Zona muerta

"Zona muerta" es la cuarta entrega de la saga de M.W. Craven, cuyos principales protagonistas son Washington Poe y Tilly Bradshaw, personajes entrañables que forman un curioso tándem, buenos amigos además de excelentes profesionales.

Durante la vista del juicio sobre el futuro de la cabaña que Poe arregló como vivienda y que quiere conservar a toda costa, es requerido junto a su compañera por el MI5 para resolver un crimen producido en una casa utilizada como burdel provisional, donde ha sido asesinado brutalmente un hombre con un bate de beisbol.

En los primeros pasos de la investigación ya surgen problemas, faltan datos sobre la víctima, Tilly no encuentra ni su historial ni ningún antecedente, una agente de enlace se ha llevado un objeto de la escena del crimen con el objeto de hacerlo desaparecer, parece que todo son trabas para seguir adelante con la investigación...

El objeto desaparecido fue colocado allí después del crimen por el asesino, es una rata de cerámica hecha a mano. Tilly descubre que en otra escena de un crimen de hace 3 años también apareció una cerámica igual; fue en una cámara acorazada de un banco del que no se llevaron nada pero dejaron el cadáver de uno de los ladrones al que mato el jefe de la banda durante el atraco.

Poe y Tilly empiezan a tirar de los pocos hilos que han encontrado y la cosa se va complicando... y se complica mucho. Se va desentrañando el misterio poco a poco... Y si quieres saber más y como lo resuelven nuestros protagonistas, te recomiendo que leas la novela; te seguro que no te va a dejar indiferente.

¡Feliz lectura!

Hay veces en las que al comienzo de la lectura de un libro da la impresión de que se avecina una larga cadena de muertes horribles.

Otras, empiezas a leer y disfrutas con la inteligencia de su protagonista y cómo consigue, legalmente, ganar un juicio; pero sabes que algo tiene que torcerse porque en eso que estás leyendo ves un final de novela antes que un principio.

Al empezar Zona muerta me vi envuelta en las dos situaciones, me equivoqué con la primera impresión, pero no con la segunda.

Si Tilly Bradshaw es fundamental en la resolución de los casos del sargento Abraham Poe, en este, actuando en la sombra, es la auténtica protagonista; da la impresión de que M. W. Craven escribió la novela pensando en ella.

En la entrega anterior, El procurador, a nuestro protagonista le dieron el ultimátum para abandonar su casa porque estaba en unos terrenos recalificados que no podían ser habitados, pues la cabaña que iba con ellos al comprarlos no debía ser ampliada ni modificada en nada que se pareciese al hogar confortable que Poe se había construido. Una vez en el juicio, nadie contaba con Tilly quien, a pesar de no ser abogada, dispone de una curiosa relación con la ley a la hora de acceder a las bases de datos: la ignora. Esto le permite llegar donde nadie más lo hace y relaciona sucesos y personas hasta dar con lo necesario. En el primer juicio, Poe se queda con su casa, pero algo dará la vuelta más adelante.

El juicio queda pendiente porque ambos deber acudir hasta un burdel en el que ha aparecido asesinado un héroe de la guerra de Afganistán, alguien que fue apresado, torturado y rescatado por los británicos cuando se encontraba a punto de morir. Sin poder dejar de culparse cuando el grupo liberador fue aniquilado poco después, Bierman abandona el país y se refugia en EE. UU. hasta que una cumbre de comercio internacional le hace volver.

En Zona muerta no hay un asesino en serie, tampoco vamos a ser testigos de más muertes violentas, pero ni a Poe ni a Tilly los pueden engañar a pesar de que esta vez hayan sido reclamados por el MI5 y las verdades les sean dichas a medias. Puede que el muerto no se llame en realidad Christopher Bierman, puede que no tuviera nada que ver con las prostitutas. O sí, pero Poe es consciente de los silencios del servicio de inteligencia del Reino Unido y no está dispuesto a que le oculten nada. A pesar de que quedan en que habrá transparencia absoluta, los miembros de la agencia contra el crimen deben reconstruir hechos y nombres una y otra vez, porque las pistas siempre llevan a un asesino falso.

En esta ocasión cuentan con la ayuda de Melody Lee, del FBI, que fue crucial para Poe en El procurador, y de Hanna Finch, del MI5 quien, aunque con altercados, finalmente también les asistirá; además Bradshaw relacionará el caso con otra muerte ocurrida tres años antes, «y ocurrieron en rincones opuestos del país, pero la conexión de la rata es curiosa».

A partir de aquí, para conectar estas dos muertes, tan diferentes en principio, deberán tener en cuenta conectores USB de cables especiales, software maligno que se transfiere a los portátiles, programas grabadores de tecleos… Problemas informáticos que Tilly deberá afrontar hasta que, después de sospechar de todos y cada uno de los que van conociendo, «quiero un análisis detallado de todas las personas involucradas en este asunto […] Mañana por la mañana iremos a hablar con la viuda de Danny North, la que creó la página de Justicia para Tango Dos-Cuatro en facebook».

Está claro que Craven conoce el funcionamiento del ejército; conoce el mundo de la informática y sabe hasta dónde puede llegar la maldad, la venganza humana. Por eso Zona muerta nos sumerge en un ambiente frío, de intrigas, ordenadores, tecnología y las consecuencias cuando todo cae en manos inadecuadas, en mentes que solo buscan ajustes de cuentas. En esta novela, el autor ha vuelto a desplegar un final absolutamente obsesivo, que, por supuesto, llevará a Poe a reconquistar su casa y a formar lazos con nuevas personas conforme va despejando incógnitas.

El lector lo entiende todo al final; no hace falta ser experto informático porque el asunto queda perfectamente aclarado.

Es curioso porque aunque en El show de las marionetas, Poe y Tilly formaban una pareja anómala, conforme hemos ido leyendo las siguientes entregas, se han ido complementando, Poe no es tan impetuoso y Tilly no es tan fría. van alcanzando el estatus de pareja perfecta.

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Esta novela de la pareja Poe y Tilly me ha gustado mucho, con una trama diferente, vamos avanzando hasta descubrir los motivos del asesino que me han parecido diferentes a los que solemos encontrar en este tipo de novelas. La novela es adictiva como todas las de Poe y llega un punto donde ya no puedes parar de leer.

Sólo le pongo una pequeña pega, yo adiviné quién era el asesino un poco antes de que se supiese, pero es que lo hacerse pasar por discapacitado me recordó a la película The Score, aunque es de ladrones, también hay un personaje que se hace pasar por discapacitado para que no sospechen de él, y en cierto momento encaje las piezas.

Lo que si que me pilló totalmente por sorpresa fué el giro final, ese si que no lo ví venir.

Tras “El show de las marionetas”, “Verano negro” y “El procurador” (todas ellas reseñadas en el blog), hoy os hablo de la cuarta entrega de la serie policíaca protagonizada por Washinton Poe y Tilly Bradshaw: “Zona muerta”

Éstas son mis impresiones

En un burdel de Carlisle un hombre ha sido asesinado a golpes con un bate de béisbol. Parece un asesinato de fácil resolución pero alguien quiere que Poe vaya en persona a investigar el asunto. Cuando llega se encuentra con que todo es más complicado de lo que parece: el asesinado es piloto de helicópteros y estaba en la zona para trabajar en una cumbre internacional. El asunto interesa a los servicios secretos británicos e incluso al FBI. Poe con su inexistente mano izquierda tendrá que lidiar con todos ellos para intentar resolver el caso.

Me encanta esta serie. Me gustan mucho sus tramas pero lo que la hace realmente diferente son sus personajes Poe y Tilly, una de mis parejas investigadoras preferidas (si no la que más). Me alucinó el personaje de Tilly en la primera entrega de la serie (“El show de las marionetas”) y me encantó la relación que Poe estableció con ella. Desde entonces les sigo muy de cerca y así seguirá siendo mientras M.W. Craven quiera continuar contándonos sus peripecias.

En esta ocasión la trama es un tanto diferente a las anteriores. Las tres primeras se centraban más en series de asesinatos mientras que en esta hay menos asesinatos y más secretos. La trama es bastante complicada y acaban saliendo a relucir cosas realmente increíbles.

Poe sigue a sus anchas. Es un personaje que va por libre y sólo su jefa puede controlarle un poco pero ella sigue de baja así que Poe actúa bastante sin control. Pero tendrá que lidiar con personajes muy “especiales”, la tensión está asegurada. Poe es el protagonista de la novela. Me da pena que Tilly siga un poco relegada porque ya digo que su personaje me fascina. No es que no me guste Poe, que me encanta, pero es que Tilly es realmente especial. Creo que no hace bien el autor en ponerla un poco por debajo de Poe: en “El show de las marionetas” actuaba más y fue una maravilla.

La novela comienza de una forma curiosa: un atraco a un banco en el que los atracadores llevan caretas. Pero no cualquier careta sino caretas que representan a los diferentes James Bond: Sean Connery, George Lazenby, Roger Moore, Timoty Dalton, Pierce Brosnan, Daniel Craig. Me ha parecido una forma curiosa y original de empezar. Eso sí, después de eso entramos de lleno en el asesinato del piloto de helicópteros que, la verdad, no parece tener nada que ver con el atraco. Aún así, se nos queda en la mente y de vez en cuando pensamos en ello diciendo “pues no tiene nada que ver”. Pero sí, claro, habrá que seguir leyendo para ver cómo se conectan dos hechos tan dispares. Como siempre en las novelas de esta serie, la novela avanza a buen ritmo. Mucho diálogo, capítulos cortos, algún salto en el tiempo, cuestiones personales de los protagonistas (a destacar el conflicto, ya jurídico, que tiene Poe debido a su casa de Cumbria), etc… La trama es enrevesada, mucho, muchísimo. Nadie podría imaginarse al leer los primeros capítulos cómo termina todo. Aunque al principio la policía y demás investigadores andan tremendamente perdidos, unos cuantos giros argumentales hacen que finalmente den con la sorprendente solución al caso. Y, sabiendo como es Poe, no parará hasta dar respuesta a todos los interrogantes que se le ocurren: incluso cuando todo parece resuelto él sigue investigando.

Como siempre digo, esta serie se apoya en las magníficas tramas que desarrolla y en los no menos magníficos investigadores. Tilly es mi preferida: una mujer que parece una niña por su ingenuidad y falta de habilidades sociales (aunque ha mejorado mucho respecto a la primera entrega) y con una inteligencia analítica fuera de toda lógica. Y Poe sigue como siempre: terco, no hay quien le sujete, no se arredra ante nada y siempre hace lo contrario de lo que se le dice. al mismo tiempo tiene un corazón inmenso en el que acoge a Tilly a la que quiere como a una hija. Ya os digo que es una de mis parejas investigadoras favoritas: tienen algo especial y funcionan muy bien juntos.

En fin, sin duda, una novela a la altura de las anteriores de la serie aunque un poco diferente a ellas.

Conclusión final

La serie de Poe y Tilly es totalmente recomendable para los amantes del género policíaco. Unas tramas buenísimas y muy bien llevadas que se disfrutan de principio a fin y unos personajes que se quedan contigo.
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Soy adicta a las novelas de M. W. Craven por sus dos personajes principales, Washington Poe y Tilly Bradshaw, investigadores de la Agencia Nacional del Crimen. Ellos son el pilar de la serie y me encanta ser testigo de la relación tan especial que se ha ido gestando entre ellos. Son lo más opuesto que podéis imaginar, pero son leales entre ellos y forman un irresistible tándem que se complementa a la perfección. Os aviso que en esta cuarta entrega no corre tanto la sangre como en las anteriores porque no van a ir detrás de ningún asesino en serie, y Tilly sigue permaneciendo en un segundo plano, apenas tiene protagonismo, que será acaparado por su compañero de fatigas.
Una cumbre internacional del comercio está a punto de celebrarse en Cumbria, en un recinto fuertemente custodiado, y uno de los encargados del traslado de los participantes aparece muerto en un burdel cutre y sin licencia, brutalmente golpeado con un bate de beisbol. El caso debe llevarse con discreción porque tiene implicaciones para la seguridad nacional, un complicado rompecabezas que Poe deberá resolver, liderando una investigación en la que van a participar también el FBI y el MI5.
Grosso modo, esta es la esencia de una novela que abre con un primer capítulo desconcertante y sin aparente relación con lo que sucede a continuación, en el que se describe el atraco a la cámara acorazada de un banco. El golpe sale mal y uno de los ladrones es asesinado. Estos hechos suceden tres años antes. ¿Cuál es el vínculo entre ambos delitos?
Estamos ante un thriller cuyo marcado ritmo no decae en ningún momento, acrecentándose conforme avanza la lectura a golpe de capítulos de corta extensión. Una historia de codicia y traiciones, de trama imaginativa y enrevesada hasta decir basta, más compleja de lo que en un principio parecía, con bastantes giros argumentales meticulosamente ejecutados, lo que convierte a la lectura en adictiva porque cuando crees que ya están todas las piezas encajadas, llega un giro más de tuerca que no ves venir y te sorprende. El autor nos conduce por una intrincada senda, a través de callejones sin salida y desvíos insospechables, antes de llegar a un final perfecto, como no podía ser de otro modo. Todo ello con una prosa sencilla y una narrativa muy visual.
Sin duda, uno de los puntos fuertes de esta serie son sus personajes. Tilly es un tesoro. Continúa siendo una mujer dulcemente inocente, entrañable y sin filtros, que verbaliza cualquier cosa que le viene a la mente, y tan ingenua que se cree todo lo que le dicen, conservando la incapacidad para mentir. Poe es el tipo cínico y terco de siempre, con una fantástica perspicacia, que no ha perdido ni una pizca de su esencia. Acogió a su compañera bajo su protección y la ha estado ayudando a enfrentarse con el nuevo y emocionante mundo al que se exponía por primera vez. La interacción entre ellos da pie a que haya momentos muy divertidos, un recurso muy propio del autor para restarle dramatismo a la historia.
Sintetizando: “Zona muerta” es el cuarto libro de la serie protagonizada por Washington Poe. Aunque es autoconclusivo, os recomiendo la lectura de las anteriores entregas y así nos evitamos spoilers, que los hay y son bastantes. Un thriller policíaco de marcado ritmo y tensión en progresivo aumento, que presenta una trama retorcida y maridada con pinceladas de humor sarcástico, hábilmente dispuestas para restar dramatismo. Una novela de obligada lectura, que no decepcionará a los fanáticos del género ni a los que hayáis leído anteriores entregas de la serie. Ansiosa estoy por leer la siguiente, que lleva meses publicada en su idioma original...

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