Pedro y el Capitán es una obra teatral escrita por Mario Benedetti, publucada en el 1979 y estrenada por El Galpón en 1978. En escasas cincuenta y cinco páginas es una denuncia de las prácticas de torturas contra militantes sociales y políticos que aplicaban las dictaduras latinoamericanas con el beneplácito del gobierno estadounidense. No hay una ubicación espacial del drama por lo que puede tomarse como una denuncia de todas las dictaduras que asolaron "el patio trasero de los yanquis" y que se instrumentalizaron para neutralizar la amenaza revolucionaria. Tampoco hay una identificación precisa de los protagonistas lo que ayuda a la universalización de esas denuncias contra las practicas de torturas. En la obra se los responsabiliza directamente de la capacitación de los torturadores latinoamericanos en Fort Gulick que era la tristemente famosa Escuela [de apremios físicos] de las Américas y nombrando al capacitador en torturas Dan Mitrione y que las practicaba en el gobierno electo democráticamente del colorado de Pacheco Areco, ajusticiado por el MLN en 1970. El argumento es sencillo es un diálogo entre un torturador "bueno" (autocalifcación) y un prisionero. Ese diálogo está entrecruzado con los valores personales de cada uno de los protagonistas orgullo, solidaridad, compromiso, lealtad, miedo, amor y la dignidad. Pero, también, la libertad, el valor y el significado de la vida y la importancia de la creencias. Cuatro actos, bastaron para plantear tan profundas cavilaciones en las que los personajes cambian de roles de interpelado a interpelante y que un final inesperado muestra la doble sensación de orgullo y la dignidad de la derrota y la vergüenza y lo abyecto de otras derrotas. Leído un 20 de mayo el libro adquiere otro significado más profundo aún, la necesidad de la memoria colectiva. + Leer más |