La peste

Aunque empieza de una forma interesante y todo lo que cuenta es totalmente actual, lo cierto es que a mí me ha acabado aburriendo y resultando excesivamente monótono.

Me temo que la pésima traducción de la edición que he leído ha tenido mucho que ver en esto, porque sé que es un gran libro.

Esta novela de Albert Camus narra el día a día de los habitantes de una ciudad que se ven forzados a hacer una cuarentena para frenar el avance de la peste.
Sinceramente, este es uno de esos libros a los que no le cambiaría nada, es perfecto. Tanto los personajes como la interacción entre ellos es impecable.

En lo personal, la lectura me pareció algo cansada, tiene una increíble forma de redacción que te lleva de un punto a otro diferente sin salirse de la trama.
Es un gran libro, impone diversos aspectos de la sociedad, que incluso hoy día, con la pandemia, se está viviendo.

Recomenzar o la búsqueda de la ternura.

Fue Orán como pudiera ser cualquiera de nuestras ciudades europeas. En el siglo XX como podría ser hoy mismo o hace diez siglos. La reacción de la psique humana ante la enfermedad convertida en el dragón de Juego de Tronos. La muerte como aviso a navegantes: hagan el amor mientras puedan. Y báñense en el mar como si fuera la última vez. Cualquier día, a cualquier hora, las ratas desaparecen y, con ellas, las existencias de los cafés, los mariscos, las películas de estreno, los hijos... Y el tren que querías coger un día de estos para abrazar a quien quieres de verdad dejará de parar en la estación. Y cuando lo vuelva a hacer ya no tendrá sentido.

La peste, Albert Camus (1947). Es una novela que tiene diversos planos de lectura: casi tantas como personajes, porque cada uno de ellos representa una línea de pensamiento y una reflexión profunda. El contenido moral se manifiesta de golpe en un símbolo más poderoso que cualquier desarrollo teórico: una epidemia de peste en la ciudad de Orán que representa una era de tormentos y muerte en el mundo.
Un libro imprescindible de leer, porque habla de la sociedad. Una sociedad enferma, anestesiada, donde las cosas no son lo que parecen, donde el símbolo, el arte, son subversivos. En suma, es comparable a "Violencia" de Alejandro Obregón o a "Los dinosaurios" de Charly García. Obras que nombran sin nombrar, reclaman sin mencionar a quién. Están ahí para recordarnos que la verdadera pandemia y la verdadera distopía, son un mundo en crisis moral.

“Lo que me interesa es ser hombre” dice el doctor Rieux a Tarrou en una de sus conversaciones, pues esencialmente eso es lo que manifiesta esta obra, el interés por el ser humano, por su bienestar, mostrando el sinsentido o lo absurdo del sufrimiento y el dolor.

La Peste narra una epidemia de esta enfermedad en Orán, ciudad en la costa de Argelia, donde esta terrible enfermedad ataca a la población obligándola a cerrar la ciudad aislándola del resto del mundo. Esto da pie a observar como la enfermedad que va atacando a la población, y como el propio aislamiento al que se ven sometidos, va dejando huellas en los ciudadanos, afectando todos los aspectos de sus vidas, tanto físicos como psicológicos. Atacados por el miedo, la enfermedad y la incertidumbre, los ciudadanos van alterando por completo sus vidas cotidianas. Esta epidemia da pie a que los individuos muestren lo mejor o lo peor de ellos mismos.

El Doctor Rieux, cronista de la obra, aunque hasta al final no se revelará, muestra su solidaridad a los hombres ejerciendo su profesión de manera exhaustiva, desde los primeros indicios de la enfermedad hasta el final de la epidemia; perdiendo siempre la batalla ante la peste, pero luchando incansablemente con todas sus fuerzas hasta el fin por solidaridad y amor al hombre.

A Albert Camus le preocupaba el hombre, y defenderlo ante cualquier mal, alejándose de etiquetas, ideologías o religiones. Aunque ha sido incluido dentro de la corriente filosófica del Existencialismo, él nunca se identificó dentro de esta escuela. Camus en La Peste se sirve de un puñado de personajes para hablarnos de la condición humana. de cómo los hombres pensamos, actuamos y sentimos en circunstancias normales y en circunstancias excepcionales. Albert Camus fue galardonado con el premio nobel en 1957 con apenas 44 años y falleció en un accidente de tráfico tres años después con sólo 46 años.

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si en El extranjero, la primera obra que leí de este autor, me encontré con una visión muy pesimista de la condición humana, aquí vuelvo a encontrarla, pero con un añadido. Hay un rayito de esperanza. En una ciudad asolada por la enfermedad, por la muerte, la solidaridad entre algunos de sus habitantes para hacer frente a estos terribles momentos que están viviendo, nos devuelven nuestra fe en la humanidad.

Son tres los personajes principales de esta historia, tres personajes que luchan juntos hasta el final para vencer a la peste. Pero por cada día que pasa, sus esperanzas van disminuyendo. Y a pesar de eso, siguen luchando. Rieux, el médico, casi obligado por su profesión, luchará hasta el final. Paneloux, el cura, aunque muestre en ocasiones dudas en sus creencias, al final su fe se verá fortalecida y será la que le ayude a superar todos los obstáculos. Y Tarrou, que estará luchando y alentando a sus amigos hasta el final.

Pero esta solidaridad presente en el libro no evita que Camus nos deje escenas algunas angustiosas. Parece que nadie va a salvarse de esta cruel enfermedad. Si no es la propia muerte, es la muerte de un ser querido. Es la pérdida de la ilusión, es la pérdida de las ganas de vivir, es la resignación ante un final que parece inevitable. Camus logra que nos sintamos en Orán, que suframos esa peste, que nos desesperemos, que nos asfixiemos, que luego aceptemos y aprendamos a vivir con esta terrible enfermedad. Aprendamos a vivir una vida que parece carecer de sentido. Se va viviendo día a día, pretendiendo recuperar una normalidad que no hay. Todos intentan volver a sus actos cotidianos pero sabiendo que, hagan lo que hagan, la peste está ahí, esperando... Sabiendo que si logran salir de ésta, su vida ya no será igual. Que la peste ya ha destrozado la vida de todos... Que rehacer sus vidas ya no va ser fácil...

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Leí este libro hace un par de años, durante las vacaciones de verano. Leído desde la tranquilidad del veraneo en "El Cascajo" con la familia, me pareció un libro de una gran profundidad. Ahora, cuando lo recuerdo, creo que debería ser de lectura obligada.

Pesado de leer en gran parte, en tono filosófico sobre todo, se anima un poco hacia el desenlace. Quizás haberlo leído durante el periodo de confinamiento tuvo algo que ver con todo esto, demasiadas similitudes...

La historia transcurre en la ciudad de Orán, en plena epidemia de la peste, que provoca sufrimiento y muerte a su paso.

Sus personajes son los habitantes de la ciudad, una ciudad viva con las calles bulliciosas. El personaje principal es el doctor Bernard Rieux, que dedica su vida a salvar a los demás, arriesgándolo todo. El doctor nos narra de principio a fin las reacciones de los vecinos, con sus amores, desamores, éxitos y fracasos.

En un momento dado la ciudad se cierra para sus habitantes y nadie puede salir, separando familias para evitar que la enfermedad se propague. El problema final es que la peste no muere ni desaparece, aunque parezca que la ciudad lo haya superado, y los habitantes de Orán viven ajenos a la verdad.

Su autor tiene una prosa impecable, nos narra los hechos de tal manera que parece que los vivimos junto a sus personajes.