Es curioso cómo irrumpe la gente en nuestras vidas. Un día no existe para ti y apenas un mes más tarde, volteas la cabeza con los ojos cerrados cuando alguien lleva su perfume en el metro. De la nada al todo más etéreo.
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Es curioso cómo irrumpe la gente en nuestras vidas. Un día no existe para ti y apenas un mes más tarde, volteas la cabeza con los ojos cerrados cuando alguien lleva su perfume en el metro. De la nada al todo más etéreo.
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No hay que olvidar lo que nos trajo a dónde estamos. Así no perderemos de vista adónde vamos.
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Cuando comprendas que menos gente supone menos problemas, dejarás de querer ser amigo de todo el mundo.
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Lo que opinen los demás es un monstruo al que alimentamos con nuestra vergüenza y nuestras explicaciones y que termina por comerse nuestra vida. Si hacemos una cosa, nos criticarán por ello; si hacemos lo contrario, también. Si no se puede contentar a todo el mundo, ¿por qué no intentar, al menos, complacernos a nosotros mismos? Ser felices.
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Si no se puede contentar a todo el mundo, ¿por qué no intentar, al menos, complacernos a nosotros mismos?
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La vida ya no es la misma cuando pruebas a verla tras un cristal translúcido al que le limpias tus miedos.
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Enamorarse de nuevo es complicado. Es duro también. Asusta muchísimo. Y cuando has crecido y madurado lo suficiente como para entenderlo, más aún. Creo que por eso lo he llevado tan en secreto. Un par de amigas aquí lo supieron casi desde el principio, desde que empezó, claro. Fue difícil esconder las mejillas sonrojadas cada vez que llegaba un mensaje, las prisas por salir algunos viernes y esos fines de semana en los que no estaba disponible para ningún plan que me propusieran. Al final, a la fuerza, tuve que decirlo en voz alta: —Me he enamorado. |
Querer a alguien es aprender a no esperar que llene todos tus vacíos; que comparta su camino, que lo haga coincidir con el tuyo, es lo realmente valioso.
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SIEMPRE estamos a tiempo de echar abajo algo que creímos importante en el pasado y sustituirlo por algo que nos haga mejores. Y felices.
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A veces no buscamos las cosas, a veces nos encuentran
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El platillo llamado Duelos y Quebrantos (torta de huevos, jamón y chorizo) aparece en: