El cuarto de la plancha

Este libro no es una novela de ficción o novela basada en hechos reales. Es algo más personal, es como leer un diario donde la autora recoge sus recuerdos, sus sentimientos y sus ideas y las plasma en estas páginas. No esperéis un orden cronológico ni capítulos separados para cada familiar o época. La autora empieza explicando algo y luego lo retoma en el siguiente capítulo o más adelante. Explica anécdotas, revive el pasado y abre sus heridas para dejarnos conocer su historia y relatarnos la relación tan especial que tiene con su gran familia.
A destacar de todo lo que cuenta es la historia de su madre, que enviudó con 41 años y nueve hijos. Ella sola cogió a su familia y dejó el pueblo para irse a Madrid a intentar sobrevivir. ¡Qué mujer más valiente! Otro personaje que me impactó fue la segunda mujer de su abuelo, una mujer con un papel secundario y una historia muy triste.
Sin embargo, la relación con su hermana gemela, Dulce Chacón, y después a los 49 años su pérdida, es lo que más eclipsa esta novela. No es para menos, esa conexión que tienen entre ellas, las vidas que llevaron siempre juntas o separadas pero siempre unidas por ese hilo invisible que las unía porque aunque ya Dulce no esté físicamente, ella es parte de su hermana.

Un 𝘱𝘦𝘳𝘰 sería que no da nombres propios y va dando explicaciones de cada una de las personas para que sepamos quiénes son. Además, una narrativa lineal evitaría las repeticiones y lo hubiera convertido en un libro excelente para mi gusto.
Esos detalles que no me han gustado se difuminan en la forma de escribir de la autora, escribe tan bonito que da lo mismo lo que estés leyendo porque plasma sus sentimientos y experiencias de forma muy hermosa.
En definitiva, esta novela es el homenaje a todas esas personas que le han rodeado y han sido parte de ella. Como dice la canción de Antonio Orozco, 𝘌𝘴𝘵𝘰𝘺 𝘩𝘦𝘤𝘩𝘰 𝘥𝘦 𝘱𝘦𝘥𝘢𝘤𝘪𝘵𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘵𝘪, es lo que es Inma Chacón y nos lo ha querido contar en esta novela tan intimista y personal.

No suelo leer ficción pero este libro llegó a mis manos y no me pude resistir a él. Y es que Inma Chacón me encanta. Desde “Tiempo de arena” (2011) para aquí he leído todas sus novelas y todas me han encantado. Por eso decidí leer el libro aunque, al ser no ficción, me daba cierto reparo.

Éstas son mis impresiones

No hay un argumento propiamente dicho en este libro. “El cuarto de la plancha” es Inma Chacón y su familia. Un homenaje precioso a toda su familia, especialmente a su madre. Una madre que cuando empezó a escribir este libro era muy mayor.

Los padres de Inma tuvieron nueve hijos, dos de ellos gemelas: la propia Inma y su hermana Dulce. Probablemente conozcáis a Dulce Chacón, escritora de libros como por ejemplo el maravilloso “La voz dormida”. El padre de Inma murió demasiado joven, cuando sus hijos aún eran pequeños, la mayoría niños. ¿Cómo se las arregla una mujer sola para criar y educar a nueve hijos? Pues siendo una mujer tan fuerte como la madre de Inma.

Inma nos cuenta cómo su madre decidió irse a Madrid con toda su prole y allí ponerse a trabajar. Nos hablará del colegio en el que Dulce y ella estuvieron internas, de la vida con tantos hermanos, de los juegos a los que jugaban, de lo que se querían y lo que discutían, de la casa del pueblo... Una infancia marcada por la tragedia de la muerte de su querido padre pero una infancia feliz de risas y juegos. También nos cuenta lo que pasó después cuando todos crecieron y se convirtieron en adultos. Se centra en su hermana Dulce, en su madre y en ella misma aunque también nos habla cuando toca del resto de sus hermanos, cuñados y cuñadas, sobrinos, etc. Conoceremos así a la familia Chacón, un auténtico clan, una tribu, donde todos se quieren y se apoyan. Todos aglutinados alrededor de su madre, la matriarca.

El libro está lleno de anécdotas, tanto de la infancia como de la juventud y la edad adulta. Algunas te hacen sonreír imaginando lo bien que se lo pasaba esta gran familia. Otros te pellizcan el alma y otros te hacen llorar. Porque en la familia de Inma, como en todas supongo, ha habido muchas alegrías pero también muchas desgracias. Pérdidas insoportables como la del padre o de su gemela Dulce. Nos habla de la relación tan especial que existe entre dos gemelos, contándonos anécdotas que nos acercan a cómo debe ser tener alguien que es exactamente igual que tú y con quien sientes una conexión especial.

El libro es una especie de biografía novelada de la familia Chacón. Un libro que transmite muchísimas emociones y que a veces se te mete en la piel. Me ha dado mucha envidia su familia, no lo voy a negar. Yo soy hija única y no me puedo imaginar del todo cómo puede ser vivir con tanta gente en casa, con alguien que es igual que tú, con hermanos con los que juegas aunque también te peleas. Me ha encantado la forma de vida de la familia Chacón. Como me ha encantado su madre, una mujer fuerte que arreó con lo que la vida le puso por delante pero que siguió siendo, ante todo y sobre todo, madre. Ese pilar que sujeta a la familia entera. Una madre a quien sus hijos adoran, en quien confían, a quien van a contarle todo, a quien luego –cuando llegan sus últimos años- quieren, cuidan y arropan amorosamente.

Inma se desnuda en cuerpo y alma y nos muestra lo más personal de su vida. Creo que a los que amamos su literatura y la de su hermana Dulce nos encantará este libro. Tengo más dudas con quienes no hayan leído nada de la autora. No sería el libro con el que yo recomendaría estrenarse con una autora que merece muchísimo la pena pero, aún así, creo que tiene mimbres para gustar a cualquiera que guste de las historias de familia llenas de emociones y sentimientos.

Lógicamente, todo el libro está escrito en primera persona por la propia Inma. No utiliza nombres propios pues su madre es mamá y, a partir de ahí, todos los demás recibirán un título similar: papá, mi gemela, mi tía, mi pareja, mi primer marido, el hermano mayor, el que va detrás de nosotras, etc... Tampoco se utilizan nombres de lugares salvo Madrid. No obstante, si no sabéis de dónde viene la familia Chacón (yo lo sabía antes de leer el libro porque hace unos años me alojé allí e incluso vi la placa dedicada a Dulce), no tenéis más que buscar en Google.

Conclusión final

Me ha gustado mucho este libro real lleno de anécdotas para reír e historias para llorar. Un libro sincero y verdadero escrito con delicadeza y, sobre todo, con mucho amor.

Enlace: https://librosquehayqueleer-..

El cuarto de la plancha es la historia familiar de la autora tejida entre sus recuerdos y los de su madre. Una historia en la que, sin mencionar ningún nombre, Inma retrata perfectamente a cada miembro de su familia física y emocionalmente.

Las páginas de El cuarto de la plancha están llenas de momentos de todo tipo: momentos duros, tristes, divertidos, alegres y, sobre todo, emotivos, porque si algo deja claro la autora es el gran amor que siente hacia su familia y los sentimientos tan fuertes que unen a todos sus miembros, en lo bueno y en lo no tan bueno.

Tuve la suerte de asistir hace unos días a la presentación y firma que Inma hizo en mi ciudad y nos habló de muchas cosas pero sobre todo de lo que escribir este libro ha supuesto para ella. Es un homenaje a su madre y a su hermana gemela, Dulce Chacón, para mí una autora muy especial también desde que leí La voz dormida, y me emocionó mucho la forma en la que la tiene siempre presente.

En definitiva, El cuarto de la plancha es un libro lleno de sentimientos y emociones y recomiendo su lectura encarecidamente. Recoge muchas frases que me han marcado pero me quedo con una en especial:

«La vida me ha enseñado que empieza muchas veces y todas merecen la pena vivirse».

El cuarto de la plancha es un homenaje a todas esas madres valientes y decididas que lo dan todo por sus hijos, es un homenaje a esos hermanos que lo son todo y que aun no estando presentes siguen estándolo, es un homenaje a la familia.

Inma Chacón nos sorprende con un libro muy personal en el que nos relata parte de su vida, de sus recuerdos, vivencias y anécdotas. Muchas de ellas junto a su gemela a la que le unía un vinculo muy especial.
Otras son anécdotas y vivencias de su madre, su abuela, su padre o su tia y que han ido pasando de generación en generación hasta quedar grabadas para siempre en este libro. Hilando todo esto ha dado lugar a una especie de autobiografía muy natural. de hecho parece que te estés tomando un café mientras Inma nos relata todo ya que van saltando los capitulos sin un orden establecido.

Me he emocionado con algunos sucesos, con otros se me ha puesto la piel de gallina y con otros me he reído mucho porque la vida que hay detrás de la familia de la autora es muy interesante.

He descubierto datos de los que no tenía ni idea como que podría estar emparentada con Carolina Coronado (1820-1911) poetisa y gran referente en Extremadura entre otras cosas muy curiosas.

En definitiva, ha sido una lectura muy buena.

Historia familiar como homenaje a su madre, una mujer fuerte, viuda muy joven, que tuvo que sacar adelante sola a su numerosa familia.
En estos recuerdos familiares también destaca el personaje de la hermana gemela de la autora.
No la puntúo más alto porque creo que pierde mucho al no haber una linealidad en la trama.