Delito

El miedo es un acosador cobarde que se vuelve chiquitito cuando lo desatiendes.

A veces es lo único que se puede hacer por alguien que sufre, estar a su lado, en silencio, esperando. Estar ahí para lo que haga falta, para cuando esa persona esté preparada y grite, o llore, o dé puñetazos a la pared. Solo quedarse junto a ella. Y aguardar.

Le mentirá para que duela menos y pueda empezar a curarse.

Siempre ha creído que para ser feliz tiene que dejar de pensar porque si no piensas ni esperas, ni sufres.

Solemos olvidarlo, pero lo que quedará de nosotros cuando ya no estemos es el tiempo que le dedicamos a lo que de verdad importa en nuestras vidas: la gente que nos sostiene cuando estamos a punto de caer.

Bajar a discutir el barro es pringarse de mierda sin necesidad. Y allí ya hay suficientes cerdos.

No puedes volar si tienes los zapatos llenos de miedo.

- ¿Diez personas?
- Pues... eso... diez personas se han tirado a la vez desde la séptima planta del hotel de la Plaza de España.

Solemos olvidarlo, pero lo que quedará de nosotros cuando ya no estemos es el tiempo que le dedicamos a lo que de verdad importa en nuestras vidas.

Tengo demasiada memoria para ser simpático con todo el mundo.