Escrito en primera persona desde el punto de vista de Mo, una vaca de la posguerra. Es una vaca de las listas que, dándose cuenta de que va envejeciendo, decide escribir su diario. No me ha terminado de convencer, mezcla palabras en francés sin traducirlas y me ha resultado muy repetitivo con algunas frases. Lo que sí me ha gustado es la sencillez con la que explica las cosas, me ha hecho mucha gracia “la vaca de Troya”. Esperaba divertirme más, la trama se me ha quedado muuuuuy sosa y estoy segura de que si lo hubiera leído de joven, que es al tipo de lector que está destinado, no lo hubiera ni acabado. No voy a recomendarlo. |