El trigo tierno

Es una preciosa historia sobre Philippe y Vinca, unos amigos que han pasado las vacaciones siempre juntos, ya que sus familias veranean juntas en la misma, casa de un pueblecito costero Bretón.

Philippe y Vinca son grandes amigos que comparten baños de mar, meriendas en la playa, tardes de pesca...
Ambos van creciendo y esos niños inocentes se van convirtiendo en unos jóvenes adolescentes que sienten que sus cuerpos, al igual que sus sentimientos van cambiando.

Es una novela de sentimientos y sensaciones que te transportan al mar, al verano de nuestra infancia donde sientes la brisa marina, el olor a salitre, el tacto de las rocas y la arena, el calor abrasador...

Es una novela breve pero intensa. Con una prosa poética maravillosa en la que vemos la confusión y el miedo a los cambios de estos dos adolescentes y al despertar de la sexualidad, los celos, el amor...
Novela muy tierna, ideal para el verano.

"El trigo en ciernes" (También editado como "El trigo tierno") narra la relación de amistad-amor entre Philippe y Vinca, dos adolescentes de dieciséis y quince años que se conocen y juegan desde niños y en los que la adolescencia despierta sentimientos y pasiones de adultos.

Colette mantiene en esta novela el estilo narrativo que descubrí hace poco en "Dúo". Su prosa es exquisita y pura poesía. En cada párrafo hace que "veamos" todo lo que describe, desde paisajes a gestos e incluso sentimientos de los personajes. La acción se desarrolla durante un verano en la casa costera donde los dos jóvenes veranean con sus familias desde siempre; gracias al estilo narrativo que comento podemos vivir ese verano con ellos, oler el mar, escuchar las olas, acompañarlos en sus paseos al atardecer y compartir sus secretos y jornadas de pesca.

Es una novela que nos habla, principalmente, del paso de la niñez a la adolescencia, de cómo los afectos cambian de forma y aparece el deseo sexual, de las diferentes maneras de vivir y afrontar todo esto por parte de los protagonistas según las convenciones sociales/morales/culturales de la época (1923) asignadas a cada género. Pero aquí me gustaría hacer un inciso para hablar de algo que hace la autora en lo leído de ella hasta el momento y que me encanta: otorga a los personajes femeninos actitudes que para nada eran lo "correcto" para las mujeres de su época (por ejemplo el disfrute de una sexualidad elegida libremente). Muestra una revelión frente a esas convenciones que en su momento debieron ser bastante impactantes para sus lectoras/es. Quizá por ello en "El trigo en ciernes" se vuelven a reconocer datos autobiográficos de la autora en el papel de un tercer personaje que aparece para poner aún más patas arriba su ya agitado mundo emocional, y hasta aquí puedo escribir sin hacer un spoiler considerable.

Con el paso de las páginas acompañaremos a Phil y Vinca en esa transición y ebullición de sentimientos y deseos propios de esa etapa de la vida en la que ninguno es ya un niño -ni quiere serlo- pero que tampoco es aún adulto -por más que nos lo creamos-. Viviremos con ellos los descubrimientos que se les vienen encima en cuanto a responsabilidades adultas y el caos psicológico que esto les provoca. Contemplaremos el desamor, los celos y la traición, pero también sonreiremos al recordar nuestra propia adolescencia y la intensidad con la que lo vivíamos todo, incluídos esos enamoramientos que creíamos eternos.

Recomiendo sin dudar leer esta novela de poco más de 150 páginas no tanto por lo que cuenta Colette sino por cómo lo cuenta: una auténtica delicia.

Es una historia donde no es importante lo qué sucede, sino cómo Vinca y Phil afrontan el verano donde dejan de ser niños. Me fascinó la manera que tiene Colette de situarnos en el escenario y de conocer los sentimientos de los personajes, que no tanto la trama. ⁣

Esta es la historia de Philippe y Vinca, dos amigos de la infancia que veranean en el mismo pueblo de la Bretaña francesa. En este momento de la novela él tiene 16 años y ella 15 y vemos los cambios que suponen el paso a la adolescencia y una atracción que surge entre ellos.

Creo que consigue reflejar muy bien esa etapa porque los personajes tienen conductas difíciles de soportar y a la vez les coges cariño, además al centrarse en ellos los adultos solo forman parte de fondo.

Lo más bonito ha sido la forma de narrar, es muy descriptiva y envolvente y hace que te sientas en ese pueblo lleno de azules y mar.

Colette me ha acompañado durante dos tardes en las que he devorado el libro. A lo largo de una hermosa y delicada historia, en la que de forma bastante poética nos adentra en uno de los veranos que comparten Phillipe y Vinca, dos adolescentes que van descubriendo sentimientos el uno por el otro.

Vamos poco a poco conociendo la historia de estos dos personajes, que coinciden cada verano a lo largo de sus vacaciones en una casa compartida, alquilada por sus padres. Una casa situada cerca del mar, donde la autora, con detalladas descripciones, hace que podamos por momentos escuchar y oler el mar, viajar y evadirte, en este entorno costero que tan bellamente nos evoca, así como a compañar junto a los protagonistas a lo largo de los baños de mar, excursiones, meriendas en la playa, o largas jornadas de pesca.

Este verano, Phil tiene ya 16 años, y Vinca 15, una edad en la que comienzan a despertar los primeras sensaciones de pasión y enamoramiento, viviendo el verano como unos adolescentes que sufren por que no acabe nunca la época estival, con miedo a que llegue septiembre y su vuelta a la realidad. Vemos un cambio en ambos adolescentes a la hora de ir creciendo y su evolución ante lo que sienten el uno por el otro. Siempre se habían mirado desde la infantil inocencia, pero ha llegado el verano donde comienzan a sentir cómo se enamoran el uno del otro y se ven de manera diferente.

A mitad de novela vemos como durante este verano, Philippe es seducido por una mujer mayor, y a raíz de aquí comienza una historia de la que no quiero desvelar, pero donde las inseguridades de la edad, los celos y la confusión, hace que Colettte nos meta en la mente de ambos personajes con los diferentes cambios de humor y sentimientos de cada uno; donde el amor, se mezcla con el desamor y la traición.

En resumen, un libro muy fresco y perfecto para esta época en la que nos hace revivir uno de esos veranos, en los que si miramos hacia atrás, nos sentimos parte de la historia que nos propone Colette, volver a nuestra adolescencia y sentir cómo nos encaprichamos de tu compañero de verano.
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El trigo tierno nos habla de ese verano en que dos amigos de la infancia, dan el paso de la infancia a la adolescencia, esa fina línea que separan los juegos infantiles, la inocencia, del despertar sexual, de las miradas incómodas, de las sensaciones y sentimientos encontrados, del amor entre adolescentes, de los celos e inseguridades cuando, alguien se interpone en la relación que han mantenido desde niños y la desesperación de la separación cuando se acabe el verano.
Una pequeña novela con una maravillosa prosa poética, sutil, muy sensible y sensitiva que te transmite los olores de la playa, el tacto de las rocas y la arena, los colores de anochecer, un libro muy delicado en forma y contenido.

Para la premisa "Un libro escandaloso" del #retoedwardianspirit, este libro nos va a meter en el amor juvenil, en ese paso de la amistad infantil a algo más profundo. Pero para Philippe, además, va a suponer el entrar de lleno al amor adulto, interponiéndose así una mujer en la relación que el siempre creyó tener con Vinca.La manera de escribir de la autora hace sentir ese rubor, los pequeños roces e incluso el ambiente que rodea a los protagonistas

El último verano de Philippe y Vinca. El despertar de un amor adolescente: confuso, doliente, irracional, contradictorio, dulce a veces, insolente otras, un “no sé qué quiero” pero “eres mía” (o mío). Un “Volverá… No hay más que esperar…”
Colette desgrana en esta novelita de apenas 200 páginas una historia que nos resuena a casi todos los que hemos vivido un enamoramiento de verano, de playas arenosas, de indolencia tirados en la arena bajo el sol bajo la mirada furtiva del objeto amante, o amado. La infancia se diluye y llega el despertar de otros sentimientos que los jóvenes no saben encajar ni manejar.
Su prosa, llena de maravillosas descripciones, de esas que invaden tus sentidos y te transportan en brazos de colores, aromas, sonidos y hasta sabores, me ha encantado.
Sin embargo, no es una lectura sencilla, a veces he tenido que leer varias veces las frases para entender los dobles o triples sentidos que encierran las diatribas internas de los personajes consigo mismos. Es un librito para releer y quizás sorprenderse con nuevas interpretaciones de ciertos momentos una vez que conoces la historia.
¿Lo habéis leído? ¿Os ha gustado?

Vinca y Philippe son amigos desde siempre y, como todos los veranos, las dos familias se unen en un pequeño pueblo costero de Francia para pasar juntos las vacaciones. Ambos pasan los días en la playa y bañándose en el mar, sin embargo, este año los dos notan cosas diferentes a años anteriores. Ya no son un par de críos que se conforman con reír y jugar juntos. Son dos adolescentes cuyos cuerpos están cambiando y sus curiosidades de ahora nada tienen que ver con las de antaño.
Con este libro, Colette nos hace ver la evolución que experimentamos cuando pasamos de la niñez a la adultez, reflejando entre sus páginas esa efervescencia adolescente tan característica y esos inicios, donde nos damos cuenta de que ya no somos los mismos de antes, y que tanto nuestro cuerpo como nuestra mente han sufrido un gran cambio. La autora retrata la magia de las primeras veces de una manera dulce, sin llegar a herir sensibilidades.
Aunque en ocasiones Vinca me ha resultado un tanto pesada, no he podido evitar sentirme identificada en algún momento con ella, con esos sí pero no, con esos cambios bruscos en las decisiones que toma.
En el caso de Phil, nos ha adentrado de lleno en los pensamientos de un adolescente, que quizá para mí ha llegado a la edad adulta precozmente, a manos de la señora Dalleray. Hay de hecho una parte en la historia de éstos, en los que no me queda claro lo que llega a pasar.
Pese a todo, me quedo principalmente con una historia donde, aunque no se llega a contar mucho, a los personajes les pasa de todo. Es para mí una concentración de emociones, cambios y sentimientos, perfectos para hacer de este libro una gran aventura de verano.

Los últimos días los he pasado en un pueblo costero de la Bretaña francesa con Phil y Vinca, dos amigos que, después de pasar todos los veranos de su vida juntos, se dan cuenta de que algo ha cambiado entre ellos. Aunque no quieren aceptarlo y no entienden qué les pasa, los juegos infantiles y las jornadas de pesca se llenan ahora de sentimientos contradictorios, reproches, celos y despertar sexual.

La prosa de Colette me ha hechizado con su sutileza y sus evocadoras descripciones me han trasladado a los acantilados, donde el olor de mar se mezcla con la de lavanda; y a los días de verano cuando estábamos a caballo de la infancia y la adolescencia y nos sentimos en alguna ocasión como Phil o Vinca.