El encuadernador

Tenía muchas esperanzas en este libro ya que había visto reseñas muy buenas, pero el como siempre.. el hype me ha jugado una mala pasada.

El libro comienza con Emmet, un chico que sufre una enfermedad extraña que le impide trabajar como sus padres quieren que lo haga, por ello, recibe una carta de una ''bruja'' que le pide que vaya con ella a ser su aprendiz.

Es encuadernadora de libros, lo que parece una profesión rara ya que los libros están prohibidos.

Él no quiere ir, pero sus padres le obligan ya es un ''inútil'' para la granja.

Seredith,la bruja, es una anciana extraña que no habla mucho y aparentemente no le enseña nada. Pero Emmet le va cogiendo cariño.

Pero pronto descubre en que consiste el oficio de encuadernador y por qué todos temen a la anciana.

Por el camino conoceremos a un chio,Lucian, un chico muy insistente al que Emmet no recuerda, debido a su enfermedad, pero que le da una sensación de familiaridad.
Pero el misterio no acabaa ahí, Emmet descubre un libro con su nombre. Se atreverá a abrirlo?

El libro se divide en tres partes: Presente,pasado y presente.

La primera parte me gustó mucho y la leí con ganas, pero las siguientes se me hicieron bastante tediosas, sobretodo la tercera parte.

Me ha decepcionado que no se centrara más en el oficio del encuadernador, ya que me parece bastante interesante. Se centra más en la historia de amor entre Lucian y Emmet y realmente la vi muy forzada, nada fluida y muy repetitiva.


Sinceramente me costó bastante acabarlo aunque me alegro de haberlo hecho ya que el final si que me gustó.

Muchas gracias a Babelio por darme la oportunidad de leerlo

Un saludo
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Creo que a estas alturas debe de haber pocas personas que no hayan visto o hayan oído hablar de El encuadernador. Y es que lo está petando, cosa que no es de extrañar.
Y es que no sólo tiene una edición preciosa y trabajada, si no que su trama, que cuenta tan poco, tiene ese algo que te atrapa al instante y que te hace querer leerlo ya.
Y lo mejor para leer este libro es saber cuanto menos, mejor. A veces las sinopsis destripan cosas muy importantes de la trama y el ir descubriéndola poco a poco, sin saber qué te vas a encontrar, ha hecho que lo disfrute todavía más.

Situada en una Inglaterra, en una época que recuerda al siglo XIX, los libros son objetos despreciados, prácticamente prohibidos, pero que unos pocos comercializan y otros coleccionan.
Y detrás de ellos están los encuadernadores, un trabajo que está muy mal considerado porque lo que realmente hacen los encuadernadores es borrar los recuerdos de las personas encuadernándolos en esos libros que muchos menosprecian.
Emmett es un joven granjero que ha pasado por una larga enfermedad que lo ha tenido postrado en la cama durante meses. Un día, una vieja encuadernadora lo solicita como su aprendiz, algo a lo que sus padres no pueden negarse.
La familia de Emmett siempre ha renegado de los libros, por lo que no entiende cómo es que ahora lo envían para que aprenda ese oficio. Pero quizá sea allí donde Emmett encuntre muchas respuestas que no sabía que estaba buscando.

El libro está dividido en tres partes muy diferenciadas. La primera de ella es la más introductoria, la que nos va poniendo en situación de lo que va a suceder.
Narrada en primera persona por Emmett, los primeros capítulos serán los más confusos, ya que estaremos tan perdidos como él, sin entender lo que está pasando y con un montón de preguntas y dudas, descubriendo a la vez las pocas respuestas que nos va dando la autora.
Es una parte muy enigmática, y ese misterio que envuelve tanto a la figura del encuaderandor como a Emmett consigue ser lo suficientemente destacable para mantener el interés hasta la segunda parte.
Una segunda parte, también narrada por Emmett, que es donde se desarrolla la trama principal del libro y donde ya, por fin, vamos teniendo las respuestas que buscábamos.
El tono en este tramo es más melancólico y es que hay mucha intensidad, muchos sentimientos y un drama que te rompe el corazón.
Aquí es donde se desarrollan los personajes, se profundizan en sus vidas, sus sentimientos, las relaciones entre ellos y cómo se llegó hasta el punto en el que comienza el libro.
Es, sin duda, mi parte favorita ya que es la que más te hace sentir: te hace suspirar, enfadarte, sufrir, emocionarte...
Por último, la tercera parte, el desenlace, en la que pasamos a otro narrador, otro personaje también crucial en la trama y que no será ningún desconocido para el lector.
Y aquí es donde toda esa tensión, dolor y angustia que se había ido acumulando acaba explosionando en un final en el que todo concluirá ya, para bien o para mal.

Es una historia que se desarrolla a su ritmo, lenta y pausadamente, pero sin demora, sin perder el tiempo, con lo que no se hace aburrido en ningún momento.
Además, está muy bien escrito. Con un tono nostálgico, misterioso y algo sombrío. Profundiza perfectamente en los personajes y sus sentimientos, con lo que consigues sentir lo que ellos sienten y conectar con algunos y odiar a otros muchos.
Tengo que advertir que los que buscáis un libro de fantasía puro y duro, quizá os sintáis un poco decepcionados, ya que la magia es bastante escasa, se centra, mayoritariamente, en los libros y la forma en la que se crean, y ya está. Sí que es cierto que me ha faltado un poco más de información y de detalles de esta profesión, pero realmente esto es sólo un elemento adicional de la trama, pero no el principal, que será otro, que acaba siendo mucho mejor y una grata sorpresa.
Y para rematar todo esto, el libro plantea ciertas cuestiones morales, hay diversidad, una clara crítica a la mentalidad retrógrada de la época (que no ha cambiado en muchos aspectos hoy en día) y un romance épico.

El encuadernador ha sido toda una gran sorpresa y que puede ser de las mejores lecturas del año.
¿Lo mejor? Original, bien escrito, mejor desarrollado y con una trama que se toma su tiempo, pero que cuenta con giros y sorpresas y acaba yendo por un camino que nadie espera.
¿Lo peor? Que me dejó con ganas de más.
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Una historia preciosa, oscura y original. La forma de escribir de la autora hace que te metas absolutamente en la piel de los protagonistas, que sientas lo que sienten, su tristeza, alegría, sus ilusiones y decepciones. Un argumento totalmente original que no te dejará indiferente.

Quiero hacer una mención especial a su encuadernación que es una preciosidad, una joya, como no podía ser de otra manera, perfecta para el libro en cuestión.

El encuadernador cuenta la historia de Emmett, un chico granjero que trabaja con sus padres a mantener la granja. Después de caer enfermo y recuperarse lentamente, sus padres reciben una oferta para dejar a Emmett bajo la tutela de Seredith, una encuadernadora a la que muchos consideran bruja, que parece ser la única que lo puede curar. A pesar de él no querer, acepta por el bien de sus padres y su hermana, Alta.
Su vida con Seredith, que vive aislada de todo, se basa en hacer recuento de materiales, aprender a hacer los lomos de las encuadernaciones y dar la bienvenida a esas personas, como el joven Lucian, que vienen llorando y se van con una mirada “vacía”, pero nunca se encarga de hacer las encuadernaciones. Mientras, los ataques debidos a su enfermedad, van disminuyendo.
Después de una serie de acontecimientos, Emmett debe mudarse a la ciudad con un encuadernador en que la ética de su trabajo le da bastante igual con tal de ganar dinero. Es así cómo Emmett descubre qué es ser encuadernador, por qué la gente parece vacía y cómo se hace una encuadernación.
Los capítulos no son muy largos, rondando las diez páginas, y son muy adictivos. Lo bueno que tiene este libro es que está dividido en tres partes y que lo que habéis leído es solo la primera. La primera parte es el presente de Emmett, la segunda parte es su pasado y la tercera es el presente de otro personaje, haciendo que deje de ser Emmett el narrador.
Lo que más me ha gustado ha sido la tercera parte, porque es donde hay más tensión. Me gustaría poder hablar de las tres partes, pero sería destrozar el secreto y la sorpresa. La última parte es donde el tiempo corre muy deprisa y puede pasar de todo en un segundo.
El final me ha gustado, aunque me habría gustado un par de páginas más, o un epílogo. Me declaro seguidora de los finales en los que se ve la vida de algunos personajes en la actualidad, o pasado un tiempo, y creo que a esta novela le falta eso para ser un final de diez. Pero, y sin tenerlo, es un final de ocho y medio.
En resumen, El encuadernador es una novela llena de fantasía, sufrimiento y tensión. Con capítulos ágiles y adictivos. Con un final que deja entrever qué sucederá en un tiempo.

Emmett Farmer recibe una carta para ser el aprendiz de la encuadernadora, ese oficio es bastante discutible, los que lo practican han sido perseguidos desde hace tiempo, desde los Cruzados, son temidos y se cree que son brujos, así que cuando Emmett sale de su estupor, no entiende porque sus padres lo castigan de esa manera, vale que ha estado muy enfermo, que pensaba que se volvía loco, pero ya está bastante mejor, no lo suficientemente fuerte para hacer frente a la granja familiar, pero lo está intentando. Así que la noticia es una patada en el estómago, sus padres odian los libros, aún recuerda lo que pasó siendo niño... pero ellos son firmes, se irá, es la única salida que ven plausible.

La encuadernadora, Seredith, es una mujer mayor, algo tosca, pero que cuidará a Emmett y le enseñará el oficio, le dirá que hace las encuadernaciones con amor, a la antigua usanza, pero Emmett no lo entiende, ve que la gente entra con miedo, y sale vacías, enfurecido, asqueado y bastante aterrado, exige a Seredith que le cuente que es ser un encuadernador, y es que ellos, lo que hacen son encuadernar recuerdos, para que puedan olvidar aquello que les hace daño o les preocupa. Con ello presente, Emmett parece estar en paz consigo mismo.

Un buen día en la puerta de la encuadernadora, aparece un tipo arrogante llamado Darnay, este se queda pálido al verle, y no parará de demostrar lo mucho que le odia, Emmett no sabe la razón, tan sólo nota una sensación extraña, un sentimiento, pero no, no puede ser, no le conoce...
Pasa el tiempo, y lo más destacable fueron que descubrió las tragedias que se esconden detrás de ser encuadernador, si bien no aprende gran cosa con la bruja, pero le gusta ese sitio... y entonces la tragedia llama a la puerta, Seredith fallece, y es así como pasará a ser el aprendiz de un hombre arrogante y pomposo, de Havilland. Cuando llega a Castleford, ser aprendiz es diferente a lo que había aprendido, no la temática, sino que les mueve la codicia.

Las cosas toman un cáliz extraño cuando tiene de asistir como encuadernador a la casa de los Darnay, hay un problema con una sirvienta, si bien Emmett no cree estar preparado, no lo ha hecho nunca, el recuerdo de la joven le viene y lo hace... pero cuando hace ademán de irse, se reencuentra con Lucian Darnay, el cual como es obvio no le recuerda. Las cosas se ponen tensas, pero se ponen peor cuando realiza un descubrimiento inquietante, hay un libro con su nombre. Así que hace lo único que puede hacer, lo tira al fuego y los recuerdos vuelven....

A partir de este momento la autora nos arrojará a la segunda parte del libro, en los que nos mostrará que ocurrió para que Emmette tuviese un libro propio, y cuando los recuerdos irán a oleadas a su mente, que entre él y Lucian ha habido algo. Pero lo que parecía un reencuentro será una tortura, puesto que Lucian no recuerda nada de su pasado juntos, será entonces cuando en la tercera parte, veremos a Emmett y a Lucian enfrentarse al mundo.

El encuadernador es una historia de amor diferente, en muchos momentos agridulce, narrada de una forma preciosa, pero me esperaba más magia, saber más acerca Seredith, que pasó entre ella y de Havilland, y sobretodo me hubiese gustado saber más sobre los poderes de ser encuadernador, pequeños detalles que me hubiesen gustado saber la respuesta.
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Cuatrocientas setenta y seis páginas en menos de un día, creo que es un buen resumen de lo que me ha parecido este libro. No me esperaba para nada lo que iba a encontrar en sus páginas.

Es uno de esos libros que lo lees y piensas "ojalá lo hubiera escrito yo", y es una de esas pocas historias a la que pondré cinco estrellas (en los dos últimos años han sido muy pocas).

Como no quiero romper la magia voy a ser muy somera hablando de esta historia, porque la sinopsis no desvela ni un 10% de lo que hay detrás. Se centra sobre todo en el oficio de uno de los protagonistas, dejando entrever una novela de ficción envuelta en un mundo de libros. Sin duda trata de esto, pero guarda un secreto más: una preciosa y emotiva historia de amor.

El libro se divide en tres partes (cada una empieza con una ilustración preciosa). La primera es un tanto confusa porque empezamos en un mundo nuevo, la autora va soltando pequeñas migajas que saben a poco, abriendo cada vez más incógnitas alrededor de Emmett. La relación con su familia, su extraña enfermedad y su nuevo y complicado oficio. En la segunda, hacemos un viaje al pasado, donde conoceremos mejor a nuestro protagonista: sus orígenes, crianza y día a día. Y en la tercera hay una fusión de las anteriores donde se abren todas las puertas y el puzle va encajando pieza por pieza. 

"Los oficios de encuadernador y de doctor solían ir de la mano: ambos alivian el dolor y facilitan la llegada al mundo, así como su marcha."

No podría decantarme por ninguna, la primera es más introductoria, pero el mundo que ha creado la autora de los encuadernadores me ha parecido una auténtica maravilla, era imposible parar de leer. La intriga que había alrededor de esta profesión era casi asfixiante. La segunda y tercera son partes más emotivas y profundas, sin abandonar nunca el nexo con los libros.

"Que tu oscuridad siga latente y la luz brille antes de que así lo precises"

El estilo de la autora es envidiable, engancha desde la primera página y lleva al lector a un nuevo mundo lleno de recuerdos y páginas. He leído en otras reseñas que el ritmo es lento y que tiene mucha paja, siento decir que estoy en total desacuerdo, cada párrafo que parece a priori que es puro relleno tendrá gran repercusión más adelante. Es importante tener paciencia y disfrutar de cada capítulo, todo se va resolviendo a medida que vas avanzando, y al final no queda nada por cerrar. Me encuadernaría gustosa para volver a empezar de cero este libro y disfrutarlo de nuevo sin saber nada.

Sin duda alguna, El encuadernador entra en mi lista de libros favoritos, lo releeré más pronto que tarde. Os animo a descubrir el original mundo de los encuadernadores y a los grandes personajes que esconde esta historia (Emmett, Seredith, Lucian...).

Me ha gustado ver cómo la editorial ha respetado la cubierta original. La edición es súper bonita y en tapa dura.

Muy entretenido, pero El Encuadernador es de esos libros que una vez leídos, no recuerdas nada, no te dejan ninguna huella. Como si te hubieran "encuadernado". La portada es muy bonita, la sinopsis parece muy interesante pero la historia que cuenta tiene menos profundidad que un bidet. Que ya lo siento, pero no me ha gustao. Fin.

Tengo sentimientos encontrados con este libro.

Ha habido cosas que me han gustado mucho y otras me han dejado fría, queriendo saber más pero de ellas pero en la trama nunca se llega a profundizar en eso.

La historia comienza interesante; el misterio de los libros se me hacía muy atractivo pero, a mi parecer, se desvela todo muy pronto.
Emmet al principio no me cayó demasiado bien, no me terminaba de gustar como protagonista aunque a medida que avanza todo al final me termina convenciendo. Con Lucian me pasó exactamente igual. Cuando va transcurriendo la historia les acabas cogiendo cariño, me gusta la dinámica que tienen.
Otra cosa que no me ha agradado del todo ha sido el final. No podría explicar la razón pero no ha sido un final que me haya gustado aunque tampoco disgustado, quizás porque en general esperaba algo más de toda la trama y porque sentía que era todo muy precipitado. Puede ser que aquí también juegue un papel importante el hecho de que me haya encantado la idea general pero no la ejecución.
Creo sinceramente que el libro habría tenido que ser más largo, profundizar más en algunos aspectos e incluso haber cambiado ciertos detalles de la historia. Me da la sensación de que la autora habría necesitado un segundo libro para expandir más el mundo de los encuadernadores.

En resumen, me ha gustado pero no encantado a pesar de que la idea de los libros y los encuadernadores me parece muy buena. al final siento que al libro le falta un poco más de desarrollo aunque tampoco sabría definir dónde, es un sentimiento general que engloba todo el libro.

No era lo que esperaba

Llevado por la sinopsis, esperaba una historia de fantasía juvenil que me transportara a otro mundo. Sin embargo no es eso lo que encontré.

En cuanto al worldbuilding no esperaba algo a la altura de Rothfuss o Sanderson, pero si una construcción más sólida propias del género. Todo transcurre en un mundo que pasa sin pena ni gloria y con descripciones algo vagas que me hicieron incluso desconectar en algunos capitulos.

La trama en sí no me parece mala, pero si sentí que podría haberse tratado de otra forma. Lo que inicia siendo una novela de fantasía que te muestra lo que esperas de la profesión de Encuadernador (un oficio oscuro, incomprendido, misterioso y atractivo) se convierte rápidamente en una novela de romance juvenil en la que la tensión amorosa se resuelve demasiado rápido.

Se me terminó haciendo repetitivo y poco atractivo. Lo terminé más por orgullo que por estar disfrutándolo. Tuve la suerte de escucharlo narrado por Raúl Llorens, que me emocionaria hasta leyendo las instrucciones de un champú.

Siento que no repetiré con esta autora. La idea era buena, pero siento que no es para mí.

Al contrario que la mayoría de los libros, en la primera parte de "El Encuadernador", la autora se centra en el personaje principal, Emmet. Primero será aprendiz, pero con su maestra, Seredith, no pasará de ahí. Aprende a fabricar libros pero no sabe del contenido de estos. Hay cosas de su pasado que no recuerda, y no entiende por qué los libros están prohibidos. Poco a poco, y al mismo tiempo que Emmet, iremos entendiendo el misterio que hay en torno a los libros. Yo diría que es la parte más misteriosa del libro.
La segunda parte nos presenta a los personajes, es donde más se desarrolla la trama de esta historia. La autora convierte buena parte de la novela en romántica, y se puede intuir, casi desde el principio, que va a ocurrir entre los personajes.
El oficio de encuadernador consiste en guardar en un libro, personalizado, los sentimientos y comportamientos de aquellas personas que necesitan ocultar sus miedos, sufrimientos, secretos y todo aquello que no desean recordar. Incluso desaparecerán para siempre de la memoria. de ahí que el oficio de encuadernador no esté bien visto. Ni reconocerán a las personas que formaron parte de ese momento que quieren olvidar. Aunque si hay una manera de recuperar eso que hemos perdido. Digamos que esta parte queda casi todo resuelto. Ya lo descubriréis.
En la tercera parte, es Lucian Darnay quien se convierte en protagonista. Collins muestra quién es realmente este personaje y su vida oscura, tormentosa, como la queramos llamar. Esta parte está bien porque conoceremos mejor a Lucian, pero el final no ha causado gran sensación. Me ha resultado un poco light.
En general es un libro que me ha gusta mucho y cómo escribe Bridget Collins.
La portada y contraportada son una preciosidad; solo por eso dan ganas de comprarlo. Os recomiendo que lo leáis, no os arrepentiréis.
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