El mago de Oz

Tenía ganas de atacar a este clásico. Me ha pasado lo mismo que en todas las historias que ya conocía por películas, series y demás: el texto original siempre sorprende. Es un cuento más infantil de lo que pensaba, pero muy entretenido de leer. Además, crea página tras página un mundo muy poco explicado, pero que tiene pinta de ser muy interesante. Comprendo por qué, con posterioridad, otros autores han inspirado sus novelas en el mundo de Oz (como la maravillosa Wicked, memorias de una bruja mala, y el resto de las novelas que la siguen). Más que recomendable.

El Mago de Oz (1900), encumbró a su autor, #LymanFrankBaum e inició su serie de trece relatos ambientados en sus tierras. Además, realizó su adaptación musical para la que su amigo #WilliamWallaceDenslow, ilustrador de sus obras, diseñó escenografía y vestuario. Fue tal su éxito, que con las ganancias se compró una isla en las Bermudas y se proclamó Rey Denslow I.
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Decía el Espantapájaros que él le pediría al Mago un cerebro en lugar de un corazón, porque un idiota no sabría qué hacer con un corazón si tuviera uno. de niña yo le preguntaba a mi abuelo cómo alguien podría desconocer eso. Y él me miraba en silencio, pensando quizá en todos los capítulos de mi vida que estaban aún por escribir y cuántos secundarios secundarios por conocer, para que le diera la razón al hombre de paja. Pero el Hombre de Hojalata respondía que prefería un corazón, ya que el cerebro no te hace feliz, y la felicidad es lo más maravilloso que existe. Y el recuerdo de mi abuelo y yo pintando amapolas enloquecidos sobre la mesa de la cocina, para que yo escenificara el momento en el que Dorothy cae redonda debido a su efecto narcótico, me hace muy, muy feliz.
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El Mago de Oz es la historia de mi infancia. Saltando sobre las baldosas blancas de la Calle Corrida, golpeando los tacones de los zapatos de mi abuela, subiéndome al lomo de todo león de piedra que nos encontráramos y colocándome las gafas de sol que mis abuelos se trajeron de Alemania, con sus perfectos cristales verdes, ideales para que todo fuera la Ciudad Esmeralda. Y todo el día con la cabeza en Oz. ¿Qué mejor lugar para perderse?
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*¿De qué se trata la novela?
La pequeña Dorothy vive en Kansas con su tía Em, su tío Henry y su perrito Toto. Un día se produce un tornado y Dorothy no alcanza a refugiarse en el sótano con sus tíos. El viento se lleva volando la casa y la hace aterrizar en el país de Oz.
Es un lugar mágico, pero Dorothy lo único que desea es regresar a Kansas. Por eso emprende un viaje hasta la Ciudad Esmeralda, donde vive Oz, el Gran Mago, de quien le han dicho que puede cumplir cualquier deseo que se le pida. Por el camino se encontrará con el Espantapájaros, el Hombre de Hojalata y el León Cobarde, amigos que la acompañarán y la ayudarán a sortear los diferentes peligros que irá encontrando
*Opinión personal
Es una preciosa novela de literatura infantil, llena de aventuras fantásticas que se enlazan una con la otra, lo que le da un ritmo muy ágil y divertido. Está escrita en un lenguaje sencillo, apto para el público infantil, pero a la vez muy bien tramada, la lectura adulta permite descubrir las pistas que el autor va dejando en el texto y adelantarse a las situaciones que van a ocurrir o a los sucesos que se van a ir develando.
La historia deja varias enseñanzas, pero las que más destaco son: el valor de la amistad, la importancia del autoconocimiento y el aprecio por las cosas que uno ya tiene.
Un clásico infantil que aún en la actualidad se lee con placer.
Como complemento de este libro les recomiendo la película “Oz el Magnífico”, que nos narra los acontecimientos previos a la novela, y nos introduce más en ese país mágico y lleno de maravillas.

Me ha resultado una lectura muy alegre y bonita, con una narración sencilla, sin florituras; pero con un bonito e importante mensaje sobre la autoestima y cómo la confianza en uno mismo puede cambiar las situaciones con las que nos cruzamos en la vida. Me han encantado todos sus personajes, aunque en especial me quedo con el Espantapájaros a quien vemos poco a poco brillar y evolucionar, sin darse cuenta, conforme avanza la historia.
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Este título se considera como un clásico dentro del género fantástico y algunos lo consideran como una comparación de una sociedad económica con sátira política y social.

Lo curioso de todo este asunto, es que mientras me fui adentrando en la lectura no encontré ninguno de los aspectos que había leído tanto en diversas reseñas. al contrario, encontré la lectura bastante ligera y pude apreciar algunas diferencias respecto a su adaptación cinematográfica (como el que las zapatillas son plateadas y no rojas en la obra).
Sin embargo, eso no quita que el texto en sí mismo sea disfrutable. Es ligero y se puede hacer reflexión sobre las moralejas que contiene la obra como la confianza en uno mismo, la valentía, la inteligencia, entre otros.
Diría que la adaptación cinematográfica es una de esas raras veces logra superar la obra literaria haciendo que aquellos ligeros cambios en la historia se convierta aún más interesante.
Por lo que podría decirse que es una lectura con la que podrían comenzar los niños para aprender de los valores e ir tomando el gusto por el gusto de la lectura conforme vayan acompañando a Dorothy hacia la ciudad Esmeralda.

¿Puse muchas expectativas en este clásico? Sí ¿Las cumplió? A medias... Me gustó la historia (ni hablar de las moralejas que hay detrás y los personajes) pero no me enloqueció. Debería haberlo leído antes.

Un huracán conocido y así es como comienza esta novela de fantasía. Contada en clave de cuento, a lo largo de sus páginas acompañaremos a Dorothy en sus aventuras por la tierra de Oz junto a su perro Toto y sus tres acompañantes: el espantapájaros, el leñador de hojalata y el león.
Sin embargo, no solo serán las aventuras de estos cuatro amigos la que se nos cuenten en la novela. El mundo de Oz es más grande de lo que pensamos, así que visitaremos a las brujas, al mago y a los diferentes seres, buenos y no tan buenos, que pueblan este particular mundo.
Menos espacio
Y esta es una de las cosas que más llama la atención cuando te acercas a la novela. La obra se coordina como un cuento donde los porqués, la ambientación, etc. preocupan menos que el qué. En nuestro caso este es más breve de lo que podríamos esperar por la película y, sin embargo, nos ofrece mucho más contenido que el audiovisual.
La premisa es igual, Dorothy llega a Oz y, sin quererlo, su casa aplasta a la Bruja del Este y, por ello, los pequeños habitantes del lugar la ayudan indicándole que quién puede devolverla a casa es el mago de Oz. Sin embargo, pronto empiezan los cambios, ya que si en la película la historia la compone el encuentro con sus acompañantes y el chasco con el mago, en la obra sucederá en el primer tercio de la obra y lo demás es otra cosa.
Con más contenido
De este modo, entramos en la historia y vemos que los famosos zapatos rojos son de plata en el original. Nuestro espantapájaros de mantiene, pero lo más importante del hombre de hojalata es que es leñador y que si llora se oxida; y nuestro león sigue siendo cobarde y, por ello, no puede ser el rey de los animales.
Una vez que están con nosotros, nos vamos al mundo del porque sí. El objetivo de este grupo es el mismo que conocemos: buscar a Oz para que les den, un cerebro, un corazón, la valentía y el regreso a casa; sin embargo, las aventuras que les van sucediendo no tienen más justificación que porque sí. Es decir, por qué tienen que ponerse gafas en la ciudad Esmeralda, porque sí; por qué les manda el Mago en una misión compleja, porque sí; por qué consigue vencer a la Bruja del Oeste, un poco más de lo mismo.
Esto podría parecer una crítica a la novela, sin embargo, no lo es. El autor ha ido introduciendo un montón de episodios o escenas que, aunque narrativamente podrían obviarse, nos enseñan diferentes aspectos del viaje de Dorothy: cómo es capaz de distinguir entre buenas o malas personas; cómo es capaz de poner en valor a cada uno por lo que es; cómo perseguir aquello que te interesa no solo con el acto, sino a través del ingenio. Esto, que parece como muy aleccionador, entre con calzador porque el autor nos da un mundo de fantasía un poco aleatorio que nos absorbe.
Nuestros protagonistas fantásticos, para mi gusto, son un poco más planos. Su idea del principio no cambia o cambia apenas nada a lo largo de la aventura, así que sí que he echado de menos que los tres viajeros solo mejoren su posición, pero no se planteen la realidad del camino.
Una actitud
Y es que esta idea de no cuestionar, no plantear qué está sucediendo, la podemos ver en la propia protagonista que acepta todo lo fantástico como algo que, de hecho, está pasando, pero que no la despista de su objetivo final que es volver a Kansas. de este modo, Dorothy entra en el pacto, hace todo lo que le piden y su amistad queda supeditada a lo que pueden colaborar para avanzar.
En este sentido, parece que nos encontramos ante una niña desalmada, que usa a la gente y que es apática a todo lo que sucede. En mi caso, no he tenido esa sensación, me ha parecido que nos encontramos ante la historia de una niña que de puro asombro tira para adelante.
Descubrir esto, junto a los nuevos episodios, como el rescate de los ratones o el campo de amapolas, ha hecho que la historia se renueve y me den ganas de releerla para encontrar más cosas, matices e ideas que están soterradas en esa especie de apatía.
Buceando en los clásicos
A veces el volver (o descubrir) este tipo de novelas puede ser arduo, bien porque cambia el registro o porque la clave cultural es distinta, pero siempre es entretenido porque descubres cosas nuevas.
En este caso, el estilo de Baum es muy sencillo y casi musical, el ritmo de la obra va como a saltos, gracias a los pequeños episodios que van sucediendo, y eso imprime un ritmo rápido de lectura. Además, es una novela tan divertida como pasmante, no puedes dejar de sonreírte por lo que sucede a la vez que te sientes incómodo y desconcertado. Desde luego, su lectura ha sido un descubrimiento y una experiencia lectora muy interesante, que os recomiendo sin duda. Espero que disfrutéis con él.
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Seguro que la mayoría conoceréis este libro y poco nuevo podría decir ya. Es una historia bonita con unos personajes muy entrañables y, aunque no es de esos libros que se empeñan en enseñarte o darte lecciones, se pueden sacar algunos aprendizajes como lo útil que es trabajar en equipo, la fuerza de la amistad y la importancia de aceptar las diferencias e individualidades de cada uno.

Si aún no habéis leído este clásico os animo a hacerlo, es cortito, ameno y se lee enseguida.

Personalmente, nunca me gustó la película de pequeña y de adulta tampoco me llama la atención. Sin embargo, el libro lo adopté de una amiga que lo iba a vender, y sorpresa, me ha gustado y ha sido una experiencia muy curiosa leerlo. En esta edición en concreto hay una introducción maravillosa que habla sobre la vida del autor y las opiniones que giran en torno a la saga completa y todos sus obras de teatro y cuentos existentes (sí, hay 14 libros!). La historia me ha gustado sobre todo porque nunca he conocido la historia de Oz hasta el final y ahora que sé cómo es, me he quedado muy sorprendida y para bien. Sinceramente, creo que es una historia apta tanto para niños como para adultos.

Imagino que la mayoría de personas conocen esta historia, ya sea por los cuentos, por guiños en otros libros y series, por la película... Aunque voy a procurar no hacer ningún spoiler.

Nada más empezar, lo primero que he notado es la sencillez de la escritura y de los personajes. Éstos, en general, son bastante cuadriculados, es decir, no cambian su forma de ser o de pensar a pesar de las circunstancias.
Mucha gente dice que este es un cuento de amistad y, aunque estoy de acuerdo, en varias ocasiones no me lo parecía por parte de Dorothy, que no tiene reparos en abandonar a sus amigos a las primeras de cambio. Precisamente ella es la que me ha parecido más floja de los cuatro. Aunque el grupo no es tan carismático como me lo había imaginado, es tierno y agradable, y ha sido muy interesante conocer el pasado de cada uno de ellos, sobre todo del Leñador de Hojalata, que tiene una historia bastante truculenta.
Curiosamente, con cada una de las aventuras, tanto el Espantapájaros, como el Leñador y el León, demuestran que sí cuentan con los atributos que tanto ansían (cerebro, corazón y valor), pero no son conscientes de ello. Me pareció muy dulce la ingenuidad y bondad que muestran todos.

¡A veces me irrita la sencillez de los cuentos! La Bruja del Oeste es malvada porque sí y, debido a esa etiqueta, tiene que hacer cosas malas porque sí. Aunque ya sabía cómo muere (¿y quién no?), me pareció tan absurdo que me dejó a cuadros. Me ha decepcionado descubrir que uno de mis personajes favoritos (¡gracias Gregory Maguire!) tiene cero importancia en el cuento original. Además, la bruja no aparece hasta casi el final del libro y en ningún momento la describen, así que deduzco que su famosa piel verde es una invención de la película.

El Mago de Oz es una lectura muy amena y ligera, la historia es sencilla y adorable. Incluso cuando nuestros protagonistas matan a quienes se cruzan en su camino, no parecía que estuviera pasando nada malo.
Alucino cómo, de un cuento tan corto, otros escritores han creado y ampliado la tierra de Oz hasta convertirla en un mundo rico y complejo, repleto de personajes y aventuras por contar, (exactamente lo mismo que ocurrió con Alicia en el País de las maravillas) Esta lectura la recordaré con cariño y estoy segura de que, más adelante, dedicaré otra tarde para reeerla.

Saludos ;)

P.D: Los famosos zapatos de rubíes de Dorothy son en realidad plateados, ¡he vivido engañada todo este tiempo!