ardua tarea, ya que no será nada sencillo dar con la solución. Una vuelta de tuerca tras otra para acercarnos a un final nada predecible. En el camino, muchas dudas, idas y venidas, ayudas inestimables, escenas de alta tensión, pistas que unir, enigmas que desentrañar y algún que otro momento de humor. Además, hay ciertas menciones a la realidad y crítica social que te resonarán.

El único pero pequeñito para mi gusto es la forma de darle un giro más a la trama en el final, que si bien es verdad que sorprende por lo inesperado, me ha parecido quizá innecesario. Quitando este «pero» tan subjetivo, el resto de la trama te lleva sin descanso, de forma vertiginosa por las páginas.

La investigación constante, las pistas que van surgiendo y cómo Poe -con la ayuda de Tilly- va hilándolas para dar lugar a continuos giros en la trama hacen de El procurador una obra que he disfrutado muchísimo. Una serie que me sigue convenciendo y que me atrapa más allá de posibles peros. La recomiendo sin ninguna duda.

Tras tres obras puedo decir que M. W. Craven lo vuelve a conseguir, hace que no pierda un ápice de interés y que me mantenga fiel a sus historias.
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